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Comunicados, volantes y declaraciones
Jueves 4 de agosto de 2011 LAS NUEVAS ALIANZAS CON EL SECTOR EMPRESARIAL El agotamiento político del proyecto chavista Por Milton D’León La reunión era con más de 300 empresarios nacionales [1]. En ella, luego que el vicepresidente Elías Jaua exhortara sobre la necesidad de la participación de todos los sectores productivos del país, Chávez tomaba la palabra vía telefónica, y dirigiéndose al empresariado le hizo un llamado: “Vamos a aliarnos. (…) Nosotros los necesitamos a ustedes y ustedes nos necesitan a nosotros. (…) Quiero que vayamos juntos para el 2021, con ustedes yo cuento”. Y enfatizó: “los invito a hacer empresas mixtas”. Pero no habían pasado muchos días desde que el gobierno se había dirigido también a más de treinta grandes empresas transnacionales llamándolas a nuevas alianzas [2], mientras trataba los mecanismos de repatriación de las ganancias de las compañías extranjeras que operan en el país. “Pensamos en la ampliación de su capacidad productiva con apoyo del Gobierno nacional”, les señalaba Elías Jaua a las transnacionales, en búsqueda de una nueva asociación con el capital extranjero, acomodándose a las tendencias fundamentales impuestas por el mercado internacional, y agregaba que otra de las variantes es convertir las ganancias de las transnacionales “en acciones para constituir empresas mixtas con el Estado venezolano”. Concesiones a los empresarios y a los gobiernos pro imperialistas Si en el plano regional Chávez se ha venido reacomodando, buscando reducir fricciones con el imperialismo norteamericano haciéndose más funcional a sus intereses (como lo observamos en el reconocimiento del presidente hondureño, Porfirio Lobo, surgido del propio golpismo, y la continua colaboración con el régimen colombiano en el cerco a las organizaciones guerrilleras y el control de luchadores de dicha nacionalidad en el país, con la entrega de combatientes colombianos a Santos), también opera un giro doméstico con la esperanza de lograr una suerte de acuerdo nacional más amplio con fuertes sectores empresariales. Chávez ha llamado “dogmáticos” a quienes “critican el acercamiento del gobierno a sectores privados y cuestionan los llamados que hace el Ejecutivo a incorporarse a Fedeindustria o la Asociación de Ganaderos”. El simbolismo no falta en los movimientos del gobierno: “¿por qué tenemos que andar todo el tiempo de camisas rojas?”, se preguntaba Chávez llamando a abandonar esta costumbre, vistiendo él mismo una camisa amarilla. “Y me perdonan. Lo mismo pasa (...) con la palabra socialismo”, exhortando también a dejar de colocarle “socialismo” a cada movimiento del gobierno. El nuevo presidente de la principal cámara empresarial del país, Fedecámaras, afirmó que: “Ha llegado la hora (…) de trazar una raya definitiva (…) que permita superar lo ocurrido en 2002, a partir del reconocimiento mutuo (…). Aquello fue un error garrafal”. Respondiendo a las necesidades empresariales, el gobierno de Chávez ha lanzado la mayor emisión de bonos de la historia del país, por 4.200 millones de dólares, con una elevada tasa de interés de 11,95%. Se trata de bonos comprados en bolívares y comerciables en dólares en el exterior como mecanismo de acceso de dólares directamente a los grandes sectores económicos. Esto -más allá de que al gobierno se le facilita la captación de bolívares de manera casi automática para hacer frente a sus necesidades locales- es a costa de altísimos pagos en forma de interés a futuro y aumentando el gran endeudamiento interno. Declinación del proyecto chavista Como contracara, el gobierno no está ampliando las conquistas prometidas, ni haciéndole importantes concesiones al movimiento de masas. Hace tiempo que las misiones alcanzaron un techo, y muchas tienden a declinar, mientras hay un importante descontento social, y sobre todo se viene desarrollando una importante oleada de luchas por recomposición salarial. Es que hay un fuerte agotamiento político del gobierno en el marco de un declive general signado por el fracaso del proyecto del chavismo: su “socialismo con empresarios”. Los nuevos movimientos políticos del gobierno de Chávez no se pueden entender si no es bajo esta nueva configuración política, marcada por la crisis económica internacional, que del centro de Europa amenaza a extenderse a la principal potencia del mundo, Estados Unidos. Es que, como afirmamos en el editorial de nuestro periódico En Clave Obrera: “En estos casi 13 años de gobierno ha dilapidado el apoyo de masas, no avanzó en romper con el capital extranjero ni fue capaz de industrializar el país tal como había prometido, tampoco acabó con uno solo de los males que había prometido remediar, y ahora, en su declive político, busca reconciliarse, adaptándose cada vez más a una estabilidad regional más funcional a los intereses imperialistas y a nuevas relaciones con las transnacionales y el empresariado nacional. Todo esto no hace más que demostrar una vez más los límites del nacionalismo burgués, su creciente agotamiento ante las contradicciones nacionales e internacionales. Chávez no ha hecho más que demostrar su naturaleza de clase, su sujeción y defensa del orden burgués y sus estrechas limitaciones ante los problemas democráticos más acuciantes” [3]. Indiscutiblemente, la crisis política y las contradicciones internas, en el marco de la crisis económica internacional y una eventual aguda lucha de clases, pueden abrir nuevas perspectivas para un curso independiente para la clase obrera. Pero esto, bajo la perspectiva de que los trabajadores y las trabajadoras empiecen a comprender que las necesidades más acuciantes del movimiento de masas solo pueden satisfacerse sobre las ruinas del sistema capitalista. Los revolucionarios de la LTS apostamos a esta perspectiva y a la lucha por la independencia política de los trabajadores, que, en alianza con el conjunto de los explotados y oprimidos de esta sociedad, puede abrir el camino a una lucha abierta contra este sistema de opresión y explotación. Notas [1] Se trata de una reunión realizada el 27/7 con sectores empresariales para plantearles la nueva Ley de Costos y Precios, y dirigida por el vicepresidente de la República, Elías Jaua. [2] En una reunión llevada a cabo el 29/6 con 33 empresas extranjeras que operan en el país, dirigida también por el vicepresidente. [3] En Clave Obrera Nro. 26 – www.lts.org.ve
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