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Comunicados, volantes y declaraciones
Jueves 12 de abril de 2012 Los anuncios del gobierno del 1º de mayo Un aumento del mínimo que no llega a todos Por Milton D’León En pleno año electoral y a seis meses de las presidenciales, no ha faltado fecha de importantes luchas populares que el gobierno se las ha apropiado como suyas para conmemorarlas, desde la rebelión del Caracazo de 1989 y hasta la derrota del golpe durante la jornada de lucha de las masas del 13 de abril cuando el gobierno y el propio Chávez ya se había rendido y entregado a los golpistas, y colocado al propio pueblo a merced de los golpistas. No ha faltado tampoco el reescribir la historia de su sedición militar en 1992 para transformarla ahora en la “gran insurrección de los militares patriotas y el pueblo”[1]. Si también ha reflotado su plan de viviendas, tras fracaso y fracaso de los planes anteriores, aprovechando los nuevos incrementos del petróleo, no podría dejar pasar las fechas del mes de mayo, tanto para anunciar un aumento del salario mínimo como también anunciar una nueva ley del trabajo por decreto presidencial y elaborada a puertas cerradas y que nadie conoce[2]. Un mínimo aumento que no llega a todos Como ya lo venía haciendo en los últimos años, el gobierno ha lanzado este año un aumento del salario mínimo de un 15% en mayo y otro 15% en septiembre. En términos nominales el aumento se traduciría en que el salario mínimo aumentará hasta 1.780,45 bolívares el primero de mayo y hasta 2.047,52 bolívares en septiembre. Chávez ha afirmado que se trata del mayor de América Latina en dólares. Venezuela es el país de mayor inflación de América Latina alcanzando un promedio de 30% anual reconocida oficialmente, pero todo mundo sabe que en términos reales esta inflación es mayor de la que detectan los entes oficiales. Si ya estos números no son los aumentos deseados, al tomar en cuenta la elevada inflación del país se desvanece buena parte de dicho aumento. En teoría el gobierno dice poner el piso del salario mínimo según la inflación anual, lo que sabemos que no es realmente así, pero aún si así fuere, entonces el poder de compra del trabajador continúa siendo el mismo, por tanto en términos reales no hay aumento. También en términos reales, incluso el nuevo piso de salario mínimo que se concretará dentro de cinco meses no alcanza para cubrir las necesidades básicas de una familia tipo, aun suponiendo que le ingresen dos salarios mínimos. Se trata de un aumento completamente insuficiente para los enormes niveles de inflación, que específicamente en los alimentos alcanza 40% en el último año. Se anuncia también como si casi toda la fuerza laboral del país será beneficiada con tal medida, pero son millones de trabajadores en trabajos precarios, informales y sin contrato que no les alcanza la medida. Según los propios cálculos oficiales, alrededor de 2,3 millones de la nómina privada perciben salario mínimo, y cerca de 1,7 millones de empleados públicos gozan de este beneficio. Esto no significa bajo ninguna manera que el resto de los trabajadores del conjunto de la fuerza laboral están por encima de tal piso mínimo, la realidad es bastante distinta. Como vemos apenas supera los 3 millones que serán alcanzados con la medida, siendo que existe un rezago salarial muy grande tomando en cuenta la medida de contención del salario que ha venido teniendo el gobierno. Sin contar con que por fuera de estas cifras, hay más de 5 millones de trabajadores del sector informal y 3.9 millones por cuenta propia, no profesionales, a los que no llegará ningún aumento, además de no contar con ningún beneficio contractual ni previsión social[3]. Continúa la contención salarial y no firma de contratos colectivos El gobierno aumenta el piso del salario mínimo pero continúa represando el resto de la cadena salarial. Hay una fuerte caída del salario real, acrecentado por los planes del gobierno de Chávez que durante mucho tiempo vino teniendo la política de contención salarial, bajo la lógica perversa capitalista clásica de que al reprimir el salario se contiene la inflación. El gobierno, en lugar de reprimir las grandes ganancias del empresariado, tanto el ligado a la oposición como el que ha surgido al calor de sus políticas económicas decidió afectar el salario de las familias obreras y populares. Mientras esto acontece, se retrasan las discusiones de los contratos colectivos desde el gobierno y desde el sector empresarial, son miles las contrataciones colectivas paralizadas tanto del sector público y privado, en muchos casos, de sectores que ganan solo un poco por encima del salario mínimo, golpeando de esta manera, junto con la inflación, al bolsillo de la familia trabajadora y al pueblo, donde el salario ya no tiene el mismo poder de compra produciéndose una fuerte caída en su valor real. Como siempre, quien continúa pagando los platos rotos es el pueblo trabajador, cayéndose la careta a un gobierno que habla de “socialismo” todos los días, pero que en vez de golpear a los empresarios prefiere acuerdo con ellos y pechar a las familias obreras y populares. Ilusiones que son… espejismos Desde el gobierno se lanzan a cada tanto una serie de espejismos. Para solo señalar dos: que tenemos uno de los salarios mínimos más altos de Latinoamérica y que el ingreso petrolero se distribuye entre el pueblo. Así, en cadena nacional, cuando anunciaba el aumento del salario mínimo, Chávez mostraba una tabla indicando país por país los montos respectivos en dólares, y ufanándose que el nuestro estaba colocado entre los mayores de América Latina solo atrás de Argentina. ¡Qué farsa! Los precios reales en el país no se miden por el cambio oficial, sino por el valor del cambio del dólar paralelo, incluso el cambio permuta, muy arriba del oficial, que legalmente el gobierno le cede a los empresarios para sus importaciones. De esta manera, el poder de compra del salario mínimo real en nuestro país está muy por debajo de una gran cantidad de países de América Latina, donde tenemos una alta inflación en dólares que encarece los productos. No por casualidad las ciudades de Venezuela se ubican entre las más caras del continente cuando de adquirir alimentos e insumos se trata. La ilusión que el ingreso petrolero es para satisfacer las necesidades populares es eso, una ilusión. Ya hemos explicado en otros artículos cómo se distribuye el ingreso nacional en el país, beneficiando a los que más tienen, y a dónde van a parar buena parte de las riquezas, siendo que el festín más importante la siguen teniendo los banqueros. Y como no faltaba más, otra buena parte es para pagar la deuda externa. Como ya hemos escrito, según datos más recientes del Ministerio de Finanzas –septiembre del año pasado– indican que la deuda externa pública del país –es decir, sin incluir la privada- cerró para ese mes en 39.909 millones de dólares, mientras que la deuda interna (medida en dólares a una tasa de cambio de 4,30) finalizó en 34.689 millones de dólares, lo que representa unos 149.165 millones de bolívares. Una deuda externa que se ha incrementado en 91% desde el año 2000 al pasar de 20.851 millones a 39.909 millones de dólares para septiembre del 2011, pero donde la deuda interna no se queda atrás, al pasar de 7.242 millones de bolívares en el año 2000 a 149.166 millones de bolívares en 2011, aumentado más de 2.000%. Y el endeudamiento sigue en espiral para (créalo) pagar la deuda, siendo que para durante 2012 el 40% del nuevo endeudamiento se usará para… financiamiento de la deuda[4].Que se siga quitando un porcentaje importante del PIB que, en lugar de emplearse para cubrir las necesidades populares, se le da a los bancos imperialistas como pago de deuda externa; que nos endeudemos con los parásitos banqueros nacionales que viven del dinero ajeno y de la usura, mientras el pueblo padece necesidades; que el pueblo trabajador deba pagar cada vez más impuestos por su consumo mientras los salarios siguen por debajo del costo de la canasta básica, no es más que una burla al pueblo. Por un salario digno y empleo digno para todos Es por eso que a los trabajadores y trabajadoras no les queda más que organizarse y luchar de manera independiente confiando en sus propias fuerzas. No hay que dejarse engañar por las nuevas ilusiones y promesas de las campañas electorales, ni de las del actual gobierno de Chávez ni de las que hace la oposición de la derecha de la MUD con Capriles Radonski a la cabeza. Contra la carestía de la vida y la inflación es necesario luchar por un ¡Salario mínimo igual a la cesta básica familiar! ¡Escala móvil de salarios! ¡Por una cláusula de ajuste salarial mensual al aumentar la inflación, en todos los contratos y convenios! Contra la precariedad laboral: ¡Por el pase a nómina de todos los tercerizados! ¡Por el pase a fijo de los contratados! ¡Igual trabajo, igual convenio! Basta de retrasar la discusión de los convenios: ¡Discusión ya de todos los contratos colectivos imponiendo reales conquistas de los trabajadores! Contra la especulación y el aumento de precios: ¡Control de precios por los propios trabajadores/as y consumidores! ¡Comités de abastecimiento obrero-populares! ¡Eliminación del IVA, grandes impuestos progresivos a los empresarios y capitalistas! Notas [1] Ver al respecto el folleto “El gobierno nacional y el 4F - Elementos para desmitificar el 4-F desde una perspectiva de izquierda revolucionaria”. [2] Ver el artículo “La nueva ley orgánica del trabajo ¿qué beneficia y a quien?” en En Clave Obrera Nro. 27. [3] Los números estadísticos indicados tienen como fuente el Informe del tercer trimestre de 2011 del Instituto Nacional de Estadísticas. [4] Vea el artículo “El gobierno cumple… con los capitalistas” en En Clave Obrera Nro. 27.
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