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Periódico / EDITORIAL

Lunes 25 de junio de 2012

EDITORIAL

El escenario nacional y las demandas obreras y populares

LTS


1. El entorno político está atravesado por las elecciones nacionales. Desde el gobierno de Chávez, lo que ha dado en llamar “revolución bolivariana”, donde el discurso impera más que la realidad, y que tras catorce años de un proceso en curso muy lejos ha estado de resolver los problemas estructurales de los trabajadores y el pueblo pobre. Por su parte la oposición por derecha de la MUD, no hace más que proponer el viejo recetario neoliberal más que conocido. De esta manera, en el actual momento político, casi todo se concentra como una fuerza centrípeta de atracción hacia la cuestión electoral, incluyendo hasta el estado de salud de Chávez, lo que no es casual dada cuenta la particular forma del régimen de dominio político del país, donde el articulado converge en un bonapartismo como forma de gobierno, y dónde una supuesta “revolución” en curso depende exclusivamente de Chávez. No sólo en nuestro país sino también desde el exterior se sigue con atención la dinámica electoral de un movimiento que ya no despierta tanto el entusiasmo como lo hacía algunos años, aunque dentro de la “miseria de lo posible” muchos sectores políticos siguen apostando al proyecto de Chávez.

2. En este escenario, Chávez se ha centrado en reforzar sus políticas de gobierno, buscando revertir su declive político por el cual venía siendo cruzado en un marco de debilitamiento político y la crisis de autoridad frente a las masas. Esta situación que se había acentuado aún más durante el período de recesión económica 2009-2010, por el bajo caudal petrolero, donde el gobierno mostró saber golpear cuando le es necesario, pero no precisamente sobre los grandes capitalistas y empresarios. No se requiere un gran ejercicio intelectual, solo basta levantar la vista para dar cuenta de la realidad más estructural que continúa sin resolverse, más allá de la masiva propaganda del gobierno. A pesar de los discursos y un supuesto favoritismo en las encuestas, el gobierno sigue sin resolver los problemas centrales de la clase trabajadora y las amplias masas populares. Desde los grandes problemas histórico-estructurales de la nación, como la dependencia económica y la cuestión agraria, pasando por el déficit de viviendas, la caída del salario real con relación al constante aumento del costo de la vida, trabajo precario, deficiencia en cuestiones elementales como el agua y la electricidad, contratos colectivos de trabajo que no se cumplen, están vencidos o no se discuten, pobreza en general (apenas disminuida unos puntos y dependiendo casi exclusivamente de la caja estatal y la “voluntad política” del presidente para otorgar subsidios a la pobreza extrema), etc. Muchos de estos aspectos influyeron en la derrota de las elecciones/plebiscito del 2-D de 2007 de la reforma constitucional, marcando un punto de inflexión que mostró la debilidad estratégica del proyecto de Chávez.

3. Ha sido por el aumento en los precios del petróleo –que amenazan ahora con caer-, lo que empujó a una mayor inyección del gasto público, lo que le permitió al gobierno salir de la etapa recesiva del bienio 2009-2010. Este flujo de caja, sumado a un mayor endeudamiento público, le dio aire al gobierno para el reimpulso de algunas Misiones –sobre todo la de la vivienda- que hasta cierto punto se expresaría en una parcial recuperación que parecería ser más ocasional en función de las elecciones. Por otra parte, beneficiaría al gobierno la crisis que ha venido teniendo la oposición por derecha al gobierno a la hora de consolidar su candidato, como también por un discurso que no termina de colar en los sectores más populares y empobrecidos. Si bien son muchas las variables que en el entramado político nacional que no terminan de desentrañarse, una de las grandes incógnitas de la gran política nacional que más genera incertidumbre es el real estado de salud de Chávez (cuestión que se continúa manteniendo como secreto de Estado), que en un sentido más amplio sigue llenando de mayor escepticismo a un sistema que no logra gran estabilidad. Pero lo que sí ha sido claro es que en el momento político, el manejo que se ha hecho desde el gobierno de la enfermedad de Chávez, estaría actuando como un factor favorable y se estaría sumando a su parcial recuperación en la coyuntura política.

4. El gobierno viene exponiendo los indicadores económicos que le serían favorables como una muestra de cierta recuperación, presentándolo como un nuevo cauce hacia un crecimiento como el que se vivió antes de la entrada de la fase recesiva del bienio ya señalado, período donde el gobierno orientó toda su política de crisis contra los trabajadores y el pueblo pobre (Ver ECO 26). Pero las señales de alarma ya empezaron a activarse en el gobierno tomando en cuenta que se ha entrado la sexta semana de caída de los precios petroleros, pues se creía que era coyuntural. En el ciclo donde los precios del petróleo venían en aumento, se dispararon los dólares que tiene el gobierno como inyección económica; la economía logró un crecimiento de 5,6% en el primer trimestre según datos oficiales del BCV. No es ningún secreto que el impulso que el gasto público otorgó a la construcción, con la puesta en marcha de la Misión Vivienda y al aumento significativo de las importaciones del gobierno (especialmente de materias primas y de alimentos), impactaron la actividad económica en este período. Sin embargo, el sector privado ha sido altamente beneficiado si tomamos en cuenta que el ala privada de la economía en su conjunto creció un 6%, mientras que la pública avanza solamente 3,4%. Pero hay otro factor en el que se apoya este crecimiento, pues parte del alza del gasto público se ha apoyado en un veloz aumento de la deuda del país que no podrá continuar indefinidamente, y que constituye un factor de inestabilidad a futuro si se aviene una crisis económica como ya explicamos en análisis previos (ver ECO 27), o la caída de los precios petroleros se mantienen como una constante. Pero lo que hay que dejar claro es que a mayor endeudamiento lo que se está reservando para el futuro a la clase trabajadora y el pueblo pobre es congelamientos salariales, incumplimiento de derechos laborales y aumentos de impuestos, como ya vimos durante la fase recesiva.

5. Pero se trata de un crecimiento del PBI donde no son los sectores claves de la economía los que crecen, como la manufactura y la industria. Se ha hablado mucho del crecimiento de las Inversiones Extranjeras Directas (IED), las más altas en 5 años (desde 2006), aumentando en un 340% en 2011 con relación a 2010; pero se discute que el nivel de entradas de inversiones que el gobierno hace alarde respecto al tamaño de la economía nacional ha sido bajo, siendo que el 65% de la IED “recibida” fue al sector petrolero y el 20% a actividades financieras, que en su amplia mayoría se trata de reinversión de utilidades. El gobierno se venía ufanando de la leve disminución de la inflación durante 5 meses pero para mayo ya tuvo su repunte, y la disminución previa no era sino de mínimos porcentajes en el marco de una alta inflación, la mayor de América Latina. El importante aumento de la deuda pública y la inyección -producto del período de los altos precios del petróleo- que está en la base de este crecimiento económico, viene a mostrar cómo dicho crecimiento depende del papel del Estado en drenar recursos a los capitalistas (a la banca mediante los préstamos y bonos, a los empresarios mediante subsidios/exoneración de impuestos y los bonos), así como a costa de endeudar más al país y no de modificar las condiciones de expoliación imperialista ni modificar el esquema en que la burguesía nacional hace “plata fácil” y “a costa del petróleo”, como ha sido siempre.

6. Constituye una gran ventaja para Chávez que actualmente no pesa en el país un proceso de lucha de clases, con grandes movilizaciones como si viene ocurriendo en Bolivia con Evo Morales, donde la clase trabajadora, los pueblos originarios y el pueblo han salido a defender reciamente sus derechos y demandas. Si bien, hay un estancamiento muy grande en la discusión de las convenciones colectivas, tanto en el sector estatal como privado, y se ha generado la caída del salario real a pesar de la leve baja de la inflación que hubo en los primeros meses del año, las luchas en curso que se desarrollan no marcan, por ahora, una dinámica de oleada de conflictos en medio del proceso electoral que marquen una emergencia obrera, lo que no es sinónimo de pasividad ya que un descontento latente se mueve subterráneamente que una crisis podría sacar a flote. Esto se puede apreciar en diversas luchas que continúan desarrollándose por demandas muy específicas y existen algunos conflictos localizados a los que el gobierno se le enfrenta con dureza como ha sido el caso contra los trabajadores y trabajadoras de Petrocasa en el estado Carabobo que venían luchando contra la precarización laboral, los bajos salarios, las deterioradas condiciones de higiene y seguridad laboral. El papel que juegan las burocracias sindicales de todo color y pelaje serviles al Estado y al sector privado, además del propio chavismo que actúa como contención y desvío, actúan como barreras para que la fuerza de los trabajadores se despliegue.

7. La nueva coyuntura económica favorable le ha permitido al gobierno volver al esquema de hacer algunas “concesiones” que apuntan más bien por el marco electoral. Pero en la situación actual han sido los grandes empresarios y capitalistas, garantizando sus ganancias (tanto a nacionales como extranjeros) los más beneficiados. El gobierno implementa políticas de subsidios que garantizan la sobrevivencia de los más pobres, y la combinación entre las luchas obreras reivindicativas y las relativas concesiones del gobierno, mantienen un nivel salarial que permite a importantes franjas de trabajadores no caer por ahora en la pobreza. Este “equilibrio” se mantiene sin tener que atacar masivamente a los trabajadores, aunque reprimen con saña antiobrera determinadas luchas específicas, como ha sido en el escandaloso caso de Petrocasa ya señalado. Y es por esto que mientras hacia la burguesía la política implica dosis de seducción y complicidad con sus negocios (subsidios y exoneración de impuestos a determinados sectores, aumentos de precios, bonos, etc.) con persuasión, donde lo más “radical” es una ley de precios que se aplica consensuada y con subsidios a los que demuestren “pérdidas”), es claro que hacia los trabajadores sí ha tenido una política clara de desarticular, combatir y aplastar los pocos intentos de estos en ir más allá de los límites que pone el gobierno o de combatir sus políticas económicas, y además ha logrado diseñar todo un esquema legal que criminaliza las luchas obreras y populares; con el cual llevan ya más de un centenar de trabajadores y trabajadoras criminalizados por luchar. Es decir, el gobierno de Chávez garantiza por ahora la continuidad de la explotación capitalista y la expoliación imperialista, con niveles salariales y de pobreza que no implican peligros de explosión social ni aumento de la lucha de clases en la coyuntura, sin necesidad de acudir a la represión masiva.

8. Si bien hoy el escenario que prima es electoral no es sinónimo de que los trabajadores crucen los brazos. Como es la norma, en todo período electoral desde las distintas variantes en pugna ofrecen el oro y el moro como mecanismos de engaño, y el gobierno, con sus campañas, pretende hacer creer que estamos en una “constante mejoría”. Pero no nos podemos dejar embaucar, debemos prepararnos para forjar más y mejores herramientas de lucha por nuestras condiciones de vida, que como hemos venido explicando están lejos de ser resueltas, y si la crisis de la economía mundial que sacude a los países centrales golpea la endeble economía nacional, ya se sabe a quienes se les pedirá que se ajusten el cinturón; que no será precisamente a los capitalistas y empresarios de uno y otro color. En este sentido es importante prepararnos y forjar un movimiento de los trabajadores y el conjunto de los explotados y oprimidos, independiente ya sea del gobierno nacional o la oposición de la derecha, donde la necesidad del reagrupamiento de la vanguardia obrera en torno a un programa y una perspectiva de independencia de clase está más planteada que nunca.





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