Las divisiones y la demagogia
en la oposición derechista

Es claro que las divisiones de la derecha
están determinadas sobre cómo cabalgan
sobre la crisis del chavismo para sacar
a Maduro de la presidencia. En este
objetivo no acuerdan en las vías sobre
cómo enfrentar al gobierno.

Los llamados sectores “duros” encabezados
por María Corina Machado,
Leopoldo López, Antonio Ledezma, son
más abiertos en su objetivo y pujan para
una salida inmediata de Maduro. Pero
luego que el gobierno consiguiera desarticular
su política de La Salida y del fracaso
de las mesas de “diálogo político”,
este sector volvió a largarse con la línea
de la convocatoria a una “Constituyente”,
buscando por ese mecanismo forzar
la salida de Maduro mediante una elección
anticipada.

El sector ahora “moderado”, con Henrique
Capriles a la cabeza, habla de alistarse
“mejor” por las elecciones parlamentarias
de 2015, y a partir de su
resultado, defi nir los rumbos a tomar.
Estos últimos afi lan su demagogia incluso
hasta queriendo travestirse de “progresista”,
algo nada creíble para quienes
conocen sus planes políticos.

Buscando un “nuevo rostro”
para incidir en la base social
del chavismo

La reciente escogencia de “Chúo” Torrealba
como nuevo secretario ejecutivo,
busca cambiarle el “rostro” a la MUD,
una “renovación”, sobre todo por el historial
de este dirigente que estuvo ligado
en su juventud al PCV, que a través de
su programa “El radar de los barrios” lo
ligaba de alguna manera a ciertos sectores
populares con sus denuncias cotidianas,
con el objetivo de socavarle la base
al chavismo.

En este sentido la derecha busca su “tabla
de salvación”, articular una política
más en común, para capitalizar la crisis
del chavismo. Este es el objetivo con la
elección de Torrealba, considerado más
dialogador, pero en una tarea difícil de
remontar.Torrealba ya se expresó sobre
la Constituyente: “tiene el problema de
que no es consensual, ni en el país ni
dentro de la alianza”, y considerando
que “las legislativas… están en un cronograma
electoral y no asumirlas sería
irresponsable”.Se trata de una política
que combina acciones de calle para tensionar
la situación, pero no buscando
sacar en lo inmediato a Maduro, sino ir
erosionándolo, en medio de su propio
desgaste.

La clase obrera debe
identi’ car que se trata de
dos estrategias reaccionarias

La derecha vive su dilema, que en el
marco de la decadencia del chavismo
busca capitalizar su crisis en medio de
una gran división.De todas maneras, sea
cual sea la línea que tome la derecha,
la clase obrera y el pueblo pobre debe
identifi car con claridad que se trata de
dos estrategias reaccionarias por igual,
de una derecha que busca un nuevo
régimen en el país mucho más complaciente
con los intereses empresariales y
subordinado al imperialismo; al tiempo
que se enfrentan las políticas del gobierno,
como el ajuste económico y la represión
a los que luchan, debe denunciarse
también toda esta demagogia barata de
la derecha.