Entre los meses de septiembre y octubre
se destacaron dos hechos que pocos
los relacionaron, sobre todo para un gobierno
que se autodefi ne “antiimperialista”
y “obrerista”. Dos sectores diametralmente
opuestos hacían exigencias al
Gobierno: por un lado los acreedores de
Wall Street que exigían su pago puntual,
y por el otro, los trabajadores de Sidor
que peleaban por un convenio colectivo
justo y demás sectores en lucha.
Pero el gobierno “antiimperialista” de
Maduro rápidamente se defi nió: les
anticipó a los acreedores imperialistas,
que especulan y roban abiertamente
con los altos intereses, que les pagaría
“hasta el último dólar”. Con respecto a
los obreros el gobierno “obrerista” les
dijo que exigían demasiado y que ganaban
mucho, enviándoles la Guardia
Nacional y el SEBIN para obligarlos a
volver al trabajo. Vemos entonces cómo
a los capitales imperialistas se les trata
de una manera, y a los trabajadores “de
la patria” que luchan por sus demandas,
de otra.
Puntualidad en pagarles a los usureros imperialistas...
Bajando a tierra lo que decimos, y por si
se considera que exageramos, veamos
entonces. Los bonos de Venezuela son
instrumentos fi nancieros utilizados por
el Estado o PDVSA para buscar fondos.
El mes de octubre pasado el Gobierno
se enfrentó a importantes vencimientos
por el orden de US$7.132 millones.
Tratándose de un monto signifi cativo,
y tomando en cuenta que el Gobierno
ha estado restringiendo divisas para las
importaciones, así como pagando en
partes a sectores económicos internos,
los buitres internacionales ejercieron su
presión. Wall Street quería garantizarse
“hasta el último dólar”, cuestión que
Maduro les aseguraría, haciendo gala
del “honor” que goza el chavismo desde
que llegó al Gobierno, en cuestión de
pagar la deuda. Maduro enfatizó que el
país “mantiene un registro impecable en
el pago de cada una de sus obligaciones”.
... Pero intransigente y duro con los trabajadores
Entre los 15 y 18 de septiembre los obreros
de Sidor que vienen peleando hace
más de dos años y medio por un contrato
justo –ya vencido hace cuatro años–,
tuvieron una respuesta diferente por
parte de Maduro: les aplicó todo tipo
de maniobras, acusaciones, amenazas,
imposiciones, les envió a la Guardia Nacional
y el SEBIN, para obligarlos a trabajar
a punta de armas largas.
Este accionar contra los trabajadores de
Sidor por parte del Gobierno no es un
caso aislado, pues era parecido a lo que
se estaba dando en otras empresas, tal
como poco tiempo antes lo habían sufrido
los trabajadores de Café Fama de
América. Es que hay toda una política
sistemática del gobierno nacional de
usar los cuerpos represivos y de ‘inteligencia’
para amedrentar a trabajadores
en lucha, tanto en empresas estatales
o mixtas, como en las privadas, por
ejemplo, Petrocasa (Carabobo), Grupo
Souto (plantas de Valencia, Yaracuy y
Lara), la Central Azucarera Santa Clara
(Yaracuy), la Misión Vivienda en la Base
Aérea El Libertador (BAEL), CIVETCHI
(Carabobo), MONACA, entre muchas
otras.
Vemos así que el accionar del Gobierno
es congruente con la política de acuerdos
con los capitalistas, con su respuesta
a los usureros internacionales, y las
nuevas medidas de ajuste que prepara.
La respuesta que da a los ladrones de
Wall Street, que viven de ganancias especulativas,
es muy distinta a la que da
a las masas trabajadoras que viven del
fruto de su trabajo y no de explotar a nadie.
De esta manera se descarga la crisis
imperante sobre la clase obrera mientras
mantiene las ganancias capitalistas
y de los usureros imperialistas.