Hoy vemos cómo desde diversos sectores del sindicalismo dicen luchar por los reclamos de los trabajadores y las trabajadoras. Está la alta burocracia sindical ligada al gobierno como los Torrealba, los Franklin Rondón, etc., un verdadero brazo político del gobierno como extensión de su política dentro de la clase obrera, intentando convencer a todos y todas de las acciones del gobierno nacional; está aquella burocracia sindical que dice que está por el salario justo, contra los despidos, contra la criminalización de las luchas, como la liderada por Marcela Máspero y dirigentes de menor o igual envergadura, pero continúa subordinándose al gobierno nacional y al PSUV –brazo político estatal-, cuyo papel no es más que evitar que los trabajadores y trabajadoras avancen en un cuestionamiento al propio Chávez. En su contracara reaparece la burocracia sindical ligada a los grandes empresarios y a los partidos políticos de la derecha, agrupados en el Fadess, como la que lidera el sindicalista Pablo Castro –portavoz de la MUD dentro del sindicalismo- así como el Chino Navarro famoso por sus traiciones a los trabajadores, Froilán Barrios ligado también a lo más rancio de la burguesía, Rodrigo Penso y Pablo Zambrano podridos burócratas que incluso recientemente, en nombre de Fadess, se acaban de reunir con la MUD para recibir sus propuestas. No ha sido casualidad que esta burocracia es la que ha llevado a la mayoría de los políticos de la derecha de la MUD a las marchas convocadas como Fadess, llegando incluso a que encabezaran como la ocurrida en marzo en Guayana. Se llega incluso a que burócratas propatronales confabulen con los patronos para que se aumenten los precios de los productos, como la declaración del Sindicato de Trabajadores de la Polar de Chivacoa donde en un comunicado afirman que “piden al Gobierno revisar el precio porque no cubre los costos de producción” en total consonancia con Lorenzo Mendoza, el mega empresario.

Marea Socialista y USI-Ccura al ritmo del campismo político

Pero lo peor de todo es que organizaciones que se reclaman de la clase trabajadora y hasta se reivindican revolucionarias, hacen parte de estas políticas. Así han venido teniendo una participación activa sectores sindicales como el representado por Stalin Pérez Borges y su agrupamiento Marea Socialista –corriente interna en el PSUV, que ha venido apoyando las políticas del gobierno y, según sus palabas, criticando aquellas que en el campo laboral afectan a los trabajadores. Por otro lado, en las marchas convocadas bajo el autodenominado FADESS, participan activamente dirigentes sindicales y políticos del agrupamiento USI de Orlando Chirino, ligándose con agentes políticos de la oposición burguesa entre el movimiento sindical y coincidiendo en estas marchas con sus propios representantes políticos, como Leopoldo López y Corina Machado –les guste o no. De esta manera inculcan más confusión entre los trabajadores y trabajadoras, impidiendo que la clase obrera se saque de encima el pesado lastre de las burocracias sindicales que los llevan a movilizarse y confiar en uno u otro bando burgués, en lugar de confiar sólo en sus propias fuerzas y métodos de lucha y desarrollar una política propia como clase.

En el mes de octubre se vienen anunciando toda una serie de movilizaciones de trabajadores, incluso convocadas desde el sector de la Unete que lidera Marcela Máspero o de los trabajadores universitarios, así como también convocadas desde Fadess para el 20 octubre. Repudiamos tajantemente la afirmación reciente de Aristóbulo Istúriz que habla de “guarimbas”. No, se trata del descontento de los trabajadores hartos de bajos salarios, la negación a la discusión de la contratación colectiva, la criminalización de la protesta obrera y los atropellos laborales. Desgraciadamente, una y otra burocracia sindical, en vez de unificar las luchas y las movilizaciones con un verdadero programa para vencer, las utilizan para llevar agua a cada uno de sus molinos: el chavismo o la oposición. Hoy más que nunca es necesario golpear con un solo puño, unificando y coordinando las movilizaciones y las luchas en curso en una verdadera jornada de protesta para alcanzar nuestras demandas. En este sentido, desde nuestras modestas fuerzas, estaremos planteando en cada lucha, en cada manifestación obrera en curso, esta necesidad urgente y avanzar hacia una salida independiente.

Es necesario forjar una salida de independencia de clase

Indiscutiblemente, la crisis política y las contradicciones internas, en el marco de la crisis económica internacional y una eventual aguda lucha de clases, pueden abrir nuevas perspectivas para que la clase obrera tome un curso de independencia política frente a los proyectos burgueses en pugna. Pero esto, bajo la perspectiva de que los trabajadores y las trabajadoras empiecen a comprender que las necesidades más acuciantes del movimiento de masas solo pueden satisfacerse sobre las ruinas del sistema capitalista. La verdadera independencia política como clase social trabajadora y explotada vendrá de la mano de luchar unidos con nuestros propios métodos, con total independencia política frente al Estado, el gobierno, los empresarios y los partidos políticos patronales como el PSUV y los de la MUD. Nuestro camino debe ser hacer ver la verdadera y principal polarización de esta sociedad: entre explotadores y explotados, entre patrones y trabajadores, entre los que enriquecen o se aprovechan del trabajo ajeno y los que solo vivimos de vender nuestra fuerza de trabajo. Ese camino solo vendrá de la mano de confiar únicamente en nuestras propias fuerzas y métodos de lucha, luchando por una verdadera independencia política de la clase obrera, avanzando en la coordinación y centralización de las luchas en curso con un programa para vencer. Los revolucionarios de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) apostamos a esta perspectiva y a la lucha por la independencia política de los trabajadores, que, en alianza con el conjunto de los explotados y oprimidos de esta sociedad, puede abrir el camino a una lucha abierta contra este sistema de opresión y explotación.