Contar con medios de comunicación, difusión y formación que permitan contrarrestar toda la gigantesca y sistemática ideología de las clases dominantes, es una necesidad de primer orden de los/as explotados/as y oprimidos/as en el capitalismo. La burguesía tiene un sin número de vías y maneras de implantar sus ideas y sus intereses de clase entre el conjunto de la población, de hacer ver como “normal” su orden social, de que se piense que las injusticias y penurias son porque “la vida es así” y, en fin, instalar y remarcar el “sentido común” de que no es posible pensar una sociedad radicalmente distinta a la sociedad burguesa, organizada sobre otras bases. Para esto cuenta con infinidad de recursos económicos a su disposición para sus diarios, revistas, televisoras, radios, películas, y un largo etcétera, además de la propia formación ideológica que imparte el Estado en las instituciones educativas.

Precisamente por vivir bajos las condiciones de explotación en que se basa la sociedad burguesa, la clase obrera tiene muy en contra la posibilidad de combatir a través de los medios a la clase dominante y a su Estado. Debe ingeniárselas para mantener sus medios propios, y dentro de estos medios en general, está en particular los medios de las organizaciones políticas revolucionarias que se proponen expresar los intereses de la clase obrera.

La prensa revolucionaria no recibe ningún tipo de subsidio ni ayuda del Estado ni de ningún sector patronal. Lo que está bien porque es una condición indispensable para mantener la absoluta libertad e independencia política ante la sociedad burguesa. Pero eso implica precisamente que pagar el periódico de una organización obrera o de izquierda revolucionaria, suscribirse a la publicación, hacer algún aporte solidario, es de mucha importancia para sostener medios que son una herramienta de denuncias, de información, de conocimiento, de los explotados para su lucha de clases, cuestiones que no es encuentran en la prensa burguesa, ni la privada ni la pública, que por lo general es más “barata”, precisamente porque cuenta con los multimillonarios subsidios de los capitalistas y su Estado. Implica ayudar a sostener una prensa que es puesta en pie con el esfuerzo de los trabajadores y militantes revolucionarios, con sus salarios e iniciativas, para contar con una herramienta que aporte a la lucha por la revolución social.