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Viernes 20 de junio de 2014

DEUDA EXTERNA

Argentina / Deuda externa: Son todos buitres no hay que pagarles un peso, QUE EL PUEBLO DECIDA

Varios autores - PTS - Argentina


LA JUSTICIA DE EE.UU. FALLA CONTRA ARGENTINA REDOBLANDO LAS IMPOSICIONES

Se acaba el relato del “desendeudamiento”, se reabre la crisis de la deuda

Por: Pablo Anino

La Corte Suprema de EE.UU. rechazó la apelación argentina y le dio la razón a los fondos “buitres” NML Capital, Aurelius y otros especuladores, ratificando un fallo del juez Thomas Griesa ya previamente confirmado por la Corte de Apelaciones de Nueva York. Este miércoles esta última Corte levantó el “stay” (cautelar) que suspendía la ejecución del fallo.

La decisión de la Corte dejó en una encrucijada al gobierno y colocó al país al borde de la cesación de pagos. El fallo establece pagar a los “buitres” el 100% del valor nominal de los bonos (USS 1.330 millones) cuando en realidad los adquirieron a precios irrisorios. El ministro de Economía Axel Kicillof mencionó el caso de un “buitre” que compró deuda por U$$ 48 millones ahora obtendría 832 millones. Cristina denunció que los “buitres” ganarían 1600%. Una estafa. De pagar, el gobierno se enfrentaría probablemente a una catarata de reclamos similares de otros bonistas que se quedaron fuera de los canjes. Los que iniciaron el juicio representan apenas el 1% del total de bonos que se reestructuraron. Hay otro 6% que no entró a los canjes que está tocando las puertas del juzgado neoyorquino para obtener condiciones similares. Si la catarata de demandas se desatara los reclamos alcanzarían U$$ 15 mil millones. La mitad de las reservas se licuarían con un pago de tal magnitud.

No sólo eso. En diciembre deja de tener vigencia la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers) que habilita a los bonistas que entraron en los canjes previos a obtener los mismos beneficios si Argentina ofrece mejores condiciones a los “buitres” que litigan en Nueva York. Esa cláusula fue aceptada en 2005 por Roberto Lavagna y Néstor Kirchner y en 2010 por Boudou. Si Argentina hiciera una mejor oferta antes de diciembre se activaría la cláusula RUFO que llevaría a que el 93% de los acreedores que aceptaron los canjes previos pidan condiciones similares (sin quitas) e impongan un reclamo de carácter millonario: hasta 120 mil millones, un aumento del 50% de la deuda actual. Ahora el gobierno busca negociar con los “buitres” para postergar la negociación hasta diciembre. Pero éstos, evidentemente, quedaron en mejor relación de fuerzas.

Este miércoles 18, para lograr una negociación, los abogados del estudio Cleary Gotlieb Steen & Hamilton (CGS&H) que representan a Argentina se entrevistaron con Griesa y los abogados de los fondos “buitres”. Plantearon que funcionarios del gobierno de Cristina viajarían la semana próxima para negociar, lo que se pondría ahora en duda por el levantamiento del “stay”. Una negociación tras bambalinas venía desde hace meses para acercar posiciones con algunos de los fondos que no aceptaron los canjes anteriores. Ahora los “buitres” dieron a Argentina una señal. Una nueva entrega se engendra en Nueva York.

Se aguó la fiesta

El gobierno venía haciendo grandes concesiones al capital imperialista. Acordó con el CIADI (un tribunal del Banco Mundial a medida de las potencias económicas), pagó en bonos una suma millonaria a Repsol y aceptó al Club de París condiciones que llevaron la deuda de U$$ 6 mil millones a más de 9,7 mil millones sin ninguna explicación. Con estas concesiones el oficialismo aspiraba a volver rápidamente a los “mercados” para contrarrestar la escasez de divisas, tratar de levantar la economía durante el segundo semestre y llegar en buenas condiciones a las elecciones. En lo inmediato el plan se vino abajo. Hay que terminar de ver las reacciones, pero lo más probable es que las promesas de inversiones obtenidas de las empresas imperialistas con origen en los países que integran el Club de París se posterguen al menos hasta diciembre. Excepto en algunos sectores donde el gobierno haga concesiones formidables y haya grandes perspectivas de negocios como es el caso de la explotación de petróleo y gas no convencional en Vaca Muerta.

Todos los esfuerzos para cumplir con las “tareas pendientes” que reclamaba el establishment financiero fueron insuficientes para convencer a los “mercados”. La justicia yanqui plantea un nuevo desafío a las autoridades locales. Detrás de la justicia actúa el lobby de los “buitres”, pero en la decisión también tuvo peso la política interna de EE.UU. donde la derecha más conservadora desafía a Barack Obama. El problema del “riesgo moral” (moral hazard) por aceptar el no cumplimiento de los compromisos también pesó en la decisión de la Corte Suprema.

Al gobierno se le cayó el plan de obtener en lo inmediato dólares frescos para reparar el “modelo”. Los desequilibrios se suman: inflación, déficit fiscal, superávit comercial en retroceso, crisis en la industria automotriz, para nombrar los más evidentes. Con la devaluación de enero el gobierno logró cierta estabilización cambiaria al costo de empujar la economía a la recesión. El equilibrio es precario y amenaza con salirse de cauce. La nueva situación confrontará al oficialismo a turbulencias económicas donde los desafíos al dólar y nuevos saltos en la cotización cambiaria están inscriptos en la situación.

El plan: aumentar la hipoteca de la deuda

La propuesta de Kicillof de un nuevo canje para traspasar el lugar de pago de Nueva York a Buenos Aires busca tensar la negociación con los tribunales yanquis. Pero el levantamiento del “stay” puede obligar a dar ese paso. No obstante, confronta inconvenientes difíciles de sortear. En primer lugar, requiere la aprobación del 80% de los acreedores que aceptaron los canjes previos. A su vez, los tenedores institucionales de EE.UU. podrían verse inhibidos a aceptar el nuevo canje dado que Griesa lo considera un desacato. Además que se necesita un banco yanqui para el “rerouteo” de los pagos. Otro problema es que el cambio de jurisdicción, como dice el economista Miguel Bein (asesor de Scioli), lleva al default técnico y reforzará las exigencias de los “buitres buenos”. La banca financiera ya está penalizando al país para fijar condiciones más onerosas. Standard & Poor’s bajó la calificación de crédito soberano argentino. Según Federico Tomasevich, CEO de la sociedad de Bolsa Puente, el gobierno necesita llevar a Griesa una alternativa de pago y los grandes inversores apuestan a una negociación: “Los inversores minoristas son los que venden cuando hay alguna noticia negativa y vendieron mucho (…) Hay mucho inversor institucional internacional aprovechando para comprar” (El Cronista, 18/6).

En el acuerdo con el Club de París pese al discurso de negociación “soberana” las empresas imperialistas (Mercedes Benz, Bayer, Adidas, Robert Bosch, Ford, General Motors, Procter & Gamble, John Deere, Monsanto, entre otras) intercedieron para acercar posiciones (Página 12, 1/6). Es que con el acuerdo firmado se benefician con créditos en sus países de origen para invertir en Argentina. Ahora, con otros actores, se repite la historia. Los bancos y el capital financiero se aprestan a sacar una nueva tajada de esta crisis de deuda apostando a actuar como intermediarios y comisionistas ante las urgencias del gobierno. Las oportunidades de negocios que ofrece el país y la ventaja de partir de un relativamente bajo nivel de endeudamiento pueden contribuir a facilitar la negociación. Esto alimentaría durante algún tiempo la ilusión que sostiene el gobierno de que endeudarse a tasas bajas (si esto se logra gracias a un acuerdo con los “buitres”) e impulsar la entrada de capitales son buenas opciones para sostener una presunta política “soberana”. Hemos visto una y otra vez cómo este camino nos lleva a la ruina.

La política oficial es acompañada por Scioli para quien "La solución es pagar, obviamente". La oposición patronal compite en cipayismo con el oficialismo. Binner declaró que "Con los buitres hay que negociar sí o sí". Para Massa se “tiene que normalizar su situación ante los mercados”. Todo el régimen político patronal que acuerda con el ajuste cierra filas en apoyo a la “estrategia” del gobierno para llegar a un acuerdo con los “buitres”.

Hoy sumando los montos acordados con el CIADI, Repsol y Club de París la deuda pública llegaría a U$$ 215 mil millones. Un aumento del 70% en relación a 2005 pese a ser “pagadores seriales”, como dijo la presidenta. Ni que decir todas las miserias sociales que se podrían solucionar con esa millonada de dólares que equivale a cerca de un tercio de lo que produce el país cada año.

El acuerdo con el Club de París comprende el pago en efectivo de U$$ 1.150 millones durante el próximo año. Para 2015 los vencimientos de capital e intereses programados antes de las negociaciones con el CIADI, Repsol y el Club de París alcanzaban U$$ 13 mil millones. Hoy esos montos se estarían incrementando hasta llegar a U$$ 15 mil millones. Transformados a pesos implican pagos por unos $120 mil millones al tipo de cambio actual de 8 pesos por dólar. Más de dos veces lo que se destinará este año para la Asignación Universal por Hijo y a las asignaciones de casi 8 millones de niñas y niños. Entre 2015 y 2022, sin contar los cupones PBI ni lo acordado con Repsol y el Club de París, el promedio de pagos de intereses y capital de la deuda asciende a U$$ 6 mil millones anuales promedio. Los mayores pagos se concentran entre 2015 y 2017. Un acuerdo con los “buitres” y una posible reapertura del canje elevarán el nivel de pagos a niveles muy superiores. Las consecuencias de esta expoliación las pagamos los trabajadores. No al pago de la deuda. Abajo los acuerdos con el capital financiero imperialista. Desde el PTS decimos que la crisis de la deuda, incluyendo los pagos al Club de París y todos los acuerdos con el capital imperialista, deben ser debatidos por todo el pueblo y no a sus espaldas. Por eso planteamos: consulta popular vinculante y desarrollar la movilización de masas contra la entrega nacional.

NICOLÁS DEL CAÑO Y LAS BANCAS DEL FRENTE DE IZQUIERDA SOBRE LA CRISIS DE LA DEUDA EXTERNA

La izquierda exige una consulta popular, apostando a la movilización masiva

19 JUN 2014 | Al salir de la reunión que se realizó la mañana del miércoles 18 en el Congreso entre los ministros Jorge Capitanich y Axel Kicillof, el secretario legal y técnico Carlos Zannini y los presidentes de los bloques de Senadores y Diputados, Nicolás del Caño, diputado nacional del bloque PTS-Frente de Izquierda, declaró a la prensa presente en el Salón de los Pasos Perdidos: "En primer lugar rechazamos una reunión cerrada a espaldas de los millones de argentinos integrantes del pueblo trabajador, más aun tratándose de un tema que hace al futuro de todos, y por eso planteamos que se abrieran las puertas para que puedan transmitir en vivo y en directo todos los medios de difusión presentes. Se negaron. La izquierda plantea que la crisis de la deuda, incluyendo los pagos al Club de París, debe ser debatida por todo el pueblo y no en reuniones a puertas cerradas. Sostenemos que se le debe consultar al pueblo cómo resolver este tema crucial para la soberanía nacional.” La Verdad Obrera entrevistó a Nico para que desarrolle esas posiciones.

¿Qué ha declarado la izquierda en el ámbito del Congreso sobre la crisis que se abrió?

Rechazamos de plano el fallo del juez Griesa avalado por la Corte de EE.UU., sencillamente porque marca una prepotencia imperialista que pretende que Argentina se someta a un nuevo ciclo de endeudamiento en beneficio de la burguesía financiera internacional. Rechazamos todo pago y negociación con los llamados fondos buitre, a diferencia de lo que sostiene el oficialismo y la mayoría de las bancadas de la oposición. Hay que recordar que el gobierno de Néstor Kirchner mantuvo la jurisdicción de los bonos en Nueva York, Tokio y otros centros imperialistas, por lo que sus canjes no fueron menos coloniales que los que hiciera la Alianza o el menemismo. Hoy en el Congreso quisieron esconder cómo se aprestaban a pactar entre todos estos ’pagadores seriales’ de deuda externa. El Gobierno recibió de Griesa y la Corte de EE.UU. una dosis de su propia medicina: creyeron -con el aval de la mayoría de la oposición- que ’haciendo los deberes’, arreglando con el Ciadi, pagándole a la Repsol, pactando el pago con el Club de París de una deuda contraída en gran parte por la dictadura iban a conseguir créditos baratos. El insaciable capital financiero internacional respondió con este fallo: quieren más y más, y el Gobierno y la mayoría de los bloques de la oposición sellaron implícitamente un pacto que, tras rimbombantes palabras de soberanía, busca seguir la senda del pago a la Repsol y al Club de París, es decir, seguir entregándose a los designios del capital financiero, otro pacto más de coloniaje.

La presidencia habla de “extorsión” al país…

La extorsión de los llamados fondos buitre no es diferente a todo el mecanismo de la deuda externa. Sólo bajo los gobiernos kirchneristas se pagaron más de U$$ 173 mil millones, como afirmó la presidenta. Es inadmisible que se pretenda hacer pasar esta negociación como una patriada cuando no es otra cosa que honrar al capital financiero. El acuerdo con el Club de París y la indemnización a Repsol, saludadas con bombos y platillos por la amplia mayoría de la oposición, fueron muestra clara de las prioridades de este Gobierno, que prefiere destinar miles de millones a los extorsionadores y no a los millones de argentinos que sufren graves problemas de vivienda, a la salud y a la educación públicas o al transporte. Dicen que es una extorsión y se preparan para negociar con los extorsionadores…

¿Tiene alternativa la izquierda ante esto?

Los diputados del Frente de Izquierda somos los únicos que planteamos el rechazo al fallo de Griesa, como así también al pago a la Repsol y al acuerdo con el Club de París. Los únicos que hoy como ayer planteamos una medida elemental de soberanía nacional: el no pago de la deuda externa. Que el pueblo decida soberanamente mediante una consulta popular vinculante. Ya lo planteamos en 2004 cuando Néstor Kirchner inició los primeros pagos desde el default del 2002 y comenzaron las negociaciones de su ministro Lavagna para la quita de la deuda a los acreedores. Ahora se vuelve a plantear porque se ha desenmascarado el verso del desendeudamiento y que el Ejecutivo son “hábiles negociadores”. Al contrario: todo este tiempo se esmeraron por ser pagadores seriales y encima ahora fracasan hasta en su propio plan. Es claro que esto terminará en un nuevo ciclo de endeudamiento, una enorme hipoteca que comprometerá no sólo a quien sea el futuro gobierno sino, lo que es más importante, a las nuevas generaciones de argentinos como lo hicieron los militares con la deuda contraída por la dictadura y los gobiernos de Alfonsín, Menem y De la Rúa. Nadie desconoce que la izquierda, desde la crisis de la deuda en el ‘82, hemos sido consecuentes con el planteo del no pago. El discurso oficial ha confundido a la población e hizo creer que ese problema estaba superado. Se ve claro que no es así y ahora vuelve a estallar una crisis recurrente de la Argentina semicolonial. Mucho se habla del “capital globalizado” donde parece que hubiera desaparecido la opresión imperialista. El capital es globalizado, sí, pero como dice el chiste “este dios capitalista está en todas partes, pero atiende en Nueva York…”.

¿La propuesta de consulta popular es la solución?

La solución es, como siempre, la movilización de masas. Sin eso no se consigue nada. Son los “indignados” en Europa los que buscan ponerle límites a los planes de ajuste. Son las huelgas como el paro del 10 A en Argentina que enfrentan los “ajustes heterodoxos” del gobierno. Los paros y disposición a la lucha de los trabajadores de la Alimentación los que permitieron, a pesar de los límites que impuso la burocracia, que lograran el 35% en las paritarias. Para nosotros no hay salida si no dejamos de pagar la fraudulenta deuda externa de la que siempre se beneficiaron los empresarios y banqueros y la terminó pagando el pueblo y, es más, si no nacionalizamos sin pago bajo control de los trabajadores a la gran banca que son los que se quedan con la parte del león del negocio de la deuda. Estos bancos que hacen todo tipo de maniobras especulativas contra el dólar se llevaron sólo con la devaluación de enero unos $10.000 millones de ganancia. No sólo eso: en cada reestructuración o canje de deuda se llevan millonarios beneficios por su intermediación. Hay que imponer el monopolio estatal del comercio exterior; la expropiación de los recursos estratégicos (como el petróleo y al gas), contrariamente a pagarle a los vaciadores de Repsol y el resto de las petroleras no menos vaciadoras; afectando a las ganancias de los que la juntaron con pala.

Se necesita una gran movilización nacional y continental contra el flagelo de la opresión imperialista. Pero decimos: si hablan de “democracia” y “soberanía nacional” pongámosla en práctica. Es sencillo: que el pueblo decida mediante su voto directo. ¿Quién votó hipotecar a las futuras generaciones con un nuevo endeudamiento? Los kirchneristas que se pretenden “negociadores geniales” han fracasado con su verso del “desendeudamiento”. La oposición, más a la derecha aún, apoya una negociación con los buitres. En esto hay “unidad nacional” de la casta política que vive bien con sueldos 20 veces mayores a los de cualquier asalariado. Lo más democrático es que decida el pueblo ya que eso abriría a una mayor conciencia nacional que la salida es terminar con la sumisión del país, y de toda Latinoamérica, a los intereses del capital financiero. Nuestra propuesta concreta es de una consulta popular vinculante, es decir que su resultado deba ser cumplido, como un paso para la movilización de masas para terminar con la sumisión nacional a la que ninguno de estos gobiernos puede dar solución, salvo el gobierno de los propios trabajadores y el pueblo movilizados.


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