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Periódico
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Nacional
Domingo 6 de julio de 2008 "CRECIMIENTO SOSTENIDO": ¿PARA QUIÉN? El fracaso de la "inclusión social" Por Ramón Sánchez Después de una década en el poder el gobierno que dirige Hugo Chávez ha sido incapaz de tocar las ganancias de los capitalistas, incluso muchos de ellos han aumentado de manera excepcional sus ganancias al hacer jugosos negocios con el Estado o estableciendo asociaciones que nada tienen de revolucionarias y que en nada benefician a los trabajadores y al pueblo pobre en su conjunto. Los sectores pobres han tenido que conformarse con la pequeña parte de la riqueza nacional que reciben en comparación con el gran pedazo que se llevan las trasnacionales y la burguesía nacional, la distribución desigual de la riqueza se ha mantenido casi intacta. Ni las nacionalizaciones ni las empresas mixtas son avances hacia el socialismo del siglo XXI o de cualquier otro siglo, por el contrario el gobierno ha venido afianzando su relación con un sector de la burguesía nacional en pro de conducir al país en un proyecto de corte neodesarrollista patrocinado por los cuantiosos ingresos provenientes de la actividad petrolera sin necesidad de "atentar" contra los intereses de los capitalistas, todo esto ocurre mientras las condiciones económicas del país y su manejo inadecuado han afectado de manera directa a los sectores más empobrecidos del país a pesar del conjunto de políticas sociales re-distributivas implementadas por el Estado, ¿de qué le sirve a un trabajador un aumento salarial que se lo come la inflación?, ¿ y los desempleados – sin contar el sector informal de la economía- qué hacen ante el tan elevado costo de la vida? A partir del año 2004 la economía venezolana sufrió un profundo impacto como consecuencia del incremento de los precios del petróleo a nivel internacional, esta bonanza ha conducido al incremento vertiginoso de los ingresos del Estado –el alza de los precios del petróleo ha ubicado por encima de los US$ 100 el precio del barril venezolano-. Esto ha permitido la implementación de planes y políticas por parte del gobierno de Chávez dirigidos a disminuir los índices de pobreza y paliar las necesidades de los "excluidos", sin necesidad de tocar los bienes y ganancias de los capitalistas, más al contrario, estableciendo asociaciones con ellos para la implementación de planes de abastecimiento de alimentos, de construcción de viviendas, etc., dejando en claro el carácter conciliatorio que tiene su gobierno. Es que la administración de PDVSA en manos del Estado burgués no sólo sirve para planes sociales, sino también para ayudar a la "inversión productiva" mediante créditos y fondos para los empresarios, es decir, el gobierno también usa la renta petrolera para impulsar la acumulación y reproducción del capital nacional. Al analizar el comportamiento de las variables que miden la pobreza en sus distintas dimensiones podemos observar el fracaso de muchos de estas políticas dirigidas desde el Estado, logrando solo mejoras limitadas e incluso retrocesos durante los últimos diez años. Por otra parte, aún cuando, la tasa de desempleo general – cuya metodología implementada para su medición ha sido cuestionada – para el año 2007 se ubicó en 7,5%, traduciéndose en un "éxito" del gobierno bolivariano en su lucha contra la pobreza, si desagregamos esta por estratos sociales encontramos que los sectores más pobres padecen niveles de desempleo muchísimos más altos que este promedio. Para el año 2007 la tasa de desempleo para los sectores más pobres del país se ubicó en 17,8% –según cifras del Sisov, ente adscrito al Ministerio de Planificación y Desarrollo–, dejando en evidencia el fracaso de la Misión Vuelvan Caras y de la Misión Che Guevara, políticas implementadas desde el gobierno con el propósito de incorporar a la actividad laboral a los sectores históricamente excluidos. ¿Menos desigualdad? Es cierto que los niveles de ingreso de la población han aumentado en los últimos años, lo cual solo ha sido posible por los cuantiosos ingresos provenientes de la renta petrolera; y que esto ha permitido el aumento del poder adquisitivo de buena parte de la población, el cual es absorbido por los altos niveles de inflación en los precios – tenemos el salario mínimo más alto de América Latina, pero también tenemos el índice inflacionario más alto del continente-. Aunado al problema real de escasez de algunos productos en el mercado, pierde sentido cualquier intento por "desaparecer la pobreza" con solo el incremento salarial. En poco o nada han impactado las políticas implementadas por el Estado, como lo evidencia la reducción de la cantidad de hogares que se encuentran en situación de pobreza extrema en tan sólo un 1,5%. Para un gobierno que se llama "revolucionario" y "socialista", con cuantiosos ingresos, tal cifra resulta irrisoria luego de diez años en el poder. Así mismo, como hemos denunciado otras veces, hay una distribución regresiva en la relación capital-trabajo, pues el BCV nuestra que en el 2002 la parte de la Cuentas Nacionales que correspondía a salarios y sueldos alcanzaba un porcentaje del 33%, mientras las ganancias patronales ocupaban un 38%, pero para el 2005, la primera cifra había bajado a 25%, mientras que las ganancias ocupaban un 49%; es decir, que los trabajadores y trabajadoras nos quedamos cada vez con menos de lo que se quedan los patrones. Esa situación es parcialmente cubierta por el gobierno con el subsidio de alimentos, de medicinas, y el otorgamiento de "ayudas sociales", para que cubrir por esta vía (gracias al ingreso petrolero) lo que no cubre la gente con el salario. Pero en este terreno tampoco han sido grandes los cambios, pues la distribución general de la renta nacional es casi igual a la de hace 9 años: para el año pasado, el 20% de los sectores más acomodados del país se lleva el 47,7% del PIB y tan sólo 5,1% le corresponde al 20% de los sectores más pobres de la población. Resultados esperados del "socialismo" con empresarios Estos pocos datos son una muestra clara de lo demagógico del discurso del gobierno nacional sobre una supuesta revolución social y un supuesto camino al socialismo, pero más aún, demuestra que ni siquiera un desarrollo nacional (capitalista) "inclusivo" ha sido capaz de hacer, tan sencillamente porque sólo se ha dedicado a administrar el capitalismo. El gobierno se ha dedicado a permitir y estimular la acumulación capitalista, destinando a los trabajadores y el pueblo a conformarse con aumentos miserables de salario y planes sociales que apenas han cambiado la situación de miseria que se profundizó con la ofensiva neoliberal de los 90’s, mientas los mismos de siempre se siguen llevando la mejor parte de la torta. Sin afectar los intereses capitalistas, sin socializar los medios de producción y cambio para pasarlos a manos de un gobierno obrero y del pueblo pobre, jamás habrá una verdadera "inclusión social" ni superación de las grandes desigualdades propias de esta sociedad de clases.
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