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Periódico
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NACIONAL
Lunes 25 de julio de 2011 LA COLABORACIÓN DE CHÁVEZ Sobre la entrega de militantes guerrilleros y la “ruptura” de sectores de izquierda con Chávez Por Mario López El giro político del gobierno de Chávez hacia una estrecha colaboración con el gobierno proimperialista colombiano, expresado entre otras cosas, en la vil entrega de militantes o simpatizantes de las fuerzas guerrilleras, ha causado gran malestar entre las filas de las agrupaciones de izquierda que respaldan a Chávez. El caso alevoso de la entrega al gobierno de Santos del periodista y ex militante de la Unión Patriótica, Joaquín Pérez Becerra, sirvió de detonante. Le han seguido la captura y entrega de otros militantes guerrilleros y, el más reciente, la detención del llamado “cantante” de las FARC, el militante y compositor de himnos y canciones de esa agrupación, Julián Conrado. Las críticas al gobierno de parte de sectores de izquierda que lo apoyan fueron airadas en su momento. Se organizó una pequeña movilización para rechazar la entrega de Pérez Becerra. Sin embargo, a pesar de las contundentes evidencias sobre la responsabilidad directa de Chávez en esta política, la casi totalidad de las “radicales” críticas iban dirigidas hacia funcionarios subordinados a Chávez, como Nicolás Maduro o Andrés Izarra, ministros de Exteriores y de Comunicaciones, respectivamente. En la movilización del 28 de abril se despotricaba y se exigía la renuncia de Maduro, ¡pero ni una sola consigna, ni un solo discurso, cuestionó directamente a Chávez por su política! Es decir, una solidaridad a medias con los militantes colombianos entregados, porque se negaban a denunciar con claridad al principal responsable de su entrega. Luego, algunas individualidades y pequeños grupos se han planteado “reflexionar” y problematizar más su relación de apoyo político a Chávez, y algunos pocos han insinuado cierta “ruptura” política con este. A nosotros nos parece altamente positivo que activistas de izquierda, que al igual que nosotros quieren acabar con este sistema de injusticias y opresión, revisen críticamente su apoyo a un gobierno que colabora con regímenes promperialistas y asesinos y les entrega luchadores sociales. Sin embargo, mucho mejor sería si esa revisión crítica no fuera tan parcial y llegara al cuestionamiento de fondo del proyecto (nacionalista) burgués de Chávez. La entrega de luchadores colombianos es apenas un aspecto de la política de Chávez. En medio de eso giro a la derecha en materia de geopolítica regional, también ha sido grave la gran colaboración que ha prestado Chávez a la estabilidad del orden regional pro imperialista al avalar y legitimar –¡incluso asistiendo con petróleo barato y a crédito!– el régimen postgolpista de Lobos en Honduras, traicionando la resistencia de los trabajadores y el pueblo hondureño que ha pagado, y sigue pagando hoy, con muertos, represión y persecución. Este hecho de colaboracionismo a favor del imperialismo en la región, no ha merecido la misma atención y crítica por parte de la izquierda que airadamente –y con razón– protesta la entrega de militantes guerrilleros. Pareciera que para algunos compañeros Chávez “deja de ser revolucionario en el momento que entrega militantes de las FARC y el ELN”. Nosotros preguntamos, ¿si Chávez no colaborara con el gobierno proimperialista de Santos a ese nivel, entonces todo estaría bien?, ¿si no entregara guerrilleros, todo el resto de su política debe ser apoyada? Chávez y su proyecto no eran revolucionarios antes de colaborar con Santos, y tampoco ahora. Más allá de esta política, el problema de fondo es que se trata de un proyecto de conciliación de clases, que propone la convivencia “pacífica” entre explotados y explotadores, y por eso no pasa de aspirar algunas reformas en sentido “nacionalista” y de “justicia social” dentro del propio sistema capitalista. En fin, es un proyecto burgués, y ese es su principal “falla”. Y por sostener la sociedad burguesa es que, por ejemplo, viene desde hace años teniendo una política de criminalización de las luchas obreras, campesinas, indígenas y populares que se le escapan de las manos, llevando a juicio (y en algunos casos encarcelando) a miles de luchadores y luchadoras. Para Santos y el imperialismo, los luchadores son “terroristas” y “delincuentes”. Para Chávez, los luchadores que no se subordinen a sus órdenes, también viene a ser “delincuentes” o “saboteadores”. Por eso, si Chávez no entregara guerrilleros, ¿hay que estar con su gobierno?, ¿hay que dar apoyo y llamar a votar por el gobierno que mantiene la explotación y criminaliza las luchas genuinas de los explotados? Si no se comprende de fondo esta cuestión, en realidad no hay ningún giro a izquierda en estos compañeros y compañeras, sino que simplemente se estarían negando a seguir a Chávez en su giro a derecha en materia de geopolítica regional. Nosotros llamamos a los compañeros y compañeras que, a partir de la colaboración de Chávez con Santos, se han planteado una revisión crítica de su apoyo político a Chávez, a profundizar su reflexión política y dar un verdadero giro a izquierda, avanzando hacia una perspectiva realmente revolucionaria, para no seguir siendo furgón de cola de uno de tantos proyectos burgueses “nacionalistas” que en América Latina en embaucado a las masas explotadas y pobres con un lenguaje “radical” y promesas “revolucionarias”.
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