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Otros Artículos / Comunicados, volantes y declaraciones

Miércoles 24 de febrero de 2010

EUROPA: RESISTENCIA OBRERA A LOS PLANES DE AJUSTE

Francia:“¡Vencer a los patrones es posible!”

Por Juan Chingo desde París


En un marco de crisis económica, que golpea especialmente a los países más débiles de la Unión Europea, con millones de nuevos desempleados, empiezan extenderse la resistencia y las respuestas obreras a los despidos y los planes de austeridad. Así lo atestiguan las dos huelgas generales en Grecia (el 10 y 24 de febrero); las movilizaciones en el Estado español contra la reforma jubilatoria de Zapatero, como la reciente marcha en Barcelona; y la nueva oleada de luchas obreras en Francia, con importantes triunfos como la reciente victoria de los obreros de Philips que impidieron el cierre de la planta y mantuvieron los puestos de trabajo amenazados por la patronal. Los planes de ajuste de los gobiernos y las burguesías europeas encuentran una creciente resistencia entre la clase obrera y la juventud.

Triunfo en Philips Dreux

Viernes después de mediodía, con el anuncio de la victoria de los trabajadores de Philips contra su dueño, los trabajadores dejan estallar su alegría. Mientras que la dirección de Philips anunciaba desde octubre pasado el cierre definitivo del lugar, el despido de los 212 trabajadores y había empezado un cierre de la fábrica (lock out) desde el lunes 15 de febrero, impidiendo a los trabajadores entrar y trabajar, ahora está obligada a reabrir sus puertas y reactivar la producción. El lunes 22 de febrero, los trabajadores reanudaban su trabajo recibidos con cantos y aplausos de estudiantes parisinos, de la banlieue y profesores huelguistas de la academia de Créteil, que llegaban para apoyarlos y felicitarlos. Se podía leer en las banderas “Ganar contra los patrones es posible!” y “Philips Dreux, un ejemplo para todos los trabajadores!” ¡Es una victoria importante de los trabajadores que lucharon no por indemnizaciones sino para el mantenimiento de su empleo, contra los despidos y el cierre de su fábrica!

Combatividad y solidaridad

No fue solamente la estrategia judicial y el trabajo de los abogados lo que permitió esta victoria, sino una combinación de métodos y estrategias de lucha de los propios trabajadores. Una de las claves de la victoria fue la firmeza del sindicato CGT Philips Dreux en la línea del mantenimiento de todos los puestos de trabajo. Rechazó toda negociación con la patronal mientras el lock out no fuera levantado y el “plan social retirado” (procedimiento legal de despido). Apeló y movilizó a los trabajadores a luchar contra el lock out, yendo todos los días a partir de 5:30 frente a la fábrica y a reunirse en asamblea general para decidir la estrategia a adoptar. Los trabajadores respondieron masivamente al llamado. Los militantes combativos del CGT organizaron guardias durante las 24 horas sobre el lugar en caso de que la dirección vaciara la fábrica, sacando sus máquinas, y buscaron permanentemente la convergencia con otras luchas. Un hecho nuevo fue la presencia de estudiantes de la universidad, especialmente de París 8 Saint Denis, entre los cuales jugaron un rol destacado los militantes y simpatizantes de la FT, yendo todas las mañanas al frente de la fábrica a llevar su apoyo a los trabajadores. Esta solidaridad de los estudiantes hacia los obreros contribuyó mucho a sacar esta lucha del aislamiento y levantar la moral de los trabajadores, que se sentían “desechados como pañuelos descartables” y totalmente despreciados por la patronal.

¡Nacionalización bajo control obrero!

Pero la lucha de los trabajadores de Philips no ha terminado. El manager de Philips Dreux, Richard Woods, ha tenido que tragarse por el momento sus palabras el jueves antes de la victoria, sobre que “no habría más producción a Dreux”. Es que, su plan de cierre era tan ilegal, que la justicia habría tenido dificultades en no darles la razón a los trabajadores. A este resultado inesperado ayudó la existencia de un clima social caldeado, como mostraba la histórica huelga de los trabajadores precarizados del gigante del mueble IKEA, la huelga de sectores de la educación (Ver La Verdad Obrera Nº 362) así como, en un plano más político, la huelga de solidaridad de los trabajadores de las refinerías en Francia (ver “Traición de los sindicatos”), en el marco de un gobierno debilitado que debe afrontar un difícil test electoral el próximo 14 de marzo.

Sin embargo, esto retroceso que da tiempo a los trabajadores y les permite avanzar en su organización, tanto interna como fuera de la fábrica, buscando la coordinación con otros sectores, no significa que la patronal no intentará volver a la carga. Frente a la pérdida de legitimidad de la firma, que debe cuidar su marca, se puede suponer que la dirección de Philips prepare un nuevo plan de despidos cubriendo todos los aspectos legales. Esta es la razón por la que los trabajadores amenazados por los despidos no pueden volver a poner su suerte en manos de la Justicia. La única solución definitiva ante los despidos es la nacionalización de la empresa bajo control de los obreros. Los diez días de producción sin patrones lo han mostrado (ver “El ejemplo del Control obrero”). La nacionalización permite garantizar un plan de producción para los obreros, es decir, el suministro de la materia prima, las ventas y el control obrero permite a los propios trabajadores garantizar el empleo, su trabajo y decidir colectivamente la manera en que van a trabajar.

El ejemplo del Control obrero

Para justificar el cierre de la fábrica, la patronal baja el ritmo de producción mediante el no aprovisionamiento de la planta hasta llegar a un nivel de producción de sólo 10 televisores por día en el mes de diciembre. Es así que el día 5 de enero, los trabajadores deciden en asamblea por mayoría aplastante (147 contra 5) tomar el control de la planta, aprovisionarla y demostrar así que, al contrario de lo quería hacer creer la patronal, la fábrica es productiva.

Para aprovisionar la planta, los obreros de Philips cuentan con la solidaridad de los trabajadores del almacén donde están los componentes que llegan desde Hungría y logran así aprovisionarse para cerca de un mes de producción. ¡En un día de trabajo producen más de 300 televisores! Pero tras 10 días de producción, la patronal, apoyada por fiscales de justicia y con la colaboración del sindicato amarillo Force Ouvrière acosa a dos obreros para que saquen todos los televisores almacenados en la planta y los trasladen a otro local, y con agentes de seguridad privados retoma el control de la planta.


Total: Traición de los sindicatos. Huelga de solidaridad en todas las refinerías

El martes 16 de febrero, los trabajadores de la refinería Total de Dunkerque, en huelga desde hace un mes por el mantenimiento de los puestos de trabajo, forzaron un cordón de seguridad privada y ocuparon los locales administrativos de la refinería. Vencido el ultimátum lanzado por los sindicatos, el miércoles 17 de febrero, comenzó una huelga ilimitada con amplia participación de los trabajadores petroleros en las seis refinerías de Total en solidaridad con los obreros de Dunkerque. Sin embargo, el martes a la noche, luego de más de nueve horas de negociación en la sede central de la empresa en el la zona de negocios parisina de La Defense, la dirección mayoritaria de la CGT y Force Ouvriére llamaron a la suspensión de la huelga, cediendo a la presión del gobierno. Éste era conciente de que una mayor extensión de la huelga y una acción determinada de los trabajadores para bloquear la distribución de combustible podrían paralizar la economía casi inmediatamente y amenazar la viabilidad de su gobierno.

Las negociaciones son una vergüenza. A pesar de la fuerza del movimiento, el dueño de Total confirmó el cierre de la refinería de Dunkerque, “prometiendo al mismo tiempo” no cerrar ninguna otra refinería en los cinco próximos años. Tal negociación fue correctamente calificada por el delegado SUD de Dunkerque, Philippe Wullens, que participó en las negociaciones con la dirección en París, de la siguiente manera: “Yo estoy verdaderamente decepcionado, pero iremos hasta el final. Ha habido avances positivos para algunos, el martes, sobre la continuidad de otros lugares, pero la palabra continuidad no tiene ningún valor. ¿Para los trabajadores, eso quiere decir ustedes están en CDD (Contrato de Duración Determinada ) por cinco años… y luego?” (Le Monde, 24/2). Incluso estas promesas pueden ser papel mojado en los próximos meses o años, en el marco del exceso de sobrecapacidad del sector, que en Europa debe cerrar entre un 10% y 15 % de las 114 refinerías existentes, además de la política sistemática de la patronal de relocalizar estas actividades en países con menos regulaciones de medio ambientales como Arabia Saudita. Regionalmente, el cierre previsto de la refinería de Flandes será un golpe muy duro para la economía de toda la zona, además de dejar la mayoría del personal contratado por las subcontratistas -unos 400 trabajadores- en el desempleo, ya que para ellos no habrá reclasificación, incluso forzada como es el caso de los 380 obreros de Total. Una vez más las direcciones sindicales le salvan las papas al gobierno de Sarkozy rompiendo la más elemental solidaridad de clase y dejando a los obreros de Dunkerque en el aislamiento. No sorprende de una dirección emparentada hasta el cuello con el imperialismo francés, y que por boca de Bernard Thibault, líder de la CGT a nivel nacional, presentaba la lucha de Total el domingo antes de la entregada como una lucha no sólo por los intereses de los trabajadores de esa empresa sino que “también estaban en juego los intereses económicos y estratégicos de nuestro país”. Este es el sentido de la “mesa redonda sobre el futuro del sector energético en Francia” que pedían y obtuvieron los sindicatos, una política nacionalista que pretende que el ajuste de sobreproducción a nivel mundial sea pagado por los trabajadores de otros países. No será este camino de diálogo entre el gobierno, los sindicatos y los patrones, donde el problema del empleo en el sector del refinado encontrará una solución favorable a los trabajadores.

A largo plazo, la única manera de garantizar el mantenimiento del conjunto de los puestos de trabajos de efectivos y de los trabajadores subcontratados es imponer la nacionalización sin indemnizaciones de Total y las empresas petroleras bajo control de los trabajadores. En lo inmediato, la tarea del momento es rodear de apoyo activo a los trabajadores de Dunkerque, que han recibido una puñalada por la espalda de la burocracia sindical, para impedir el cierre de la refinería de Flandes. Frente a la política de colaboración de clases de las direcciones sindicales mayoritarias y sus políticas corporativas, es fundamental impulsar el camino de la coordinación y el llamado que plantea la CGT Philips Dreux cuando dice: “Es la lucha de conjunto la que permitirá garantizar nuestros empleos y prohibir los despidos.

Para ganar, deberemos encontrar los lazos con los trabajadores de las otras empresas amenazados de despidos o supresiones (...) Esta convergencia de las luchas es la tarea que nos espera en los días y las semanas que vienen” (Comunicado del 22/02/2010).


Grecia: huelga general contra el ajuste

Por Celeste Murillo

El 24 de febrero se llevó a cabo la huelga general en Grecia contra el plan de ajuste del gobierno “socialista” de Giorgios Papandreu. El llamado “Plan de Estabilidad y Crecimiento” es, en verdad, un plan de austeridad que incluye recortes presupuestarios, congelamiento salarial para los empleados públicos, aumento de la edad jubilatoria e impuestazos.

La huelga general del 24/2, convocada por los principales sindicatos como la GSEE (sector privado) y ADEDY (sector público), significó una paralización completa de todos los medios de transporte, y de la mayoría de servicios y la industria. Una de las principales consignas fue “Que la crisis la paguen los mercados”. Según los sindicatos, el 80% de los trabajadores (entre ambas centrales organizan cerca de 3 millones) acató la medida y se movilizaron 30.000 personas en la manifestación central en Atenas.

Se cancelaron todos los vuelos por el paro total de controladores aéreos y trabajadores de todas las aerolíneas. Los colectivos realizaron recorridos de emergencia para que los trabajadores y jóvenes lleguen a las protestas en las principales ciudades. Las universidades y escuelas permanecieron cerradas, así como los hospitales y oficinas públicas. También se sumaron a la protesta periodistas y técnicos de canales de televisión.

La receta neoliberal del gobierno del PASOK, que llegó al poder con gran apoyo popular y de los sindicatos, enfrenta hoy la bronca de trabajadores y jóvenes, que sufren los peores índices de desocupación (que entre los jóvenes llega al 25%) y pobreza dentro de la Unión Europa. Por esta razón, la segunda jornada de huelga general contó con la simpatía de más del 75% de la población.

Grecia es uno de los países más golpeados por la crisis, y en este marco la UE le exige que reduzca su déficit fiscal, del actual 12,7% al 2,8%. Para esto, los principales socios de la Unión, con Alemania a la cabeza, habían propuesto un plan de ayuda, que incluía un ajuste todavía mayor al aplicado por el gobierno y un monitoreo directo sobre la economía del país.

Al plan de ajuste del gobierno los trabajadores respondieron con una primera huelga de los empleados públicos el 10/02. Esa acción paralizó todas las oficinas, escuelas y hospitales públicos, además de las aduanas y aeropuertos.

Las centrales sindicales, que habían apoyado en 2009 a Papandreu, se ponen hoy a la cabeza de la protesta con una clara política de evitar que todo se salga de control. Así lo alerta Yiannis Panagopoulus (dirigente de GSEE): “Las reducciones de gastos van a causar más recesión y auténticas conmociones sociales”. A esto le temen el gobierno y las burguesías europeas, que vienen siguiendo muy de cerca la situación en Grecia, a la respuesta de los trabajadores y el efecto dominó que pueden provocar las protestas.

Los trabajadores griegos vienen demostrando en la acción la fuerza social de la clase que tiene en sus manos el funcionamiento de los principales sectores de la economía: la huelga de los trabajadores aduaneros que provocó la escasez del combustible, y los trabajadores del transporte terrestre, aéreo y marítimo que paralizaron todo el país, incluyendo el sector turístico (una de las principales entradas de divisas).

Desde hace varios años, Grecia viene estando cruzada por huelgas y movilizaciones contra los planes neoliberales, y más recientemente contra los primeros efectos de la crisis. En 2008, a los paros generales se sumó la rebelión juvenil y popular provocada por un caso de “gatillo fácil” donde la policía asesinó a Alexis Grigoropulos de 15 años.

Los planes de ajuste y los efectos de la crisis empiezan a ser enfrentados no sólo en Grecia sino en otros países como Francia y el Estado español. Sólo en este camino de lucha obrera y movilización, con una política independiente de los trabajadores que supere los límites impuestos por las burocracias sindicales, podremos imponer que la crisis la paguen los capitalistas.





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