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Otros Artículos / Comunicados, volantes y declaraciones

Viernes 14 de febrero de 2014

Declaración

Frente a los recientes hechos y movilizaciones organizadas por la derecha en el país

LTS


En los últimos días una serie de movilizaciones se vienen realizando en distintas partes del país, y que este miércoles 12/02 tuvo su saldo en Caracas de tres personas muertas, detenidos y varios heridos. Entre los muertos, uno pertenece al chavismo y los otros dos jovenes de la derecha. Esto nuevamente ha tensionado la situación política del país, apuntando a la polarización política de los últimos 15 años –aunque con importantes diferencias a circunstancias anteriores. Se trata de un impulso de movilizaciones de un sector de la derecha con fuerte base entre sectores del estudiantado universitario y de la clase media, coordinadas fundamentalmente a nivel nacional por Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, parte de la derecha más radical del país. Desde el gobierno se ha hablado de que se trataría de intentonas golpistas y que buscan “un clima de zozobra” en el país.

Un sector más "radical" de la oposición de derecha organiza las movilizaciones

Se trata de sectores políticos que frente a la situación social claman por salidas más derechistas, y en el marco de una fuerte división interna de las fuerzas que se oponen por derecha al gobierno, aglutinados en la Mesa de Unidad Democrática (MUD). No es una movida del conjunto de la oposición por ahora, más aún, los sectores que dirigen actualmente la MUD –a quienes López y Cía. acusan hasta de ser “colaboracionistas” con el gobierno– se desmarcaron de estas acciones –desde Capriles Radonski hasta el dirigente de la principal federación estudiantil del país (la de la UCV), pasando por el propio Ramón Aveledo, secretario ejecutivo de la MUD.

Es indiscutible que tienen base social que se asienta en la crisis económica y social que corroe el país y no es casualidad que sus principales dirigentes levanten demagógicamente cuestiones como la alta inflación, los altos niveles de escasez de productos básicos y de consumo masivo, la “inseguridad” e incluso hasta de los bajos salarios. Este sector de la MUD, más extremista, busca las mismas “soluciones” neoliberales y de derecha que la actual dirección hegemónica en la MUD, pero “sin esperar al calendario electoral”, sino “por la vía de ganar la calle hasta que se cambie el régimen o se vaya Maduro”: hay que trabajar ya en “la salida”, afirman. Por eso el contenido de las movilizaciones que impulsan es altamente reaccionario.

Nada puede encontrar el pueblo trabajador y pobre en estos sectores, representantes de los grupos económicos y con una ubicación claramente proimperialista, que si tuvieran la posibilidad de llegar al gobierno tomarían medidas de salidas económicas y políticas que en nada se diferenciarían de los gobiernos más de derecha del continente, alentadores de golpes de Estado como el más recientemente en Honduras o en Paraguay.

La crisis económica que heredó el gobierno de Maduro

Sin lugar a dudas, una crisis económica y social se expresa por todos los poros en el país. Así lo reflejan la mayoría de los indicadores oficiales de la economía nacional, bajo un panorama sombrío, que ponen sobre el tapete una crisis estructural. Por su parte, un gobierno que no se expresa más que a través de la improvisación y sometido a las presiones de los distintos factores políticos e intereses de las grupos económicos de poder y del empresariado. Niveles de inflación galopante – solo en mes de enero ha sido 3,3%, viniendo de cerrar 2013 en 56%- que muestran que las distintas leyes sobre control de precios se han mostrado un fracaso, la escasez muestra unos índices en escalada llegando para enero a un 28% -el más elevado en los últimos seis años-, el salario real cae al mismo ritmo de la constante devaluación del bolívar que el gobierno se empecina en negar, el sobreendeudamiento (externo e interno) continúa con una dinámica ascendente, las reservas internacionales han caído un 50% en los últimos 5 años, una contracción del crecimiento del producto interno bruto que avizora una dinámica recesiva, mientras el desangramiento de “los dólares del pueblo” continúa vía los pagos de la deuda externa y la estrepitosa fuga de capitales.

El gobierno aplica un ajuste a cuenta gotas

Las medidas devaluatorias que ya de por sí golpean el ingreso del pueblo trabajador, son solo el principio de una serie de ajustes que en el marco de buscar la “estabilidad económica” apretarán al pueblo en la medida en que se orienta cada vez más a las “necesidades” empresariales.

El gobierno no soportó la presión de los devaluadores, que proviene tanto de su propio entramado como de los grupos económicos que dicen colidir con sus políticas económicas. El empresariado critica –le incomoda los controles de precios (aunque el gobierno busca calmarlos al declarar que está dispuesto a realizar cambios en la Ley sobre los precios a depender del diálogo con los empresarios)– pero está contento con los nuevas devaluaciones, e incluso con los ajustes, pues sigue empujando al gobierno a que haga el trabajo impopular, y de esta manera ellos buscan el campo abierto. ¡El gobierno se explaya en explicaciones dadivosas de que su nueva ley de costos y precios permite una “ganancia máxima” de hasta un 30% “calculado a partir del costo de producción”, para convencer a los capitalistas que así son “rentables” las empresas y los negocios, pero la burguesía quiere ganar sin límites y que les otorguen dólares también sin límites! Le exigen más concesiones al gobierno, mayor liberación de la economía, del dólar, y de las leyes laborales, y quienes pagan los platos rotos no son más que los trabajadores, el pueblo pobre, los jornaleros trabajadores agrícolas y campesinos pobres.

El gobierno entonces ha devaluado el bolívar, acordado exonerar del pago de impuestos a varios sectores empresariales “productivos” (mientras el pueblo trabajador paga el IVA), continúa incólume el pago de la deuda externa, discute aumentar la gasolina y los servicios públicos, entre otras medidas.

López y Cía quieren “pasar factura” en la MUD y girar la situación nacional más a derecha

En esta realidad se asienta este sector más derechizado de la oposición del país que, si tomamos la actual correlación de fuerzas muy lejos está al momento en capacidad de imponer tentativas golpistas como afirma el gobierno, no porque no lo deseen –son rabiosos por la destitución de Maduro-, sino porque no cuentan con la capacidad nacional para movimientos de tal envergadura sobre todo en el marco de la fuerte división de la derecha. Lo que sí es cierto es que buscan marcarle el ritmo a la agenda de la derecha para disputar su liderazgo, mostrando su músculo a nivel nacional y tensionando la situación política en todo el país. Se mueven en el marco de una división de la oposición, un sector que luego de los reveses electorales como el de las últimas elecciones municipales a nivel nacional se propone pasarle factura al sector liderado a Capriles Radonski. No es casualidad que sectores como el propio Capriles Radonski, entre otros, haya salido a deslindarse fundamentalmente de los hechos más violentos que se han venido generando, e incluso dudó tiempo antes de participar en las marchas programadas. No es que Capriles de un día para otro se haya transformado en una oveja de pastoreo –pertenece al viejo sector golpista-, sino que acusa la debilidad ante el gobierno, pues después del punto de mayor posicionamiento y liderazgo expresado en las presidenciales contra Maduro, éste se recuperó y el gobierno le sacó una considerable diferencia de votos en la derrota que le propinó en las pasadas elecciones municipales que Capriles quiso convertir en un plebiscito. Pero sabe también que se trata de disputas internas, y en la que, si Leopoldo López y Corina Machado consiguen poner en la calle fuerzas considerables, su papel preponderante en la MUD se puede venir a pique a sabiendas que ha sido el que más cerca ha estado en desafiar en votos al chavismo.

El gobierno quiere ocultar el descontento y aprovecha las movidas de la derecha para cercenar los derechos democráticos

Pero lo que no cabe dudas es que el gobierno de Maduro esté aprovechando la situación promovida por este sector de la derecha, hablando que se trata de intentonas de golpes, pues es más que evidente que en medio de sus tumbos económicos, tomó el guante que le lanzó la derecha, tensionando y polarizando aún más la situación política que le permite cerrar filas entre sus partidarios y de los grandes sectores en general del chavismo, donde el descontento con el rumbo económico del gobierno comienza a sentirse, tanto en sectores de la izquierda chavista como del pueblo en general. Distraer y desviar las tensiones hacia el interno del movimiento del chavismo. Esto le permite sacar por el momento el centro de la situación económica, y polariza hablando de tentativas de golpe, bien a sabiendas que el sector que se moviliza no tiene la fuerza nacional para tal cosa.

Pero también el gobierno de Maduro aprovecha la situación para limitar las libertades democráticas que en nombre de enfrentar a las fuerzas de la derecha las cercena, medidas restrictivas que son y serán usadas con toda la fuerza y el peso de la ley contra los sectores obreros y populares que luchen más abiertamente por sus demandas y las medidas antipopulares (como la devaluación) o las de ajuste económico que parecen estar en camino. Ya de por sí, un gran entramado compuesto por una serie de leyes que hemos denunciado y criticado desde la LTS se han venido aplicando, que incluso gozan del visto bueno del sector empresarial, que coartan el derecho a la protesta obrera y popular, el derecho a la huelga y al libre manifestación obrera y popular en las calles. Esto ya estamos cansados de verlo, no más recientemente en una lucha obrera ha habido condenados a la cárcel por el simple delito de montar un sindicato como es el caso de los obreros de la Civetchi –una empresa de capital estatal y privado-, o en el más reciente apresamiento de los dirigentes petroleros como José Bodas y otros en las refinerías de Anzoátegui por el simple hecho de realizar un piquete entre los trabajadores.

Hay que desarrollar la lucha obrera y popular para pararle la mano a un curso más derechista de la situación nacional que pugna la MUD y a las políticas del gobierno de Maduro

Frente a la actual situación económica y política del país, decimos claramente que solo la clase obrera puede dar una salida de fondo a los males que acogen al país. Ni desde el chavismo con el gobierno de Maduro a la cabeza, ni desde la MUD en cualquiera de sus variantes representan una salida para el pueblo trabajador y pobre. Es necesario que los trabajadores y trabajadores le den la espalda empezando a transitar un camino de independencia de clase y de salida obrera a la crisis.
Solo los trabajadores junto a todos los explotados, sectores pobres urbanos y campesinos pobres, que son los que tienen todo que perder, los únicos que pueden llevar una lucha de independencia de clase y política hasta el final. Solo las fuerzas obreras cuentan con más de 7 millones de asalariados, una fuerza social considerable frente a una minoría de parásitos, y si le sumamos los otros millones de las masas populares y campesinas, somos una fuerza de mayor peso social en el país.

Hay que desarrollar la lucha obrera y popular para pararle la mano a un curso más derechista de la situación nacional, y la manera de evitar que sectores como este cobren más fuerza y peso social, es poniendo en pie la fuerza clasista de los trabajadores con demandas contrapuestas a las que levantan estas movilizaciones.

Para empezar a ponerla en movimiento se hace imprescindible unificar todas las luchas en curso, una gran cantidad de luchas aisladas (varias derrotadas por eso) y sin articulación, tanto por obra de la presión y represión patronal (privada y estatal) y la acción de las burocracias sindicales, desde las reinvindicativas por salarios, contra los despidos como por las de los convenios colectivos, así como aquellas que avanzan en demandas de mayor aliento, unificando a los sindicatos de base. Pero parte de esta lucha es también luchar contra las burocracias sindicales, tanto las aliadas al gobierno que defienden a rajatabla las medidas gubernamentales, como las aliadas a la oposición empresarial y de derecha que, aprovechándose de la caída del nivel de vida del pueblo, hacen demagogia pero con un claro objetivo de ser correa de transmisión de las empresas privadas. Es necesaria la mayor organización, convocando desde ya Encuentros regionales obreros en la dinámica de un gran Encuentro Nacional de lucha, con delegados electos en cada fábrica, mandatados en sus asambleas y revocables, y abierto a todos los trabajadores y trabajadoras.





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