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Comunicados, volantes y declaraciones
Viernes 24 de octubre de 2008 Tras la crisis económica internacional Huelgas y conflictos obreros en Europa DESPIDOS EN EL ESTADO ESPAÑOL Nissan manda al paro a 4.500 trabajadoresPor Federico Grom Luego de presentar un Expediente de Regulación (ERE) sobre el 37,5% de la plantilla de la fábrica de Barcelona, la multinacional anunció el 20/10 que parará la totalidad de la factoría catalana y a sus 4.479 trabajadores la semana que viene y además, declaró que durante noviembre y diciembre “sólo se trabajará dos días a la semana como mucho”. El plan de la empresa es deslocalizar a Tailandia la fabricación de 40.000 vehículos de esta planta, esgrimiendo la “pérdida de competitividad” (léase, buscando mano de obra más barata). Esta misma empresa viene obteniendo 9 millones de euros de beneficios en Cataluña en los últimos 4 años y 300 millones de euros de ganancia en el Estado Español en los últimos 5, como declaró el mismo José María Álvarez, Secretario General de UGT de Cataluña (Unión general de Trabajadores), a la vez que ha reducido los costes un 31%. Antes de este último anuncio, el titular de Industria Miguel Sebastián en una reunión en París con Carlos Ghosn, presidente de la alianza mundial Renault-Nissan, declaraba: “El futuro de la industria del automóvil en España es brillante a pesar de la situación coyuntural de crisis que está viviendo Europa”, aclarando que no sacará a relucir, lo que en su momento era un ERE con 1.680 despedidos; cuestión que le mereció la crítica hasta del mismo gobierno catalán, que muy lejos está de oponerse a los despidos como viene demostrando en estos últimos años. El alegre optimismo de Sebastián contrasta con los números. Incluso en boca de Salvador Álvarez, director de “Relacions Laborals” de la Generalitat: “La diferencia respecto a hace unos meses es que los inspectores de guardia reciben cada día la asignación de una cifra de uno a cuatro Expedientes de Regulación de Empleo presentados en el registro de la conselleria, cuando antes había muchos días en los que no entraba ninguno”. Entre estos, están el recorte de empleo temporal de Seat que afectará a unos 4.700 empleados entre noviembre y julio y otras empresas, como Pirelli (Más de 500 trabajadores de la planta de Pirelli en Manresa participaron en una asamblea convocada por el comité, durante cuatro horas de paro, para informar del expediente que dejará en la calle a 280 trabajadores, un tercio de la plantilla) y Frigo (En Barcelona, unas 300 personas se concentraron frente a las oficinas de la multinacional Unilever para protestar por la decisión de la empresa de cerrar la fábrica, en la que trabajan 268 empleados) (Unilever) que han presentado ERE parecidos. Y es que los empresarios del sector del motor en el Estado Español están haciendo que sus trabajadores sean quienes paguen los efectos de la crisis, cuyos ERE ya afectan a más de 17.000 trabajadores (Manuel Fernández ‘Lito’, Secretario General de la Federación Estatal de Metal, Construcción y Afines de la UGT). Sin embargo, los Sindicatos mayoritarios, CC.OO.(Comisiones Obreras) y UGT, se encuentran negociando desde hace varios meses, en una “Mesa del diálogo” a nivel de todo el Estado, con la gran patronal y el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Precisamente por esto sólo convocan acciones de presión aisladas entre sí dirigidas a los gobiernos regionales y central, lo cual sólo puede terminar en más derrotas y en un tendal de despidos. Nada bueno puede venir de “la negociación” de estos dirigentes que son los responsables de la creación de todo tipo de contrato temporal “basura”, de la pérdida de empleo estable, de la negociación de miles de despidos y pérdida de derechos. Obreros de Nissan en las calles contra los despidos Los trabajadores de la fábrica Nissan de Zona Franca se hicieron escuchar por las calles de Barcelona. Comenzaron la movilización más de un millar de trabajadores en la Plaza Cataluña el 16/ 10, para rechazar el ERE anunciado por la empresa que afecta a 1.680 empleados y sus familias más otros tantos trabajadores de los proveedores externos. Posteriormente se dirigieron a varios concesionarios de Renault y Nissan del centro de la ciudad al grito de: “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”, y “Matsumoto tururú, a la calle te vas tú” en referencia al director general de Nissan Motor Ibérica, Fumiaki Matsumoto, repartiendo folletos informativos a transeúntes y a los dependientes que salían de las tiendas. La manifestación discurrió entre lemas como “Barcelona, escucha, la Nissan está en lucha” mientras los trabajadores colocaban pegatinas y lanzaban huevos a los locales de concesionarios de Renault y de Nissan. Al día siguiente unos 3.000 trabajadores de Nissan se manifestaron nuevamente en el polígono industrial de la Zona Franca de Barcelona; custodiados por un amplio dispositivo policial, partieron de la fábrica y se dirigieron hasta el centro de suministro de recambios de Nissan, en el polígono industrial L’Estruc. El jueves 23/10 tienen previsto continuar con las movilizaciones. Las centrales sindicales deben abandonar la “Mesa del dialogo” y realizar de forma urgente verdaderas asambleas de base unitarias (sin importar la afiliación -CCOO, UGT, CGT, etc.-), no sólo informativas, sino resolutivas para discutir democráticamente un plan de lucha coordinado del conjunto del sector contra los despidos, a la altura del ataque que preparan la patronal con la complicidad del gobierno y que culmine en una Huelga General de las automotrices y las fábricas en lucha. Es necesario que los trabajadores podamos superar estas direcciones y su estrategia “dialoguista” y de colaboración con la patronal y el gobierno, para no ser una vez más los que paguemos sus crisis. IMPORTANTE CONVOCATORIA DEL SINDICALISMO DE BASE Huelga general en ItaliaPor Compañeras y compañeros del Collettivo Comunista di Via Efeso (Roma), 20/10/08 El gobierno de Berlusconi se apresta a descargar brutalmente la crisis en ciernes sobre los trabajadores y las clases populares. Al igual que Prodi, su predecesor de centro izquierda, busca atomizar cada vez más al asalariado para acolchonar los efectos de una crisis solapada que hace tiempo venía manifestándose. Además de medidas racistas contra los inmigrantes, una reforma educativa continuadora de las medidas privatizadoras y propatronales impuestas bajo Prodi y una brutal campaña contra los trabajadores estatales, con recortes y aumento de la precarización, Confindustria, la gran patronal italiana, intenta imponer una reforma de los Convenios nacionales de trabajo. Sin embargo, el otoño en Italia se empezó a poner caliente. Sectores de la clase obrera y de la juventud, que ya cuentan a 15 millones de los suyos bajo la línea de la pobreza, están empezando a entrar en acción. En septiembre, la heroica resistencia de los trabajadores de Alitalia demostró que algo podía estar cambiando en el estado de ánimo de la clase. A su vez, con enfrentamientos y manifestaciones antirracistas aparecieron masivamente los “italianos de segunda generación” de los suburbios (hijos y nietos de inmigrantes, nacidos en Italia). Crecen las protestas entre docentes, secundarios y universitarios con marchas de padres y maestros y ocupaciones de escuelas y universidades en las grandes ciudades italianas. La última noticia es que Berlusconi amenaza con usar a la policía para poner fin a la protesta estudiantil y a las tomas de universidades y escuelas. Este nuevo clima social forzó a sectores de la burocracia sindical a reubicarse. Otro síntoma de la intensidad de la actual oleada de luchas: el Partido Demócrata de Veltroni, después de haber vacilado en mantener su manifestación nacional del 25 de octubre, en nombre del “sentido de responsabilidad nacional” por la crisis económica, llama ahora con todo a movilizarse y mientras cerramos esta nota pidió el retiro de la reforma Gelmini, para no quedar desganchado de las movilizaciones. Por otro lado, este nuevo clima llenó de un contenido distinto las manifestaciones que habían sido programadas tiempo atrás, como la del 11 de octubre, convocada por Refundación Comunista (PRC) y los Comunistas Italianos (PdCI), que sirvió de canal de expresión para decenas de miles de jóvenes y trabajadores hastiados con la política del gobierno, y la masiva huelga general del 17 de octubre, convocada por el sindicalismo de base y de la que damos cuenta a continuación. La manifestación nacional que atravesó Roma demostró que la huelga general convocada por el sindicalismo de base (RdB-CUB, Cobas y SdL1) tuvo un importante éxito. La adhesión al paro fue superior a lo previsto. A pesar de la lluvia que cayó durante toda la mañana sobre la capital, una imponente manifestación (500.000 personas según los organizadores, 350.000 según La Repubblica) desfiló durante más de cuatro horas entre Repubblica y Piazza San Giovanni. Otras movilizaciones contra el gobierno se organizaron a lo largo y ancho del país. En Milán una manifestación convocada por la CUB y el SlaiCobas2 confluyó con otras dos movilizaciones, una de los docentes y otra de los estudiantes, y marchó luego hacia el Rectorado. Después de haber lanzado huevos y petardos los estudiantes tiraron abajo las vallas y dejaron frente a la puerta principal una banderola en la cual estaba escrito “Bloqueamos el decreto [de reforma del sector educativo], ¡ocupación! ¡La escuela está en contra de Gelmini [ministra de la Educación]!. ¡La revuelta está en la calle y apenas empezó!”. Huelgas y manifestaciones paralizaron también el tráfico en Nápoles y Palermo mientras que los estudiantes de Florencia, Pisa y Siena se movilizaron, ocupando las universidades. (…) El 17 de octubre se mandó un claro mensaje a Berlusconi. La huelga planteó que su política de recortes salariales, de ataque a la función pública, de ataques a la educación, no le cae bien a muchos, y menos aún a los sectores más dinámicos de los trabajadores y de los estudiantes. El paro dejó a las claras que el gobierno no podrá hacer pasar automáticamente su política, al menos no sin tener que “pagar algún precio”. Es más, cuanto más caro pague Berlusconi por los ataques que está desencadenando, si se debilita el gobierno, en mejores condiciones estará la clase obrera de la península para luchar y reorganizar sus filas. Docentes, estudiantes, estatales, trabajadores del transporte, precarios, todos unidos ¿Quiénes fueron los que salieron a la calle y por cuáles motivos? El sector más visible fue lo que la prensa italiana llama “el pueblo de las escuelas”, el magisterio, golpeado tres veces: por la ofensiva generalizada contra la clase trabajadora (reforma de los convenios nacionales de trabajo, reducción de los salarios y de las jubilaciones, etc.), por los recortes a los servicios públicos, y por el ataque a la educación (la reforma Gelmini prevé una reducción de las pantillas laborales, la privatización, en última instancia, de las universidades, a través de su transformación en “Fundaciones”, la implementación de un modelo educativo más autoritario y represivo aun, etc.). Estaban también los trabajadores del sector público. (…) Berlusconi pretende profundizar una orientación llevada adelante en los últimos años tanto por los gobiernos de centro izquierda como de centro derecha, y que consiste en proseguir con los recortes a la administración pública, tanto desde el punto de vista financiero como ocupacional. (…) Se notó la nutrida presencia, en las distintas marchas, de los trabajadores del transporte. Con el paro perturbaron el tráfico en varias ciudades como lo atestigua por ejemplo el 33% de adhesión a la huelga en Roma. Estaban igualmente los trabajadores precarios, del sector público en particular. (…) En fin, la movilización excedió a todos aquellos sectores influenciados por las organizaciones del sindicalismo de base. Ahí radica tal vez la mayor novedad y potencialidad de la movilización y de la fase actual. Entre los manifestantes había muchos trabajadores no sindicalizados u otros que tienen el carnet de afiliado, en particular a la principal organización sindical en Italia, la CGIL. ¿Qué perspectivas después del paro del 17? Es cierto que los objetivos defendidos por los organizadores de la huelga del 17 (no a los recortes en los servicios públicos, no a la precariedad laboral, por aumentos salariales y la escala móvil, contra la especulación bancaria y bursátil, por un salario social) tienen una matriz reformista-redistributiva (keynesiana de izquierda). Es cierto también que el contenido de una movilización lo imponen también los que adhieren a la huelga y el movimiento real. Desde este punto de vista, considerando la reducción de los márgenes redistributivos, los trabajadores que pararon y salieron a la calle podrían revelarse más “antisistema” e “incompatibles” en relación a las reivindicaciones propugnadas por las direcciones del sindicalismo de base. Antes de la huelga del 17 las direcciones burocráticas del sindicalismo confederal habían anunciado (sin dar ningún calendario ni precisar las modalidades de las acciones de fuerza) una serie de movilizaciones en el sector de la educación y de la función pública. Al mismo tiempo sin embargo se declaraban dispuestas a seguir dialogando con el gobierno como lo demostraron las declaraciones públicas de Bonnani, líder de la CISL, y de Angeletti, principal dirigente de la UIL. El llamado a medidas de fuerza por parte de la burocracia confederal tenía como objetivo debilitar la huelga del sindicalismo de base. Es síntoma también de un cambio del estado de ánimo en algunos sectores movilizados. Tomando en cuenta por ejemplo las asambleas de trabajadores estatales en las cuales participamos: el conjunto de los trabajadores atacados por el gobierno, poco sindicalizados y que aún no rompieron con las direcciones políticas burguesas de centro izquierda y con las direcciones burocráticas de los sindicatos, hoy en día exigen, aunque tímidamente y sin tener la capacidad de imponerla, una lucha verdadera, eficaz y unitaria. Considerando la fase que estamos atravesando, la huelga del 17 no puede quedar (…) como un mero paro cuyo principal objetivo consiste en reforzar organizativamente el espacio del cual disponen los sindicatos de base. Si las direcciones del sindicalismo de base plantean el problema de la construcción de una contraofensiva real y eficaz contra el gobierno, si saben retomar la bandera de las distintas luchas que atraviesan la península hoy en día, entonces la huelga del 17 podría transformarse en la primera etapa de un movimiento que sirva para construir un frente de lucha más amplio, permanente y combativo. Con la huelga del 17 los trabajadores y los estudiantes que adhirieron a la medida de fuerza en forma más masiva de lo previsto marcaron un hito. ¿Sabrán las fuerzas sindicales y políticas que se reivindican combativas y clasistas dar una respuesta a sus exigencias? En el comunicado nacional pos huelga, la dirección de los Cobas plantea que “la entusiasmante manifestación romana envía un mensaje unitario y de concientización para seguir más fuertes que nunca en la defensa de los derechos sociales y de los trabajadores para todas y todos: ¡adelante!”. Proseguir en esta dirección significaría llevar adelante una batalla consecuente y unitaria (basada en asambleas obreras, en la apertura hacia las luchas actuales, inclusive cuando están hegemonizadas por la burocracia confederal, etc.) para extender el actual frente de lucha y transformarlo en un movimiento más general contra el gobierno y la patronal. Notas 1 Según las siglas en italiano, Representantes de Base-Confederación Unitaria de Base (RdB-CUB), Confederación de los Comités de Base (Cobas), Sindicato de los Trabajadores Intercategorial (SdL), las tres principales organizaciones sindicales de base en Italia. Por más que tengan un peso menor, se caracterizan por posiciones más radicales que las de las confederaciones sindicales históricas, CGIL, CISL y UIL [NdT]. 2 El Sindicato de Trabajadores Autoorganizados Intercategorial-Comités de Base (SlaiCobas, según sus siglas italianas), de menor envergadura respecto a los otros sindicatos de base, defiende generalmente posiciones más combativas y clasistas [NdT]. Huelga general en GreciaPor Celeste Murillo El martes 21/10 se desarrolló una huelga general de 24 horas en Grecia en la que participaron millones de trabajadores y trabajadoras del sector público y privado contra el rescate millonario anunciado para los bancos, la privatización de la aerolínea estatal Olympic Airlines y en demanda del aumento de salarios. La mayoría de las actividades económicas y el transporte del país se paralizaron por la acción de trabajadores y trabajadoras, que respondieron de forma unánime a la convocatoria de la Confederación General de Trabajadores y la Unión de Empleados Civiles, que representan entre ambos a 2.500.000 de trabajadores y trabajadoras, la mitad de la fuerza laboral del país. La huelga afectó tanto el transporte público de las ciudades, como el tráfico aéreo, lo que provocó la cancelación de 200 vuelos nacionales e internacionales en un solo día. No hubo actividades en los puertos y la empresa estatal de ferrocarriles suspendió casi todos los servicios, tampoco funcionaron los trenes eléctricos, trolebuses ni subterráneos. Se cerraron oficinas públicas, correos, escuelas, universidades, y hospitales, que sólo mantuvieron abiertas las guardias para casos de emergencia. Según los sindicatos, el acatamiento fue masivo: un 90% de trabajadores y trabajadoras participaron de la medida. En Atenas, 15.000 personas marcharon al palacio de gobierno para oponerse a los planes privatizadores del primer ministro conservador Costas Karamanlis. La policía impidió el paso de los manifestantes y se produjeron enfrentamientos. De la marcha participaron miles de jóvenes y trabajadores con pancartas que mostraron el hartazgo del pueblo griego que ve como el gobierno rescata a los bancos mientras gran parte de la población sufre las consecuencias de la crisis económica. La huelga exigió aumento de salarios al mismo tiempo que pidió al gobierno que aumente el gasto social para ayudar a las familias trabajadoras que ya están sufriendo las consecuencias de la crisis económica. Otra de las consignas fue el rechazo a la privatización de la aerolínea estatal Olympic Airlines y los ya impopulares planes de reforma del sistema de jubilaciones. Las protestas continuaban el miércoles 22/10 y los sindicatos y organizaciones anunciaron que van a intensificar las medidas si el gobierno no retrocede. Esta semana, el Parlamento griego debía discutir el presupuesto para 2009 y buscar medidas para achicar el déficit que ya puso bajo la mira de la UE a Grecia, por superar el déficit permitido a los países de la eurozona. Para esto, el gobierno planea una serie de privatizaciones, entre ellas la de la aerolínea estatal, recortes de presupuesto para programas sociales y la reforma de las jubilaciones y pensiones. Ante las protestas y la impopularidad del gobierno, Costas Karamalis prometió compensaciones salariales y medidas para paliar los aumentos de precios. Hasta el momento, el principal gasto anunciado por el gobierno fue la promesa del ministro de Finanzas, George Alogoskoufis: desembolsar 28.000 millones de euros para darle respaldo a los bancos de Grecia. Mientras tanto, 1 de cada 5 griegos ya vive debajo de la línea de pobreza según datos oficiales. Las primeras consecuencias de la crisis y su impacto en la vida cotidiana de millones de trabajadores y trabajadoras podrían llevar a millones más a la pobreza. La reciente huelga general, y las luchas que se vienen desarrollando en el país durante los últimos dos años (que incluyeron la huelga general de marzo de 2006 y las importantes movilizaciones estudiantiles de marzo de 2007), muestran que los trabajadores y el pueblo griego no están dispuestos a pagar por la crisis de los capitalistas.
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