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Comunicados, volantes y declaraciones
Viernes 11 de marzo de 2011 POLÉMICA La visita de Rubén González a los de JAVU, la solidaridad obrera y la necesidad de una política obrera independiente de los bandos burgueses Por Angel Arias, por la LTS Arrancar de la cárcel a Rubén González ha sido una importante victoria para el movimiento obrero y para los explotados y oprimidos en general. Detrás del encarcelamiento y condena a Rubén González estaba la intención de aplastar las luchas contra la explotación. Rubén González estaba preso por participar de una huelga por el cumplimiento del contrato colectivo, es decir, porque a los trabajadores y trabajadoras se les cumpliera con lo poco que les devuelve el sistema por explotar su fuerza de trabajo. La criminalización de estas luchas es una política que busca "disciplinar", amedrentar y reprimir a los trabajadores para que acepten sin resistencia las penurias a las que el capitalismo los condena. La huelga que encabezó Rubén González en Ferrominera del Orinoco en junio de 2009 tenía como telón de fondo el primer capítulo de la fuerte crisis de la economía capitalista internacional, que trajo consigo una fuerte baja en la demanda y precios de las materias primas: con el incumplimiento de los derechos salariales y contractuales el gobierno venezolano buscaba hacer pagar a los trabajadores el costo de la crisis. La criminalización y encarcelamiento de quienes se oponían a esto, significaba que las consecuencias de la crisis del sistema de explotación capitalista la pagarían los trabajadores no solo con rebajas salariales, desempleo, miseria, sino también con la cárcel. Más aún, el caso de Rubén González es la expresión más fuerte de una política generalizada en el país, tanto del gobierno como de los capitalistas privados, de criminalizar y reprimir las luchas obreras. Más de 200 trabajadores y trabajadoras tienen procesos judiciales en curso por participar de alguna lucha tanto en empresas privadas como estatales. Decenas de dirigentes sindicales vienen siendo asesinados por sicarios pagados por los patrones privados. Dos obreros que en lucha por sus derechos ocupaban la fábrica, una transnacional imperialista -Mitsubishi Motors-, fueron asesinados por la represión de un gobernador chavista. Capitalistas privados y Estado venían, y vienen, confabulándose en una alianza tácita, no declarada, no pública, pero sí muy real y efectiva contra los trabajadores, para castigar con despidos, encarcelamiento y asesinatos las luchas obreras contra la explotación capitalista. Solidarizarse con Rubén González, luchar para sacarlo de la cárcel, era y es la única actitud correcta desde un punto de vista revolucionario, desde una perspectiva clasista de los trabajadores. No puede caber duda al respecto: dejar pasar eso significaba aceptar que la clase obrera vaya a parar a la cárcel del Estado burgués por el sólo hecho de pelear por su sobrevivencia. Durante todo este tiempo de casi un año y medio, la amplia mayoría del espectro político nacional silenciaba el caso de Rubén González. En los partidos y corrientes sindicales del chavismo, subordinadas al gobierno, primó la complicidad con esta política de Estado. Fueron pocas las voces contra este hecho y contra esta política, y las más de las veces, solo declarativamente, sin hacer nada en concreto por su liberación y por revertir esta política de Estado, es decir, de su gobierno. Ningún paro, ninguna huelga, ningún encuentro de trabajadores en lucha para sacar a Rubén González de la cárcel. Recién cuando se acercaba la sentencia hubo más preocupación del sindicalismo chavista, y al ser condenado, sí declararon en contra de la condena y amenazaron con paros... es lo mínimo que podrían hacer. En el caso de la oposición burguesa también guardó un gran silencio, pero era de entenderse y esperarse pues ellos siempre han condenado a los trabajadores que luchan, tal cual como lo han hecho a lo largo de su historia y tienen sus manos manchadas de sangre obrera. Pero en las últimas semanas se aprovecharon del hecho que Rubén González es trabajador de una empresa estatal, para hacer política ya que iba contra el gobierno por ser éste quien lo condenaba. ¡No se trataba de un luchador de una de sus empresas privadas, sino del Estado! Esto les facilitó la demagogia para tomar el caso, partiendo del hecho cierto de que el gobierno viene teniendo esta política de criminalización de las luchas, de que sobre los trabajadores y trabajadoras del sector estatal de la economía recae directamente el peso de esta política oficial. Pero también que específicamente en Guayana se concentra buena parte de las luchas obreras hoy y allí es el gobierno centralmente quien funge como patrón. Todo esto le posibilitó "tomar" parte de la denuncia del caso de Rubén González y aprovecharlo muy oportunistamente para intentar lavar la cara de su exigencia de libertad para sus políticos presos por casos de corrupción, terrorismo, violación de derechos humanos o golpismo, y para hacer política contra el gobierno. Metían a Rubén González en el mismo paquete de estos corruptos y criminales, y tenían un motivo más para denunciar al gobierno. ¡Verdaderos hipócritas! Sus propios partidos también criminalizan las luchas en los estados y municipios que gobiernan y sus representantes empresariales son los mismos que condenan a los trabajadores y al pueblo a la miseria en total connivencia con el Estado, y vienen aplicando la macabra política de pagar sicarios para asesinar a los dirigentes sindicales que les dan pelea en sus empresas. La vil demagogia de esta oposición se puede ver también en el caso de la lucha por la libertad del cacique yukpa Sabino Romero y demás miembros de dicha comunidad indígena. Ni pasa por su boca plantear su libertad, pues justamente sus sectores políticos, ligados a los ganaderos de la región, están por condenarlo. Tampoco la condena de terratenientes que tienen manchadas sus manos de sangre con más de 200 campesinos asesinados, y son los mismos que los han llevado a la Justicia para ser juzgados por atentar contra el “sagrado derecho a la propiedad privada”. El gobierno y la izquierda subordinada al gobierno son responsables de facilitar la demagogia de la oposición burguesa. Ha sido precisamente el gobierno con su política de criminalizar las luchas y de encarcelar y condenar a Rubén González quien ha empujado a este militante del PSUV a estos gestos cordiales que ha tenido con la juventud derechista de la JAVU, al aparecer públicamente con estos, como agradecimiento al hecho de que estos lo hayan incluido entre las personas que exigían fuesen liberadas. Han sido los partidos y corrientes sindicales ligadas al gobierno, que guardaron silencio cómplice durante mucho tiempo y no hicieron casi nada en concreto por liberarlo, quienes tienen gran responsabilidad en esta situación actual. El compañero Rubén González tiene todo el derecho democrático a visitar a gente derechista como la JAVU. Pero categóricamente decimos que no compartimos en lo más mínimo que el compañero Rubén González se reuna con estos agentes del capital y del empresariado pues esto no le hace ningún favor a la clase obrera, todo lo contrario, lleva a legitimar frente a los trabajadores a la oposición patronal que, en el momento menos pensado, tal como lo hacen actualmente desde los estados y municipios que gobiernan, arreciarán sus ataques contra los trabajadores, y cuya postura actual no es más que puro cinismo político. La clase trabajadora es la más grande clase social del país, y es potencialmente la más poderosa, no sólo por su número sino sobre todo por su enorme peso y posicionamiento objetivo en la producción y reproducción de la vida social. Afirmamos que sólo desde una perspectiva de clase y de independencia política se podrá alcanzar las verdaderas reivindicaciones laborales y derechos fundamentales de los explotados y explotadas, así como avanzar en el camino de constituir la fuerza social capaz de acabar con este sistema de injusticias. Por eso decimos que hay que levantar bien en alto una perspectiva obrera independiente del gobierno nacional de Chávez y de la oposición de derecha empresarial y sus partidos políticos como la MUD y la JAVU. Hoy es más urgente que nunca la convocatoria a un Encuentro de Trabajadores en Lucha que prepare y organice a nuestra clase frente a las duras peleas por venir y que nos enfrentarán tanto al gobierno nacional como a la derecha empresarial. 10 de marzo de 2011
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