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Comunicados, volantes y declaraciones
Viernes 14 de octubre de 2011 BOLIVIA Jaqueado por la movilización indígena, el MAS plebiscita su política por Antonio Laure, LOR-CI La crisis política abierta en el gobierno y provocada por el enfrentamiento con Pueblos Indígenas de tierras bajas, ha puesto en peligro uno de los componentes del proyecto de reconstitución del nuevo régimen político. Nada más y nada menos que la reconfiguración del poder judicial que se definirá de manera inédita mediante proceso electoral este 16 de octubre. A este proceso se llega con 56 candidatos a magistrados en distintos órganos de administración de justicia y que fueron elegidos como candidatos en comisiones por el parlamento. En una manifestación de la correlación de fuerzas oficialista los postulantes, en más del 90% de los casos, son salidos del riñón mismo del partido de gobierno, lo cual ha provocado la indignación de la oposición de derecha y de las viejas capas burguesas. Estos sectores han venido agitando una campaña por el voto nulo como manifestación profunda de su descontento al no contar con candidatos propios en un juego de cuoteo de puestos y candidatos al cual estaban acostumbrados. Para el partido de gobierno, una renovación del poder judicial y de sus órganos operativos implica contar con rostros nuevos para realizar viejas funciones en la operación de justicia, haciendo cumplir el ejercicio al derecho a la propiedad y a la explotación como ejes centrales del funcionamiento del sistema. Asimismo, esta elección es un componente más del juego de lo simbólico como mecanismo de engaño de masas, al tratar de mostrar la voluntad de recambiar uno de los poderes más reaccionarios a favor de los intereses nacionales. Pero, en la historia de las elecciones en Bolivia, tal vez, ésta es una de las más despintadas por el mal cálculo político. Primero, porque un giro demasiado pronunciado del gobierno en la defensa de los intereses burgueses y transnacionales lo ha colocado enfrentado a una parte central de su base social (los pueblos indígenas) y, segundo, que la invariable política del gobierno lo ha mantenido creyendo, al igual que la camarilla neoliberal de las anteriores gestiones, que las masas pueden subsistir con simples reformas decorativas cuando se comienza a sentir un clima de penetración de la crisis económica internacional en el país y se evidencia que las condiciones de atraso no se han modificado. El resultado del día domingo puede convertirse en un escenario de derrota para el gobierno, en unas elecciones que cobran un carácter casi plebiscitario del conjunto de las reformas ejecutadas desde el Palacio Quemado (casa de gobierno) en el marco de un clima de crisis política y descontento popular. Los porcentajes de votación podrían legitimar y dar un respiro al gobierno o acrecentar la crisis interna y externa manifestada en una pérdida del apoyo de los sectores obreros y populares, así como la definitiva anulación del apoyo por parte de las clases medias. Para el gobierno, el voto nulo y la no participación representaría una apertura de puertas a la derecha más reaccionaria y esta posición es la base de una campaña de miedo que apela a la sensibilidad de los sectores obreros y populares. Los marxistas revolucionarios, que peleamos por una república de obreros y campesinos, por lo tanto, por una justicia al servicio de los trabajadores y el pueblo y no al servicio de la seguridad jurídica empresarial, creemos que los trabajadores deben realizar la mayor experiencia con la democracia burguesa para poder superarla y comprender los profundos límites que la misma contiene. Comprendemos la importancia para las masas de superar sobre la base de su experiencia a la democracia de los ricos y consideramos una tribuna de importancia en la lucha política la tribuna electoral. Sin embargo, en estas elecciones, por ley, los trabajadores están impedidos de presentar a sus propios candidatos y por lo tanto, estas elecciones se limitan a refrendar o no a los candidatos elegidos por el partido de gobierno. Si los trabajadores tuvieran el derecho de presentar como candidatos a honestos luchadores por los derechos laborales, por los derechos humanos, por los derechos indígenas, este sería un importante punto de apoyo para desenmascarar el carácter limitado de esta democracia y su justicia. Sin embargo, esto no es así, por lo tanto nos vemos en la obligación de llamar a votar nulo, única forma de denunciar la farsa democrática impulsada por este gobierno.
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