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Viernes 19 de febrero de 2016

LAS MEDIDAS ECONÓMICAS DE MADURO

Un paquete de medidas que beneficia a empresarios y golpea al pueblo trabajador

Por Milton D’León


Tal como escribimos en un artículo el día de ayer, las principales medidas de Maduro se realizaron en un acuerdo en el llamado “Consejo Nacional de Economía Productiva” al que pertenecen importantes sectores de la burguesía del país, y no se podría esperar otra cosa que no fueren medidas contra el pueblo trabajador y en su contraparte para beneficiar a los sectores empresariales.

El contenido del nuevo sistema de cambio: proteger y subsidiar al empresariado

El gobierno anuncia la medida del primer tipo de cambio en 10 bolívares por dólar al que llamó “cambio protegido” para “los sectores salud, medicinas, alimentación, misiones y grandes misiones y áreas vitales de insumos básicos” a la par del nuevo sistema flotante (202 bolívares por dólar en su cotización el día de hoy). Pero en su contenido, la medida de este miércoles en cuanto al tipo de cambio es para complementar un esquema para el beneficio de los sectores empresariales.

La cuestión radica en que lo que dice respecto a sectores “priorizados” para el tipo de cambio “protegido” es centralmente para las importaciones que manejan importantes sectores empresariales además de las que realiza el propio Estado. Se trata de un subsidio directo para las importaciones a grupos económicos y a una alta burocracia estatal con intereses antiobreros y plagada de corrupción, que podrá traer al país productos de estas ramas “priorizadas” y “otras ramas vitales de insumos básicos” de materia prima, para ser colocados en el mercado local directamente, ya sea el producto directo importado o el procesado en el país a precios liberados o a tasas del Sistema Flotante.

Con respecto a los exportadores, es de recordar que el pasado 22 de enero, Maduro ya había presidido una mesa de trabajo con el sector exportador del país, en dicho encuentro se reunió con miembros del gabinete ejecutivo, gobernadores, empresarios públicos y privados para tratar la gestión del comercio exterior, aprobando pasar la tasa de cambio para los exportadores del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad, ya extinto con la nueva medida) al Sistema Cambiario Marginal de Divisas (Simadi), hoy llamado Sistema Complementario Flotante. En dicha reunión también decretó la moratoria para todo el año 2016 en la consignación de licencias de exportación, además de asignar a 500 exportadores las divisas necesarias en determinadas materias primas. Recuérdese solo un "detalle", el gran exportador en Venezuela es PDVSA en manos de burócratas estatales con intereses propios y que tienen, vía empresas testaferras, grandes negociados, además de las grandes transnacionales petroleras asociadas al Estado vía empresas mixtas dueñas de un 40% de las mismas y que se benefician con las medidas.

Un esquema entonces, que es para beneficiar tanto a sectores importadores como a los exportadores, siendo que a estos últimos se les facilitará con una tasa preferencial la importación de materias primas (10 bolívares por dólar) para sus productos exportables cuyos dólares los podrán ingresar a la tasa Flotante (202 bolívares por dólar). Con estas medidas, incentivando las ganancias de los empresarios, e incluso de las empresas del Estado, es que el gobierno de Maduro considera que podrá superar los altos niveles de escasez y desabastecimiento y “reactivar” la economía.

Pero aún hay otro “incentivo” empresarial, pues esta medida cambiaria se complementa con otra, que entre los anuncios del aumento de la gasolina y del nuevo sistema cambiario no tuvo mucha difusión mediática, un alza de los precios controlados para un centenar de servicios y productos fundamentales, afirmado Maduro que "hay que establecer los nuevos precios en base a los costos reales", pues “había productos cuyos precios estaban desfasados". Estamos hablando aquí de una liberación de precios con el siempre discurso de un “precio justo”, como si existiese algún tipo de “precio justo” en el sistema capitalista que no sea el de beneficiar al empresariado.

Como vemos, es un paquete de medidas capitalistas que significan un negocio más que redondo para los empresarios incluyendo transnacionales, completamente perverso de beneficiar a gruesos sectores burgueses para “reactivar” la economía. Es lo que sin pelos en la lengua afirma el ministro de Comercio Exterior, Jesús Faría, que con las nuevas tasas de cambio para el sector exportador se convierte en "un estimulo cambiario", un “estímulo” que se complementa con el otorgado al sector importador. Muy suelto de lengua, el ministro sostiene que "ese nuevo sistema generara nuevos niveles de confianza", pero “niveles de confianza” para importantes sectores de la burguesía. Y es lo que constata el economista vinculado a la derecha y presidente del grupo consultor Datanálisis, Luis Vicente León: "En términos de la devaluación rescato el hecho de que el Gobierno reconozca la necesidad de devaluar y ajustar el tipo de cambio. Luego de tantos discursos que diga que esa es una medida neoliberal, que lo haga es un elemento positivo".

Este paquete que se complementa atacando el ingreso del pueblo trabajador

Si vimos que el Estado le otorgará grandes subsidios a los sectores importadores que es el grueso del empresariado así como al sector exportador donde el Estado es el principal sector, beneficiando así a capitalistas y a una burocracia estatal antiobrera al mando de grandes empresas, y que ahora se amplía incluso a sectores militares, esto se complementa con sacarle subsidios al pueblo. Solo para no dejar pasar por alto de cómo se amplían estas medidas para los militares, recuérdese que el pasado 10 de febrero se creó una empresa pública que ha llamado la atención: la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (CAMIMPEG), una empresa pública “militar” para realizar actividades que nada tienen que ver con el sector militar, como es el caso de las actividades de minería, petróleo y gas, y que se verá beneficiada con las nuevas medidas económicas gubernamentales.

El aumento del precio de la gasolina, que ya explicamos en otro artículo el día de ayer, ahora costará 1 bolívar por litro para la de 91 octanos y 6 para la de 95, que es la que usa un 70% de los conductores según cifras oficiales. Se trata de un aumento del 1.328% y el 6.085%, respectivamente, un incremento que impactará en el bolsillo más allá del alegato actual del gobierno que con este aumento ni siquiera se cubre el costo de producción, pero que dentro de los mermados ingresos del pueblo se sentirá con fuerza, además de que, quiérase o no provocará el aumento de los precios del transportes y, por consiguiente, del resto de los bienes y servicios, que de por sí ya son altos debido a la inflación.

Hemos puesto de ejemplo en el artículo ya mencionado que, si antes una persona con un auto por necesidades de trabajo llenaba un tanque de 42 litros unas 7 u 8 veces al mes, pagaba 33,6 bolívares mensuales ahora pasará a pagar 2 mil bolívares. El aumento de salario mínimo anunciado de un 20% supuestamente para “compensar” los ajustes, pasó de 9 mil 649 a 11 mil 578 bolívares, es decir, un aumento en términos absolutos de 1929 bolívares, lo que implica que para esta persona ya su aumento del mínimo se le voló de un plumazo con el aumento del combustible. ¿Y la cadena que vendrá de aumentos de los demás servicios y bienes, cómo los “compensará”?, de ninguna manera.

El gobierno habló ayer de otra cuestión que pasó altamente desapercibida, pues ya se viene aplicando, lo que podríamos llamar una especie de guerra silenciosa de ajustes al pueblo que no se anuncian pero se aplican, o lo que Maduro llamó plan de la “revolución tributaria”: el del IVA y el del Impuesto sobre la Renta (ISLR). En el caso del IVA, que actualmente se mantiene en un 12%, el gobierno no ha tenido la “necesidad” de aumentarlo en términos porcentuales, pero que en términos monetarios reales y nominales ha venido aumentando al mismo ritmo de la galopante inflación en lo que se llama impuestazo “por defecto”. Es decir, como la inflación es altísima, y los productos cuestan mucho más cada día, ese 12% en términos absolutos y nominales se ve aumentado galopantemente, siendo entonces así que el pueblo paga más dinero en IVA más allá de que el porcentual 12% no se mueva.

En el caso del ISLR, se ha transformado en un impuestazo al salario pues bajo distintos artificios del gobierno terminó afectando fuertemente el bolsillo de los asalariados, siendo que hasta el que gana salario mínimo tiene que gastar ahora una porción de su ingreso para pagarlo. Para que se tenga una idea más gráfica, hasta el pago de este año por concepto de este impuesto, una persona sin carga familiar y que ganaba un salario integral de dos salarios mínimos, alrededor de 19 mil bolívares, paga mil bolívares mensuales por ISLR, siendo que ya tiene otros fuertes descuentos a su ingreso mensual. Una barbaridad a la que llega el gobierno, metiendo la mano en el bolsillo del pueblo para cubrir su “déficit” económico.

Sumado a estos anuncios, está el ya mencionado anteriormente, la liberación de precios de los productos que entrará en vigencia y que también anunció este miércoles, que no es otro ataque al bolsillo del pueblo. En verdad, como todos saben, los precios están liberados, pues la Ley de control de precios en realidad no se aplica, pues productos como la carne, el pollo, diversos bienes esenciales y de servicios se venden a precios libres en los distintos negocios del país (no nos referimos aquí al “bachaqueo”, sino a establecimientos comerciales normales). Lo que hará ahora el gobierno es una liberación oficial que esté a la conveniencia de la ganancia de los empresarios “ajustado a las leyes”.

Es por todo esto que de conjunto, las medidas capitalistas anunciadas de Maduro no tienen ni pizca de protección al pueblo, sino el de beneficiar a los empresarios con el argumento de “reactivar” la economía mientras que quien al paga son el conjunto de los trabajadores y el pueblo. Contra estos ataques es que la clase trabajadora tiene que organizarse y salir a luchar para pararles la mano al gobierno y a los capitalistas.


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