Un 3 de septiembre de 1938, 26
delegados de 11 países (sobre
29 organizaciones afiliadas) se
reunían en las afueras de París
para debatir, en condiciones de
absoluta clandestinidad y en una
única jornada plenaria, los análisis,
el programa (hoy conocido
como el Programa de Transición)
y la herramienta para llevarlo
adelante de una nueva organización
internacional: el Partido
Mundial de la Revolución Social,
la IV Internacional.
Entre los asistentes se encontraban
los delegados de las secciones
principales (EE.UU., Francia,
Bélgica) de la, hasta ese momento,
Liga Comunista Internacionalista.
Sin embargo, no
pudo asistir su principal y más
experimentado dirigente: León
Trotsky.
La situación mundial en la que se
desarrolló esta Conferencia-Congreso
de fundación ya estaba en
un claro curso hacia una nueva
guerra mundial. Los intentos
revolucionarios del proletariado,
como en España y Francia,
habían sido derrotados, gracias
al rol de la socialdemocracia y
principalmente del stalinismo.
Rápidamente se alineaban los
bandos imperialistas a los que
los trabajadores quedarían subordinados.
La burocracia stalinista se
ubicaba en uno u otro de estos
bandos según sus necesidades de
subsistencia y no de los intereses
del proletariado mundial. Era
necesario que los revolucionarios
se prepararan para un primer
período de fuerte aislamiento del
movimiento de masas, pero que
a su vez fuese el preludio para
que, cuando se desarrollaran los
procesos revolucionarios que desencadenaría
la guerra, convertirse
rápidamente en la dirección
revolucionaria de las masas.
La condición para lograrlo era
contar con un programa que a
través de una serie de reivindicaciones
transitorias tendiera
un puente entre “la madurez de
las condiciones objetivas de la
revolución y la falta de madurez
del proletariado y de su vanguardia”.
Un programa que condujese
a “una sola y misma conclusión:
la conquista del poder por el
proletariado”, teniendo en cuenta
que éste no era una “receta” y que
debía ser repensado y actualizado
al calor de los nuevos acontecimientos
de la lucha de clases.