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Otros Artículos / Comunicados, volantes y declaraciones

Viernes 30 de enero de 2015

NACIONAL

La oposición venezolana y el apoyo del derechismo continental

Por Milton D’León


Aprovechando la debilidad del Gobierno de Maduro en medio de la crisis económica, donde la escasez, el desabastecimiento y la carestía de vida golpean al pueblo venezolano, la derecha del país aglutinada mayoritariamente en la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD), nuevamente busca tomar impulso, esta vez contando con un fuerte empuje más directo que le viene dando el derechismo continental latinoamericano como parte de una nueva ofensiva, así como del imperialismo yanqui. Buscan capitalizar la crisis del chavismo, en lo que ellos consideran uno de los mejores momentos para golpear al Gobierno nacional.

Visitas incómodas

En la reunión de la CELAC que se realiza en Costa Rica, no ha sido casualidad que el propio Maduro manifestó que “bastante intriga se metió para que esta cumbre en San José de Costa Rica se diera en el marco una gran confrontación entre Gobiernos de ideologías y posturas diferentes”. Completando su intervención con que “Hay una gran operación de provocación contra Venezuela y desde Venezuela de la ultraderecha, utilizando figuras políticas de algunos países vinculados a proyectos de derecha”. Así tomaba nota de la ofensiva derechista continental en el país que en la última semana decidió mover sus fichas buscando tensionar la situación interna vía la presión internacional.

Se refería Maduro a la presencia de tres importantes ex presidentes de la derecha latinoamericana, como Sebastián Piñera de Chile, Andrés Pastrana de Colombia y Felipe Calderón de México, que con la fachada de participar en lo que se dio en llamar “Foro Poder Ciudadano” para que hablen de “democracia” organizado por los derechistas Antonio Ledezma, María Corina Machado, entre otros, en realidad tenía otro objetivo. Es que se trata nada más y nada menos de personajes que tienen sus manos comprometidas con ataques a su pueblo en sus respectivos países, como Andrés Pastrana, el impulsor del genocida Plan Colombia; Sebastián Piñera, que apoyo la dictadura de Pinochet y responsable de la represión al pueblo mapuche, a estudiantes y trabajadores que se movilizaron durante su mandato; Felipe Calderón que se le considera responsable de genocidios en su país. Además de todos ellos tener escándalos de corrupción y de enriquecimiento, siendo que todos fueron agentes de banqueros y al frente de gobiernos proimperialistas.

No es casualidad el momento político en que estos ex presidentes derechistas se hicieran presentes en el país, pues la propia derecha local considera que este es una de las mejores situaciones para contraatacar al chavismo en función de la crisis reinante. Se trata entonces de darle un empujón muy fuerte a la derecha venezolana, ofreciéndole legitimidad y respaldo internacional para que tomen fuerza en el plano nacional. En este sentido es que María Corina Machado declaró: “No estamos solos, líderes mundiales vienen a Venezuela. Gracias, Presidentes”. Es que todo este movimiento que operó en el país, la derecha local en la última semana se corresponde con una línea de la derechismo internacional para debilitar aún más Gobierno de Maduro buscando su aislamiento internacional. Se trataría de prestarle toda la ayuda necesaria apuntalándola como fuerza política, buscando acelerar de esta manera los ritmos políticos, muy seguramente en búsqueda de un proceso claramente destituyente.

Crónica de un libreto anunciado de la derecha continental

Todo daba a entender que se trataba de una crónica de un libreto anunciado. Cuando los expresidentes intentaron visitar a Leopoldo López, detenido en la cárcel de Ramo Verde en la ciudad de Los Teques (a pocos quilómetros de Caracas), lo que les fue negado pues según el Gobierno ya les había avisado que no estaban autorizados porque supuestamente “no había hecho la solicitud correspondiente”. Piñera y Pastrana lanzaron fuertes acusaciones al Gobierno de Maduro, repercutiendo tanto el hecho como las declaraciones en la mayoría de los medios internacionales. Es de recordar que López es acusado por el Gobierno de alentar lo que para Maduro era “una intentona golpista” en los meses de febrero y marzo del año pasado en la llamada “guarimba” que tensionó al país. Se trata del mismo Leopoldo López que ya había sido un partícipe activo del golpe del 2002, siendo uno de los representantes, junto a Corina Machado, del sector más duro de la rancia derecha del país.

Frente a las denuncias de Maduro de “intromisión”, y de dedicarles palabras no tan “elogiosas” (desde “hijos de Pinochet” para arriba, que para decir verdad no estaba equivocado), tanto el Gobierno de Santos de Colombia como el de Bachelet de Chile salieron a responder oficialmente por el “maltrato” a tan “insignes” figuras, en una clara defensa como si se tratara de visitas oficiales en nombre de sus gobiernos. Esta vez lo hacían a título oficial de Estado, incluso con clamando por la liberación de Leopoldo López, tal como lo hizo el Gobierno de Santos a través de la Canciller colombiana.

Es de destacar que desde el lado del Gobierno de Bachelet, ya se venían haciendo declaraciones vía el Canciller Heraldo Muñoz, las cuales Maduro había rechazado considerando que se trataba de “injerencia en los asuntos internos”. Estos gobiernos nunca protestan por los vejámenes y explotación que sufren los trabajadores y campesinos inmigrantes que salen de sus países en busca de mejores situaciones laborales, dada la sofocante situación que viven en sus países nativos. Inclusive, avalan las situaciones represivas a los inmigrantes en sus países, y esta vez salían a protestar por sus “insignes” personajes. Vaya doble rasero de estos gobiernos.
Casualidad o no, aparecen simultáneamente dos importantes notas a escala internacional, por un lado, la publicación del editorial del New York Time el 26 de enero con el título de “Maduro en su laberinto” donde se le trata de corrupto para arriba, y que rápidamente retomaran los medios nacionales de la derecha.

Por otro lado, la fuerte denuncia del diario ABC de España, que titula un artículo como “El jefe de seguridad del número dos chavista deserta a EE.UU. y le acusa de narcotráfico”, refiriéndose a Diosdado Cabello, haciendo ver a Venezuela como un Estado del narcotráfico. Parecían movimientos mediáticos que vendrían a darle mayor cobertura a la presencia de los ex mandatarios derechistas en Venezuela. Es de destacar que este empujón a la derecha venezolana tiene su puntapié inicial en Estados Unidos, luego que el Congreso de este país votara la llamada “Ley para la Defensa de los Derechos Humanos y Sociedad Civil de Venezuela”, y que fuera ratificada por Barak Obama antes que terminara el año recién pasado, en total clave injerencista.

Las cuentas con el Gobierno Maduro solo le corresponde a los trabajadores

El pueblo trabajador, los campesinos, los sectores de las barriadas populares, son los que vienen padeciendo una situación que cada vez más les golpea sus ingresos, en medio de la escasez y el desabastecimiento, y sobre ellos es que se viene descargando una crisis que no generaron. Por parte del Gobierno de Maduro, como ya hemos venido escribiendo en este diario, las medidas propuestas en curso no son más que ajustes graduales hasta el momento, pero se hacen sentir, además de una fuerte devaluación ya anunciada que hará bajar fuertemente los ingresos populares y el salario real. La oposición derechista aglutinada en la MUD, conclama por planes económicos para “salir de la crisis” que están en dirección de profundizar los ajustes que ya viene aplicando el Gobierno.

En este marco, la derecha continental latinoamericana actúa como cabecera de playa de los intereses proimperialistas, y por eso busca apuntalar al derechismo local como la MUD, pues tienen intereses en común, con políticas que van contra el pueblo trabajador. La clase obrera, los campesinos y el pueblo pobre deben saber identificar y reconocer la demagogia de estos sectores derechistas locales como los que llegan con pose de “demócratas” pero con claros intereses antiobreros.

La única solidaridad internacional que puede aceptar la clase trabajadora venezolana es la solidaridad internacionalista de sus hermanos de clase y pueblos explotados de otros países, que resisten en sus respectivos países también a los planes de las burguesías locales; incluso como sometieron Pastrana, Calderón, Piñera, etc. a la clase obrera de sus países. Enfrentar al Gobierno de Maduro implica forjar una salida obrera independiente, luchando para que no le sean arrebatadas las conquistas obtenidas y resistir a los planes que se les quiere imponer, dándole al mismo tiempo la espalda a la MUD. En este sentido, es la clase obrera y el pueblo pobre quienes pueden ajustar cuentas con el gobierno nacional, y no cipayos los locales o agentes del imperialismo.


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