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Jueves 8 de mayo de 2008

La Oposición y las "Lecciones de Octubre"

Bárbara Funes

En el marco de la ofensiva de Stalin, Zinoviev y Kamenev, en la cual intentaban mostrarlo como opuesto al leninismo, Trotsky plasma las conclusiones de este proceso revolucionario en las Lecciones de Octubre[1], junto con un balance de la derrota de la Revolución Alemana de 1923. Este ensayo fue escrito en 1924, a pedido de la editorial del estado y como prólogo a sus obras de 1917. La respuesta de los triunviros no se hizo esperar desatando una fuerte campaña para desacreditarlo y en particular enfrentando la teoría de la revolución que subyace las Lecciones…. En contraposición a ésta última, Stalin formula su “teoría” del socialismo en un solo país.




Ante la derrota de la revolución en Bulgaria y en Alemania, Trotsky señala en este texto que no se ha realizado hasta ese momento un estudio sistemático de los problemas que plantea la insurrección para los revolucionarios. Sostiene que era necesario elaborar, sistematizar y popularizar las conclusiones de la primera revolución obrera triunfante para la clase obrera y los militantes revolucionarios de la Internacional Comunista, apelando a ellos para continuar la obra iniciada por el proletariado ruso.

Trotsky logra con este libro intervenir en la dura lucha política entablada al interior del partido y hacia la vanguardia obrera, exponiendo, alrededor de las lecciones de la Revolución Rusa, los problemas claves de la revolución proletaria mundial. Así se posiciona contra quienes recortan la historia del partido y de la revolución para justificar su política.

Los ejes centrales de esta obra son señalar el rol fundamental del partido de la clase obrera en un proceso revolucionario, contraponiendo el triunfo en Rusia y la derrota en Alemania, y la figura de Lenin, como elemento clave de la dirección del partido, capaz de aglutinar a su organización en el momento de la toma del poder.

Recorre los principales problemas de la Revolución Rusa desde la concepción de la revolución que guió a los bolcheviques y los debates del partido en los momentos álgidos de la lucha de clases, que expresaban el estado de ánimo de los diferentes sectores de las masas populares en el proceso que culminó con el triunfo de la clase obrera. Esto fue así ya que esta organización poseía fuertes vinculaciones con las masas, en especial con la vanguardia proletaria. Todo esto le otorga a esta obra un carácter polémico que lo enfrentará a la política de la dirección del partido, desatando la reacción contra su autor.

Una y otra vez Trotsky resalta el rol fundamental del partido para la clase obrera: “Una clase explotadora se encuentra capacitada para arrebatárselo (se refiere al poder, N.de A.) a otra clase explotadora apoyándose en sus riquezas, en su “cultura”, en sus innumerables concomitancias con el viejo aparato estatal. Sin embargo, cuando se trata del proletariado, no hay nada capaz de reemplazar al partido[2]. También explica que el Partido Bolchevique se forjó en “la lucha contra el zarismo, en la actividad clandestina, en la elaboración teórica, en la lucha contra el menchevismo, contra los narodniki, contra el conciliacionismo, en la experiencia de la Revolución de 1905, en la elaboración teórica de esa experiencia durante los años de la contrarrevolución, su examen de los problemas del movimiento obrero internacional desde el punto de vista de las lecciones de 1905”[3]. Estas luchas previas al momento de la insurrección fueron las que seleccionaron a los dirigentes y militantes que la protagonizarían.

Los tiempos de la Revolución y los debates en el partido

Luego de la Revolución de Febrero[4], la primera crisis del partido se desata en abril, cuando la mayoría de su plana dirigente, entre ellos, Zinoviev y Kamenev, tenía actitudes conciliadoras con los mencheviques y se inclinan a la integración en la república democrática, ya que consideran que, debido a su atraso, Rusia debía pasar por una etapa de “democracia burguesa” antes de llegar a la revolución proletaria. Trotsky cita a Lenin: “No hay que apegarse a las viejas fórmulas –añade-sino a la nueva realidad. ¿Abarca esta nueva realidad la fórmula “viejo-bolchevique” de Kamenev, relativa a que no ha terminado la revolución democrático-burguesa? No; semejante fórmula es anticuada. Carece de valor y está muerta. Vanos serán los esfuerzos que se intenten para resucitarla”. Lenin dará entonces la pelea en el Partido Bolchevique por preparar a la vanguardia obrera para la toma del poder y el establecimiento de la dictadura del proletariado.

En la época imperialista la burguesía no puede cumplir un rol revolucionario resolviendo las tareas democráticas: está ligada por miles de lazos económicos a la burguesía y al capital de los países más avanzados, a la aristocracia terrateniente; resolver las tareas democráticas, por ejemplo la propiedad de la tierra, atenta contra sus propios intereses. Queda en manos del proletariado la resolución de los principales problemas de las masas. Y para ello, los trabajadores insurrectos deben tomar en sus manos la resolución de las tareas democráticas, terminar con la propiedad privada de los medios de producción, y establecer la dictadura del proletariado.

Tras la derrota del intento de golpe de estado del general Kornilov, gracias a la movilización y la política del Partido Bolchevique, éste se prestigiará ante las masas. Se resuelve formar el Preparlamento, a través del cual tratan de desviar el país del camino revolucionario de los soviets para seguir la vía burguesa y constitucional. En este momento, Lenin logra ganar a los sectores más avanzados del proletariado para tomar el poder, y a través de ellos, a los sectores más avanzados del partido. Recién ahí, Zinoviev, Kamenev y otros importantes dirigentes bolcheviques adoptan la posición de Lenin. Sin embargo, se vuelven a enfrentar con él en los momentos previos a la insurrección, sosteniendo que estaban en contra de un alzamiento armado del proletariado y que la salida era la Asamblea Constituyente. Luego de la toma del poder plantean que había que restituir el poder a los partidos derrotados por la clase obrera. Trotsky, cuya organización se había unido al partido bolchevique en agosto del ‘17[5], por el contrario, acuerda con la posición de Lenin.

En su libro, Trotsky, al calor de la propia Revolución Rusa, plantea problemas claves que constituyen aspectos fundamentales de su “Teoría de la revolución permanente”[6]. En primer lugar, el hecho de que la época imperialista implicaba la maduración de las condiciones objetivas para la revolución en un país atrasado como Rusia y en segundo lugar, que mantenerse en el estadio “revolución democrática” y dejar el poder en manos de la burguesía significaba no dar resolución a los grandes problemas de las masas: pan, paz y tierra: “…el programa de revolución socialista en el interior y de revolución internacional en el exterior: ese era el programa de Lenin”, concluía Trotsky en sus Lecciones de Octubre.

La “teoría del socialismo en un solo país”

Este ensayo mostraba a los ahora “espadas fuertes” de Lenin, en una lugar opuesto a él, mientras que Trotsky había estado de acuerdo en todos los problemas fundamentales de la revolución. La aparición del libro es anunciada en Pravda a partir del 12 de octubre. La troika respondió con una andanada de artículos: Kamenev publicó “Leninismo o trotskismo”, Stalin, “Trotskismo o leninismo” y Zinoviev, “Bolchevismo o trotskismo”. Acusan a Trotsky de “revisionismo” y de intento de “liquidación del leninismo”. En diciembre se lanzan contra la teoría de la revolución permanente, desarrollada por Trotsky en 1905, y que nunca había sido cuestionada por el Partido Bolchevique. En palabras de Pierre Broué: “Stalin, en una de sus primeras incursiones en la teoría concluye con su particularísimo estilo: ‘el abismo que separa al leninismo de la teoría de la revolución permanente”[7]. El aparato del partido usa contra Trotsky el control de la prensa partidaria, se exhiben documentos que existían en los archivos para distorsionar viejas divergencias, se dan a conocer al gran público, fuera de contexto, las afirmaciones más agresivas empleadas en las polémicas del pasado. “El aparato, en cientos de columnas de prensa, por medio de todos los órganos, escuelas, instrucciones, oradores y propagandistas, forja el concepto de ‘trotskismo’”[8] unido a una supuesta subestimación del papel del partido y el desprecio por los campesinos, que serían concepciones que en última instancia explicarían sus desacuerdos con Lenin en el pasado.

En 1924 Stalin por primera vez formuló la “teoría del socialismo en un solo país”[9], que de acuerdo con el análisis de Trotsky se reducía a “a la concepción, extraña a la historia y más bien estéril, de que las riquezas naturales permiten que la URSS construya el socialismo dentro de sus fronteras geográficas”[10]. En 1925 Stalin la definió como “la posibilidad de resolver las contradicciones entre el proletariado y los campesinos con las fuerzas interiores en nuestro país, la posibilidad de que el proletariado tome el poder y lo utilice para edificar la sociedad socialista completa en nuestro país, contando con la simpatía y apoyo de los proletarios de los demás países, pero sin que previamente triunfe en estos países la revolución proletaria”[11]. Quería imponer la idea de que la revolución ya había terminado, que las contradicciones sociales desaparecerían en forma gradual, que el kulak sería asimilado por el socialismo, y que todo evolucionaría pacíficamente, al margen de lo que sucediera en el exterior.

Hasta la muerte de Lenin nadie había sugerido la posibilidad de que el socialismo se pudiera construir fronteras adentro. De hecho, Lenin se oponía a esa idea: “Siempre nos comprometimos a desarrollar una revolución internacional, y esto es cierto incondicionalmente ... que siempre hicimos hincapié en el hecho de que en un solo país es imposible concretar una tarea tal como una revolución socialista.”[12] Sin embargo, de acuerdo con Trotsky “Las grandes derrotas del proletariado europeo y los primeros éxitos, muy modestos a pesar de todo, de la economía soviética, sugirieron a Stalin durante el otoño de 1924 que la misión histórica de la burocracia era construir el socialismo en un solo país”[13].

Es así que la “teoría” engendrada por Stalin constituyó una respuesta pragmática de la burocracia al cansancio de las masas luego de ser asoladas por 14 ejércitos imperialistas, de haber soportado los duros años de la guerra civil y las hambrunas, y de los primeros avances de la economía. De este estado de ánimo se aprovechan los triunviros para desacreditar la teoría de Trotsky, quien realizará una crítica profunda de esta “teoría” en su Crítica al programa de la Internacional Comunista, que abordaremos en próximas entregas.

Los problemas de la NEP y las nuevas oposiciones

A inicios de 1925 Trotsky es expulsado del gobierno, última consecuencia de la derrota de la Oposición en 1923. Las dificultades originadas sobre todo en relación a la economía van a nutrir nuevas oposiciones. Si bien Rusia había salido del período de crisis, se profundizaron las diferencias sociales que la NEP generaba: el kulak y nepista lograban una mayor poder de ingerencia en la economía al punto de plantear la pregunta ¿debe depender la industrialización de la satisfacción de las reivindicaciones del campesinado acomodado? Este debate de política económica es el que entablaron de los más prestigiosos economistas del Partido Bolchevique, Bujarin y Preobrazhensky (ver recuadro: La Polémica Bujarin- Preobrazhensky).

En septiembre, en Leningrado, centro neurálgico del proletariado ruso, y feudo de Zinoviev, se inició el descontento entre los obreros ante la situación económica y la degeneración del régimen del partido, que los propios seguidores de Zinoviev y Kamenev no pudieron ignorar. Surgió una nueva izquierda, distinta a la de 1923, fuertemente ligada a una capa del proletariado. Zinoviev y Kamenev aprovecharon su influencia en el aparato de Leningrado, mientras que Stalin lo hizo sobre el moscovita, para emplear los mismos métodos que usaron contra Trotsky y la oposición de 1923: destituían a sus adversarios de los puestos de mayor responsabilidad, censuraban y exiliaban a los disidentes.

Zinoviev y Kamenev, que ya habían tenido ciertos enfrentamientos con Stalin, pospuestos para enfrentar Lecciones de Octubre, se pronuncian contra la orientación económica de Bujarin. Y entre octubre y diciembre, durante los preparativos del XIV Congreso se terminan de delinear sus diferencias contra Stalin no sólo en lo relativo a la política de derecha formulada por Bujarin, sino también a la resolución elaborada por Stalin que sostiene que es posible construir el socialismo en un solo país, tomando en sus manos muchas de los discusiones que planteaba la Oposición de Izquierda, pero que venía de ser derrotada por los que ahora tomaban parcialmente sus banderas. Si bien en el Congreso se delinearon estos grandes debates del momento e incluso se trajo a luz el cuestionamiento del testamento de Lenin a Stalin y una intervención de Krupskaia, que reivindicó a Trotsky y denunció los métodos empleados por la troika, Stalin consiguió que fuera votada su línea política y pudo garantizar su primacía en el partido.

Este sería el prólogo de una nueva etapa de importantes luchas en el seno del partido bolchevique caracterizadas por un ala derecha dirigida por Bujarin en alianza con Stalin, y la formación de la Oposición Conjunta que integra la Oposición de Izquierda y la nueva oposición, encabezada de Zinoviev y Kamenev, temas que abordaremos en la próxima entrega.

Notas:

[1] Ver versión digitalizada en www.ceip.org.ar.

[2] L. Trotsky, op.cit.

[3] L. Trotsky, op.cit.

[4] Para quienes deseen profundizar sobre la historia de la Revolución Rusa, recomendamos la lectura de Cómo hicimos la Revolución Rusa, 1917 El año de la revolución y Cómo se armó la Revolución Rusa, libros editados por el CEIP León Trotsky, así como de la Historia de la Revolución Rusa, todas obras de León Trotsky.

[5] León Trotsky era en esa época miembro de la Organización Interdistritos de socialdemócratas unidos (mezhrayontsi en ruso) que se fusionó con los bolcheviques en julio de 1917, agrupando en esa época a 4.000 miembros en Petrogrado y a 1.000 en las organizaciones militares. Entre sus miembros más destacados figuraban junto a Trotsky, Lunacharsky, Volodarsky, Uritzky, Joffe, Manuilsky, Karakhan, Riazanov, Pokrovsky y Uren. La fusión con los bolcheviques se produjo en el VI Congreso de estos últimos, celebrado del 8 al 16 de agosto de 1917.

[6] Para ampliar el estudio de este tema, se puede consultar el libro La Teoría de la Revolución Permanente- Compilación, CEIP León Trotsky, Buenos Aires, 2000.

[7] Pierre Broúe, El Partido Bolchevique, Cap. IX

[8] op.cit.

[9] Stalin publicó en el otoño de 1924 en Pravda y en Izvestia el artículo “Octubre y la teoría de la revolución permanente del camarada Trotsky”.

[10] León Trotsky, “La Revolución traicionada”, edición online tomada de Marxist Internet Archive/español

[11] J.Stalin, Cuestiones de leninismo, citado en P. Broué, El Partido Bolchevique.

[12] V.I. Lenin, op. cit., Vol. 25, pág. 473/474, citado en Tony Cliff, Trotsky: Fighting the rising Stalinist bureaucracy 1923-1927, Bookmarks, Londres, 1991.





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