Además de responder con descalificaciones y represión –enviando al SEBIN y la GN para obligar así, armas largas mediante, el cese de la huelga–, Maduro y toda la burocracia estatal pretende hacer responsables a los trabajadores sidoristas de la crisis de la empresa. Aquí planteamos algunos puntos clave para entender por qué está en crisis Sidor y cómo podría dársele una salida de cara a las necesidades de los trabajadores y el pueblo pobre.
La burocracia y el
gobierno han llevado
a la crisis a Sidor
Al contrario de lo que afirma
el Gobierno, los verdaderos
responsables de la crisis en la
empresa son ellos mismos y
toda la burocracia estatal que
a lo largo de los años la ha venido
administrando. Durante
los más de seis años que lleva
nacionalizada Sidor han pasado
seis presidentes distintos
con altos “salarios”, cada uno
con su cuerpo de burócratas,
donde hacen y deshacen en
función de sus intereses y ligados
a toda una corruptela. Todas
las inversiones que se han
anunciado desde el Gobierno
han sido una farsa, o fueron
robadas en el camino, nunca
llegaron y nada se supo a donde
fueron a parar. Pero peor, es
el propio Estado quién ha propiciado
la desinversión en los
últimos años, así por ejemplo,
durante el 2012 el presidente
de la Empresa decidió bajar la
producción para que el hierro
que destinaba la Ferrominera
del Orinoco en vez de ir a Sidor
fuera enviado a China y cumplir
con la cuota minera de esta
empresa, siendo la verdad que
fue una decisión que venía del
alto escalón.
Por otra parte, Sidor es una empresa
que arrastra problemas
desde los 90’s, cuando es privatizada
en la ola de ventas a precios
de gallina fl aca, pasa más
de una década en manos de
la trasnacional Techint, en un
estado de atraso tecnológico
cuando el Estado la asume tras
la lucha de los trabajadores en
el 2008. Pero en lugar de priorizar
por invertir en la empresa,
el gobierno de Chávez optó
primero por “indemnizar” a la
transnacional con 1.970 millones
de dólares, así, el interés
nacional quedó relegado, poniéndose
por delante los intereseses
de lucro del capital internacional,
porque hubo plata
para el Consorcio ítalo-argentino,
pero no para meterle a la
siderúrgica nacional, cuando
lo que se debía haber hecho era
la confi scación directa, es decir
su nacionalización sin indemnización
alguna. Es tal el estado
de atraso y falta de reposición
de maquinarias –algunas
con décadas de funcionamiento-
que aumentaron los accidentes
laborales y muertes de
trabajadores producto de esas
condiciones.
La misma corrupción ha contribuido
en llevar la empresa al
desastre, perpetrada por estas
burocracias y el gobernador del
estado Bolívar. Tal fue el caso
escandaloso del robo de cabillas
en las que estaba involucrado
el propio hijo de Rangel
Gómez, que tenía una empresa
que le compraba las cabillas a
Sidor y luego se las vendía… ¡a
la gobernación! Era tal el nivel
de corrupción y negocios turbios
con los recursos de Sidor
con empresas transnacionales,
que el gobierno envió al DIM a
intervenir y varios directivos de
Sidor y de la CVG fueron detenidos…
¡después de cualquier
cantidad de tiempo que desde
el seno de los trabajadores y
sus dirigentes se venían denunciando
irregularidades!
No son los trabajadores
los responsables
de la situación actual
de la empresa
La gerencia es la que decide
los planes de producción y
comercialización, el gobierno
es quien decide qué invertir y
cuánto. Son planes y decisiones
donde los trabajadores no
tienen nada que ver, y por tanto
no tienen la responsabilidad
en la actual crisis de la empresa,
su única pelea ha estado
ligada por un salario justo. Por
otra parte, lo que produce Sidor
es el fruto del trabajo diario
de esos miles de obreros. Ellos
no deben pagar con su salario
la inefi ciencia, la corrupción y
la falta de inversión.
Desde el gobierno se dice que
es “imposible” cumplir con las
demandas de los sidoristas,
porque “no hay dinero”. Pero
no es lo mismo que le dice a los
usureros imperialistas a quienes
les paga hasta el “último
dólar”, tampoco lo que le dice
a los acreedores nacionales y a
los empresarios que les entrega
las divisas para sus importaciones.
Como vemos, unos
verdaderos cínicos, pues acaso,
¿el problema son los salarios
de los obreros o es la sangría
de recursos públicos que van
a manos del capital privado internacional
y nacional?
Por la administración
obrera directa de Sidor
Sostenemos que sí hay una
salida a la crisis de Sidor y las
empresas básicas, pero pasa
por frenar las corruptelas,
por echar abajo todos los mecanismos
desiguales con las
transnacionales, y por invertir
realmente los recursos que las
empresas necesitan. ¡Pero eso
no lo puede hacer la gerencia
burocrática del Estado! ¡Lo demuestran
hoy y lo han demostrado
en todos estos años! Si
no es de la mano de los obreros
es imposible sacar a Sidor de la
crisis, son los únicos que pueden
hacerlo siempre y cuando
desplacen a esa burocracia
gubernamental corrupta. Para
ésta el obrero sólo tiene que
obedecer y conservar la boca
cerrada, a quien le exige sacrifi
cios y que acepte salarios bajos,
mientras ellos se niegan a
mostrar la real contabilidad de
la empresa, y las distintas medidas
que han tomado; guardan
celosamente sus secretos,
y jamás dan cuenta de sus fechorías.
Es por esto que en lugar del
manejo de la burocracia gubernamental,
es necesario imponer
el control y administración
directa por parte de los propios
trabajadores, con participación
de las comunidades y sectores
populares, una administración
con acceso libre e irrestricto a
toda la información contable y
fi nanciera, con potestad para
revisar los planes de inversión,
producción y comercialización,
y para decidir los rumbos
de las empresas, en alianza con
los sectores populares del país.
Pero no esa farsa que se intentó
montar de “control obrero” que
no fue otra cosa que “el control
de la burocracia sobre los obreros”,
para culpar a los propios
trabajadores.
Es necesario avanzar a una
verdadera planifi cación democrática
del conjunto de la
producción y funcionamiento
de SIDOR y todas las empresas
de la Corporación Venezolana
de Guayana, una planifi cación
por los propios productores de las riquezas, que son los
trabajadores, y de cara el
pueblo trabajador y pobre de
nuestro país, que devele las
relaciones comerciales desiguales
con el capital transnacional,
que revise todos
los acuerdos, como con China
por ejemplo, para detectar
dónde y cómo está siendo
perjudicado el país, que deje
al descubierto todo el entramado
de corrupción en las
empresas. Que decida cómo
y cuánto se produce y el destino
de toda la producción
que no debe ser otro que
para satisfacer las necesidades
del pueblo.
Hace falta un verdadero plan
de inversión y actualización
tecnológica, eso implica
“sacar recursos de algún
lado”, ¡pero no de los salarios
obreros ni endeudando más
al país!, ¡ni reduciendo los
subsidios al consumo popular
o a las misiones!, que
paguen los explotadores, los
ricos y los usureros del capital
fi nanciero internacional.
Que se impongan fuertes
impuestos progresivos a las
fortunas y ganancias del capital
privado para fi nanciar
las empresas básicas, que la
banca privada nacional que
tanto ha ganado todos estos
años y tan buena salud
tiene –como se ufana en el
propio gobierno– ponga de
sus ganancias para poner a
tono las empresas básicas,
que se suspendan los pagos
de la deuda externa, pero la
prioridad es el país y sus empresas
al servicio del pueblo
trabajador. Si los capitales no
aceptan la imposición de los
fuertes y grandes impuestos
progresivos deben ser expropiados
poniendo las empresas
a producir bajo el control
de los trabajadores, y todas
las ganancias para reactivar
la industria en su conjunto.
Esta pelea es inseparable de la lucha contra la burocracia sindical
Ningún sector de la burocracia sindical levanta este programa
de salida obrera a la crisis de Sidor. Por eso esta lucha está ligada
a que los trabajadores se doten de una dirección clasista,
de lucha, combativa, desplazando también a esa burocracia
sindical repodrida que a lo largo de la historia solo ha respondido
a los intereses patronales (Ver artículo aparte). Sacarse
de encima a esta burocracia sindical es parte inseparable de la
lucha por la administración obrera directa de Sidor, pues tiene
que surgir de la más amplia democracia obrera y de la movilización
para conquistarla, pues el gobierno jamás aceptará
este plan.