Es en el marco operado por el
decisión del gobierno post 2-D
de entenderse cada vez más
con el empresariado nacional,
que asistimos a esta situación.
En el encuentro con los
empresarios en junio pasado,
Chávez le decía al empresario
metalúrgico Luís Van Dam,
que estaba al tanto de una
toma que le habían hecho unos
trabajadores a una empresa
suya, que no se preocupara,
«eso lo resolveremos», dijo.
Ya vemos cómo el gobierno va
«resolviendo». Ya el gobierno
venía mostrando más «duro» con las ocupaciones de
viviendas y con los buhoneros
de Caracas; ya vimos cómo
reprimieron y llevaron
también a tribunales a los
campesinos por tomar sede del
INTI de Mérida; vemos cómo
recientemente se reprime a los
Yukpas y quienes se solidarizan
con su lucha.

Por eso es indispensable
llevar adelante una gran
campaña por el respeto a las
libertades sindicales, contra la
criminalización de las luchas,
por el desprocesamiento
de todos los compañeros y
compañeras, y por el castigo a los culpables materiales e
intelectuales de estos hechos.
Si así reacciona el gobierno
ante los primeros síntomas
de su desgaste y ante las
consecuencias económicas
y sociales lógicas de su
«socialismo con empresarios»,
es de esperarse que se tornen
más duras las luchas por venir
y las medidas de persecución
y represión. Una vez más, la
C-CURA y demás corrientes
sindicales y grupos que nos
reivindicamos de la izquierda
obrera y socialista, debemos
convocar ya una mesa de
coordinación común para llevar
adelante esta importante tarea.