La economía en términos formales salió de la recesión, y los ingresos petroleros se han acrecentado con un barril superando los 100 dólares la media de la cesta venezolana. En pleno año electoral, donde disputará un tercer período presidencial, luego de 13 años de gobierno, en las que serán unas elecciones apretadas por la recuperación de la oposición de la derecha (ver artículo en este mismo periódico), el gobierno ha revivido y lanzado nuevas Misiones sociales. De esta manera pretende mostrar que hay un derrame de los altos beneficios petroleros al conjunto de la población pobre y a los trabajadores del país, cuestión bastante lejos de la realidad si lo comparamos con las altas ganancias de los capitalistas. Aquí se trata de un discurso y de una realidad de un gobierno que dice gobernar para los pobres y “no para la burguesía, a la que a cada momento “despotrica” en sus discursos.

Una distribución a favor de los que más tienen

A mitad de 2011, después de más de una década de supuesta “revolución”, el 20% más rico del país se quedaba con el 45% del ingreso nacional, mientras al 20% más pobre le tocaba un mísero 6%. Por eso el año pasado 33% de los venezolanos y venezolanas (9 millones 300 mil personas) pertenecían a hogares en situación de pobreza, de acuerdo a su nivel de ingresos; de esos hogares casi medio millón (492.115) están en pobreza crítica. A su vez, si se toma el criterio de no tener satisfechas las necesidades básicas, casi un millón y medio de familias (21% de los hogares) está en pobreza, de las cuales casi medio millón (470.114) está en pobreza crítica [1]. Es por esto que recientemente uno de los periódicos del gobierno, Correo del Orinoco, no tuvo ningún empacho en titular en su portada que “El gobierno garantiza a los empresarios ganancias sin especulación”. Mientras “no especulen”, dice entonces el gobierno, los empresarios pueden seguir con sus ganancias, tal cual como cualquier otro país de este mundo capitalista en el que continuamos inmersos. Pero lo cierto es que, con o sin especulación, los empresarios continúan llevándose exorbitantes ganancias, los cuales, claro, nunca dejarán de quejarse cuando se les intenta poner algún tope a sus ganancias –que dicho sea de paso, también se hace en cualquier otro país capitalista-, para que se les permita continuar ganando más, en su insaciable sed de ganancia.

La banca, como siempre, la primera del festín

Las estadísticas de la Superintendencia de Bancos revelaron que el año 2011 fue un año de alta rentabilidad para los capitalistas de la banca, al punto que las ganancias registran un salto espectacular de 91% respecto a 2010 y se elevan hasta 14 mil 410 millones de bolívares. Algunos analistas indican que entre los factores de esas ganancias está el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (SITME), que es el sistema donde los grandes empresarios compran con bolívares bonos en divisas que luego revenden en el exterior para obtener dólares legalmente paralelamente al control de cambios. Por otra parte, estas ganancias provienen también de los intereses que reportan las inversiones en bonos producto de las altas tasas de interés que reportan dichos bonos emitidos por el Ministerio de Finanzas. Para que se tenga una idea mejor, en los últimos doce meses, el paquete de bonos y letras del tesoro emitidos por el Ministerio de Finanzas, en poder de la banca, se ha incrementado un 76% desde 51 mil 594 millones de bolívares hasta 90 mil 890 millones. Es decir, un redondo negocio para estos depredadores, facilitado por el gobierno. Después vendrían otras explicaciones de estas suculentas ganancias, como la composición de los depósitos bancarios y el incremento de los créditos que se han elevado en un 80% [2]. Si sacamos la banca pública, que no pasa de un 17%, los grandes banqueros del Mercantil, Banco Provincial o Banesco, para solo mencionar algunos de estos ladrones legales, no deben quejarse mucho de la “revolución bolivariana”.

Pero también, como los banqueros tienen relación estrecha con otros sectores económicos, cuando no son los mismos, se completa un círculo donde los capitalistas en su conjunto se enriquecen en esta “revolución”. Para muestra un botón: hace poco saltó el escándalo del porcentaje de los desembolsos para los préstamos agrícolas que el gobierno le “impone” a la banca, donde el grueso del total fue destinado, según Sudeban, a solo 145 clientes, a quienes les aprobaron Bs. 21.722 millones en créditos agrícolas durante 2011, un monto que representa 60,08% de la cartera agrícola de la banca; el resto, cerca de Bs. 14.430 millones, se le otorgó a otros 7.079 productores, es decir, 39,92% de la cartera total. Para decirlo más sencillamente, a 2% de los grandes productores se les destinó el 60% del crédito, mientras que al restante 98% de pequeños productores se les destinó el 40%. Y es un secreto a voces de cómo esta gran banca financia prácticamente a los grandes empresarios y pulpos de los otros sectores de la economía.

Endeudados como en las viejas épocas… pero pagando religiosamente como siempre

El gobierno de Chávez no solo se hizo cargo de toda la deuda de la llamada IV República sino que también ha venido incrementando el nivel de endeudamiento del país a niveles que no dejaría de asombrar a algún neoliberal trasnochado. Según datos más recientes del Ministerio de Finanzas –septiembre del año pasado– indican que la deuda externa pública del país –es decir, sin incluir la privada- cerró para ese mes en 39.909 millones de dólares, mientras que la deuda interna (medida en dólares a una tasa de cambio de 4,30) finalizó en 34.689 millones de dólares, lo que representa unos 149.165 millones de bolívares Informe [3].

Para los que estamos acostumbrados a manejarnos con números de salario mínimo, es posible que perdamos la magnitud de esta cifra, pero para darnos una simple idea, el patrimonio de PDVSA en dólares es de 75 mil millones de dólares –según lo declarado por Rafael Ramírez-, en otras palabras, debemos entre deuda externa e interna, casi el patrimonio de una PDVSA entera [4]. Pero si nos detenemos en las cifras, vemos que las mismas revelan que el peso de la deuda externa es de 53,5% dentro del endeudamiento total, y de 46,5% para la deuda interna. Para que se vea cómo hemos avanzado en “nuestra independencia económica”, las propias cifras del Ministerio de Finanzas reflejan que la deuda externa se ha incrementado en 91% desde el año 2000 al pasar de 20.851 millones a 39.909 millones de dólares para septiembre del 2011. Pero en los endeudamientos internos no se queda atrás, al pasar de 7.242 millones de bolívares en el año 2000 a 149.166 millones de bolívares en 2011 [5], aumentado más de 2.000%. Pero la deuda aún es más alta, pues en estos cálculos no se incluyen otras obligaciones como los préstamos binacionales (en los últimos años se han firmado préstamos con China, Rusia y Brasil por más de 30 millardos de dólares).

El gobierno de Chávez paga sin chistar la deuda externa que durante muchos años incluso integrantes de su partido consideraban fraudulenta. Pero aún hay más, y es que el esquema que está teniendo el gobierno para “honrar sus compromisos” es mediante el mecanismo de más endeudamiento, transformándola en una “deuda eterna”, que en poco se diferencia de las viejas épocas. Se trataría de una deuda que nunca se acaba o no se termina de pagar pues el pago del vencimiento del capital se hace emitiendo bonos que es nueva deuda. Así, durante 2012 el 40% del nuevo endeudamiento se usará para… financiamiento de la deuda [6]. Para que se tenga una simple idea, solo por pago de servicio de deuda se calcula que entre 2011 y 2013, se pagarán 29 millardos de dólares, que al cambio oficial nos da la “módica suma” de 124.7 millardos de bolívares [7]. Una noción de lo que se pagará en ese período, baste mencionar que lo que se destinará a las tres misiones lanzadas recientemente con gran pompa por el gobierno, la Gran Misión Saber y Trabajo, la Gran Misión en Amor Mayor y la Gran Misión Hijos de Venezuela tendrán en 2012 asignaciones por apenas 22 millardos de [8]. Saque su cuenta compañero trabajador. Pero la “revolución bolivariana” cumple... con los capitalistas.

Pequeñas cuentas bastan

Como vemos hablar de “socialismo” en boca del gobierno no es más que una burla al pueblo, y lo que tenemos no es más que un reacomodo del capitalismo semicolonial venezolano en el plano externo y la dependencia económica, pues la manera tan timorata y subordinada al imperialismo como se supone que se busca el objetivo del desarrollo del país y la no dependencia extranjera, hace que las promesas de “desarrollo del país” no sean más que afirmaciones engañosas. Una vez más decimos que para alcanzar las tareas de liberación nacional y las demandas estructurales como la tierra y la vivienda, para no hablar las del socialismo, solo se podrá avanzar a través de una verdadera revolución obrera y socialista, la que solo los trabajadores y el conjunto de los explotados del país podrán llevar hasta el final.