Aunque no lo reconozca, el Gobierno de Maduro capea un temporal económico. No es casualidad que, en lo que va del año, el BCV no ha publicado las cifras del PIB, de la balanza de pagos y se ha retrasado en divulgar las de la inflación desde agosto.

Analistas y organismos internacionales aseguran que la economía del país cerrará el 2014 en rojo, en un año en que Maduro ha venido lidiando con una debilitada economía, una inflación de dos dígitos y una reiterada escasez de productos de primera necesidad. Desde la Cepal, al FMI, pasando por diversos organismos multilaterales estiman que la economía venezolana tendrá una caída de 3% en su Producto Interno Bruto (PIB) al cierre de este año, e incluso algunos economistas sostienen que ya se habría contraído un 4,2 por ciento en los primeros nueve meses del año. Esto en medio de que las cotizaciones del crudo continúan su carrera descendente, cerrando este jueves el referencial venezolano en 54.67 dólares por barril, y el dólar paralelo se estaba vendiendo a 178 bolívares.

Cuando se reducen los ingresos por el crudo

"¿Qué va a haber problemas con el ingreso de dólares? Claro que sí. Tenemos que optimizar cada dólar que ingrese al país", sostuvo Maduro el día miércoles en una alocución televisada. Es que el descenso que registran los precios del petróleo impacta en el flujo de divisas que requiere el Gobierno para atender sus obligaciones, y viene a complicar mucho más la crisis económica. Por dicho motivo, muchos analistas coinciden en que esa merma en los ingresos obligará a un ajuste económico.

Para mejorar esta crítica situación diversos economistas han “recomendado” a Maduro una receta que incluye devaluar la moneda, liberar precios y aumentar el precio de la gasolina. Aunque hasta el momento el gobierno ha preferido un enfoque más gradual que evite medidas con alto costo político, sobre todo porque en 2015 se entra en un año electoral. En busca de ingresos es que el gobierno reformó cinco leyes tributarias para incrementar los ingresos y aliviar la brecha en las cuentas, aprobando los cambios de las leyes de Impuesto sobre la Renta (ISLR), Impuesto al Valor Agregado (IVA), Impuesto sobre Alcohol, Impuesto sobre Cigarrillos y el Código Orgánico Tributario (COT).

Los ingresos por venta de crudo, se han reducido un 35 por ciento desde la mitad del año según lo declarara el propio Gobierno, lo que significa una merma de los ingresos por el orden de los 25 mil millones de dólares. Maduro ha pronosticado un mayor declive, que podría obligar al país petrolero a salir al mercado para buscar recursos para mantener el gasto público. Es que el petróleo representa aproximadamente el 96 por ciento de sus ingresos de exportación y el 48 por ciento de los ingresos presupuestarios, por tanto la caída de los precios del petróleo están haciendo mella en las finanzas que ya estaban en una grave situación en el país. Entre los principales productores de petróleo, Venezuela es sin duda el más vulnerable a la crisis del petróleo en curso.

En la búsqueda de dólares

Pero en momentos en que necesita mayores financiamientos en la alicaída economía para cubrir la caída de sus ingresos petroleros, el plano externo se complica para Maduro. Este lunes 8 denunció una supuesta campaña de las firmas calificadoras de deuda para encarecer los rendimientos de los títulos de los bonos soberanos. "Tenemos un bloqueo financiero contra Venezuela para impedirnos acceder a financiamiento que necesitamos para superar parte de la merma del ingreso petrolero", dijo Maduro ese día en cadena nacional. "Las empresas calificadoras de riesgo han puesto el riesgo país como el más alto, prácticamente del mundo, tenemos más riesgo país que países que están en guerra", agregó el presidente. El índice de riesgo país de Venezuela se ha incrementado hasta los 2.072 puntos, seguido por Ucrania con 1.571 puntos, según datos que publicara JP Morgan.

Al parecer, Venezuela estaría buscando todo tipo de artificios para obtener dólares, además de los tradicionales. En un artículo publicado en el Financial Time publicado el 3/12 y titulado irónicamente “El nuevo mejor amigo de Venezuela – Goldman Sachs”, se escribía: “Venezuela Socialista nunca vendería sus amigos a Wall Street, ¿no? Sin embargo, parece que es exactamente lo que Caracas quiere hacer. Presionado por la caída del precio del petróleo, sacudido por los temores de incumplimiento… debido a la falta de divisas, y aparentemente incapaz de poner su casa en orden económico, el país está tratando de recaudar dinero desesperadamente… mediante la venta las deudas contraídas con ella por la República Dominicana y Jamaica a Goldman Sachs”.

Se trataría de de recaudar dinero fresco mediante la titularización de una deuda por 7.000 millones de dólares que mantienen República Dominicana y Jamaica con el país petrolero, por la venta de crudo bajo el acuerdo energético Petrocaribe. En este caso particular, que significa vender los $ 4 mil millones adeudados por la República Dominicana por $ 1.75 mil millones a Goldman Sachs. De esta manera a cambio del pago rápido, la nación deberá aceptar menos dinero que el monto total de la deuda pendiente. Aunque el Gobierno no ha confirmado esta operación tampoco la ha negado, y es una iniciativa que busca aumentar liquidez, donde Venezuela busca raspar la olla por donde sea, sin importarle la manera en que Goldman Sachs le cobre la deuda a República Dominicana y Jamaica a futuro.

En función de respaldarse internacionalmente, el Gobierno de Maduro también ha ampliado su definición de las reservas internacionales para incluir a los diamantes y otras monedas convertibles, un movimiento que los analistas sostienen que sólo sería una medida contable, ya que en realidad no inyecta dinero fresco en el sistema. En otro artículo abordaremos lo que diversos especialistas consideran que el costo de asegurar la deuda se está elevando, y la peligrosidad del país de entrar en una cesación de pagos, aunque por el momento debido a los vencimientos en el primer trimestre del 2015 no sería lo más probable.

Un Presupuesto Nacional que apenas votado parece erosionarse

Este martes 9, la Asamblea Nacional autorizó sin modificaciones la Ley de Presupuesto de 2015, que contempla un gasto inicial de 741,7 mil millones de bolívares. El marco legal, que recibió la aprobación de la bancada del oficialismo, se rige por un precio del barril de 60 dólares y contempla un crecimiento de 3% del PIB, una inflación entre 25 y 30% y un tipo de cambio de 6,30 bolívares. Si tomamos en cuenta la dinámica de la economía del país durante 2014, y con un 2015 que no presagia mejor, estos números no parecerían tener bases sustentables.

Cuando fue presentado el proyecto de gastos para el año fiscal 2015 el ministro de Petróleo y Minería, Asdrúbal Chávez, frente a la actual situación del mercado petrolero, que ha afectado a la baja los precios del crudo, manifestó que dicha caída fue considerada para su elaboración. “Bajo este escenario de precios se han hecho las proyecciones del presupuesto. Creemos que el barril en $60 es razonable y ponderado, e indica el grado de responsabilidad que nuestro Gobierno lleva adelante a la hora de comprometer recursos para cumplir con sus gastos” aseguró. Pero al parecer, cuando no ha pasado ni un mes de su afirmación, el supuesto “grado de responsabilidad” se le está yendo agua abajo, pues de seguir la dinámica descendente y no repuntar en el 2015 los precios del crudo, el promedio anualizado de la cesta petrolera venezolana puede andar muy por debajo de lo presupuestado, esto llevaría a alterar y complicar los gastos gubernamentales.

Es importante tener en cuenta que mientras transcurre el año fiscal, la Asamblea Nacional termina aprobando créditos adicionales que llegan a duplicar el presupuesto inicial. Así, durante este 2014 aprobó entre enero y en lo que va del mes de diciembre la cifra de Bs. 564.586 millones en créditos adicionales, lo que representa más del 100% del gasto estimado para ese ejercicio fiscal. Siendo 2014 el año que por la primera vez en la historia económica venezolana, según los expertos, el uso del gasto extraordinario se coloca por encima del presupuesto aprobado. Basta entonces proyectar esta situación para un barril de petróleo que para finales de diciembre podría estar bastante por debajo de los 50 dólares y se verá el atolladero en que se encontrará el gobierno nacional.

Frente a todo esto, y a alta posibilidad de fuertes ajustes económicos que harán sobrecargar ya a los bolsillos del pueblo trabajador, que los trabajadores y las trabajadoras venezolanas tendrán que prepararse y organizarse para poder resistir a los embates que estarían por venir, y que la crisis la paguen los capitalistas y los que la generaron, no los hogares obreros y populares.