Ayer jueves, cerca del mediodía, fue liberado el compañero Rubén González. Tres días después de la condena a 7 años y medio de cárcel que le dictara el Tribunal Sexto de Juicio de Puerto Ordaz, por participar de la huelga de 16 días de los trabajadores ferromineros en junio de 2009, llegó una orden de excarcelación emitida por el Tribunal Supremo de Justicia. El repudio generalizado del movimiento obrero organizado, las movilizaciones y paros parciales que se habían desarrollado en Guayana en los días posteriores a la sentencia –algunos con escaramuzas con las fuerzas represivas–, y la voluntad expresada por distintos sindicatos de hacer movilizaciones y paros a nivel nacional en rechazo a la condena, dieron sus frutos: la clase trabajadora se anotó un triunfo al sacar a uno de los suyos de la cárcel, producto de su movilización y presión.

La respuesta de los trabajadores hizo torcer el brazo al gobierno
Con la prisión y condena a Rubén González, el gobierno buscaba dar un escarmiento a los trabajadores y trabajadoras que luchan decididamente y con sus propios métodos por sus reivindicaciones, pero no le dio la correlación de fuerzas. Con la sentencia el gobierno se la jugó a medir fuerzas, y la indignación ante la infame sentencia produjo una respuesta que probablemente el gobierno no se esperaba. Hasta sectores de la burocracia sindical afín al gobierno, que venían manteniendo silencio cómplice ante la criminalización de las luchas y el encarcelamiento de Rubén González, repudiaron la sentencia.

Prácticamente todo el espectro sindical nacional –salvo contadas y vergonzosas excepciones, como la de Francisco Torrealba, “sindicalista-diputado” de la FSBT– repudió la medida. Así, el gobierno que al mismo tiempo que condenaba a un obrero a casi ocho años de cárcel por hacer una huelga, pacta con la oposición burguesa para dejar en libertad a políticos de derecha presos por corrupción o violación de derechos humanos, tuvo que retroceder y recoger rápidamente su decisión, temiendo que este ataque a la clase trabajadora trajese consigo un mayor desarrollo de la conflictividad obrera y se desarrollase una oleada de luchas por el derecho a la huelga, contra la criminalización de las luchas, combinado con la lucha el salario y las contrataciones colectivas. Por eso, el que hoy Rubén González esté fuera de las rejas es un triunfo indiscutible de los trabajadores, que le doblaron el brazo al gobierno de Chávez.

“Mi único delito es representar a los trabajadores en su justa causa” sentenciaba Rubén González, arrancando el clamor del conjunto de los trabajadores que luchando por su libertad mostraban un gran ejemplo de solidaridad de clase. Y es justamente ese “delito” el que el gobierno de Chávez, que se dice “obrerista”, ha venido queriendo sancionar, tal como afirmara desde Ciudad Piar, cuando lanzara una verdadera amenaza y declaración de guerra a la clase trabajadora de la zona si hacían huelgas o paros por sus derechos. Esta vez, esta política ha sufrido un revés, pues la lucha logró revertir la medida represiva y punitiva, y trae de vuelta a un dirigente obrero a su puesto de lucha por el cual se lo quiso enterrar en la cárcel, pues como el propio Rubén González afirmó a la prensa al salir de la cárcel: "continuaré defendiendo los intereses de los trabajadores, si no lo hago sería un traidor… Nuestro deber es defender los derechos de los trabajadores".

Hay que ir por más: ¡libertad plena para Rubén González y desprocesamiento de todos los enjuiciados y procesador por luchar!

La orden, sin embargo, otorga una libertad condicional con la obligación de presentarse cada 15 días. Como manifestara Rubén González, en horas de la mañana: “hoy recibí una grata noticia a las 9:30 de la mañana donde se me está dando la libertad con régimen de presentación cada 15 días… pero no se dice qué decisión se toma en torno a los 7 años y 6 meses de la condena contra mi persona (…) Saludo a todas las fuerzas laborales de Guayana y del país, a todos los que me han apoyado y se han solidarizado con esta lucha, pero no estoy del todo satisfecho porque la libertad no es total”. Por eso la lucha continúa por la libertad plena y la absolución total de todos los cargos del que se le imputan, así como por el desprocesamiento de todos los trabajadores y trabajadoras judicializados y criminalizados por luchar. Son decenas y decenas los luchadores obreros que aún tienen juicios en curso, prohibición de participar en manifestaciones o movilizaciones, participación de actividades en los lugares de trabajo, movilización en el territorio nacional, o regímenes de presentación en tribunales: echar abajo esto es parte de la lucha a seguir.

Desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) pusimos nuestras modestas fuerzas al servicio de esta gran causa obrera, inicialmente con una campaña propia, y luego con el impulso al Comité por la libertad de Rubén González, junto a compañeros y compañeras de otras organizaciones y activistas independientes. Compartimos el júbilo que llenó al movimiento obrero combativo la noticia de la liberación del compañero, y continuaremos aportando nuestras fuerzas para luchar por su libertad plena y la absolución de todos los cargos que se le imputan así como el pleno derecho a la protesta obrera y popular.

04 de marzo de 2011

LTS

Liga de Trabajadores por el Socialismo