Un contundente triunfo democrático, producto de la movilización y participación directa en asambleas y Consejos de Escuela Ampliados, acaba de producirse en la escuela de Sociología de la UCV: poco más de un mes de lucha condujo a un referéndum democrático, con participación igualitaria de todos los miembros de la comunidad (estudiantes, profesores/as y trabajadores/as), en el cual, mediante el voto universal se aprobaron, con un 60% de participación (récord histórico en los últimos años) mecanismos que dan un paso al frente contra esta universidad de los privilegios.

1. LA ELECCIÓN DEL DIRECTOR O DIRECTORA DEBE SER MEDIANTE EL VOTO UNIVERSAL (1 PERSONA = 1 VOTO) DE TODOS LOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD, SIN PROPORCIÓN NI DIFERENCIACIÓN: 70% DE APROBACIÓN.

3. LAS DECISIONES DE LOS CONSEJOS DE ESCUELA AMPLIADOS (CON PARTICIPACIÓN DE TODA LA COMUNIDAD) SON VINCULANTES (DE OBLIGATORIO CUMPLIMIENTO), TANTO COMO LAS DEL CONSEJO ORDINARIO: 63% DE APROBACIÓN.

El hastío con un sistema de gobierno, de gestión y de “búsqueda del conocimiento” completamente antidemocrático y excluyente, se expresó con mucha fuerza entre el estudiantado, los trabajadores y muchos profesores la escuela, dando inicio a un importante proceso de lucha por una radical transformación democrática de la escuela (y la universidad), que solo podrá ser llevado hasta el final, si se extiende al resto de las escuelas.

“¡Se va a acabar, se va acabar, la ‘democracia’ estamental!”

El 15 de septiembre el Consejo de Escuela decidía que iba la consulta para la elección del director/a de la escuela con el mecanismo de participación vigente: una consulta no vinculante, donde solo el 30% del profesorado (escalafones altos), que son a su vez poco menos del 3% del total de la comunidad de la escuela, podía postularse y solo ellos tenían el poder de voto real para decidir la elección. También decidió ese consejo que no había nada que discutir públicamente con la comunidad de la escuela.

Fue el pitazo para que un importante movimiento de estudiantes y profesores/as instructores/as se comenzara a generar, informando por volantes, pasando por curso y convocando a asambleas. El 24-S se concretó la primera asamblea que decidió movilizarse para exigir al Consejo de Escuela que echara para atrás su decisión; el 1º de octubre se llevó a cabo el Consejo de Escuela Ampliado, gracias a la presión de la movilización, ese Consejo decidió llamar a un referéndum; después de intentos por boicotear la decisión, se impuso por fin la voluntad expresada en las asambleas y Consejos Ampliados, y se concretó el referéndum con participación igualitaria y sin discriminación, el pasado miércoles 22 de octubre, con los resultados señalados antes.

De nada valieron las maniobras por burlar las decisiones que la base de la comunidad movilizada iba tomando. La “santa alianza” entre la cúpula de profesores/as que defiende sus groseros y reaccionarios privilegios, y el Centro de Estudiantes nada pudo hacer para frenar las ansias de transformación democrática. Quedaron completamente rebasados por la fuerza de la movilización y la contundente voluntad expresada en el referéndum.

UN IMPORTANTE TRIUNFO, HAY QUE IR POR MÁS

Con esta histórica victoria se está dando un importante paso en el sentido de echar abajo la estructura profundamente antidemocrática de esta universidad. Sin embargo, no perdemos de vista que es apenas un primer paso de una pelea que debe ir mucho más a fondo, pues por ahora se restringe solo a una escuela, y aún en este caso se dejan en pie elementos centrales de ese régimen que cuestionamos:

1. Solo los profesores/as instructores/as han conquistado su derecho a ser elegidos para la dirección. Sin embargo, la universidad ocupa un papel muy importante en esta sociedad desagarrada por grandes contradicciones sociales, donde la explotación y la miseria están a la orden del día, no es por tanto una institución “académica” cerrada sobre sí misma, sino político-académica, con una clara orientación de sostenimiento del orden social existente, por eso reivindicamos que cualquier otro miembro de la comunidad (estudiantes y trabajadores) tiene pleno derecho a aspirar a dirigir la universidad, y postularse en las elecciones de autoridades.

2. Aun cuando es un avance el carácter vinculante de un Consejo de Escuela Ampliado, eso no garantiza la potestad de máxima autoridad de la escuela que deben tener las asambleas. Un Consejo Ampliado solo es posible si asisten los miembros del Consejo Ordinario, es decir, que necesita de la legitimación de quienes en el momento lleven el gobierno de la escuela, lo que es contrario al carácter soberano de la voluntad de las bases. Son las asambleas de base –independientemente de la concurrencia o no del quórum del Consejo Ordinario–, las que deben tener la máxima potestad en los asuntos trascendentales.

3. Igualmente, el Consejo de Escuela Ordinario aún sigue siendo una instancia completamente antidemocrática donde una minoría de los profesores –que es una ultraminoría del conjunto de la comunidad- sigue teniendo el poder real de decisión allí, sin ninguna participación siquiera formal de los trabajadores. Queda por delante la pelea por un verdadero co-gobierno, es decir, porque los Consejos de Escuela (y Facultad y Universitario) tengan una composición de miembros proporcional al conjunto de la comunidad (estudiantes, docentes, empleados y obreros).

4. Finalmente, entendiendo que la universidad es una institución social en el marco de una sociedad dividida en clases, basada en la explotación y opresión de millones en beneficio de unos pocos, debemos exigir que la universidad esté al servicio de los intereses de las mayorías trabajadoras y empobrecidas. Y eso implica en este terreno específico de las instancias de gobierno de la universidad, que las organizaciones de trabajadores/as, campesinos/as, y comunidades populares, deben tener también participación en estos espacios.

Por eso, la contundente victoria en este referéndum en Sociología debe significar la consolidación de lo logrado, sin bajar la guardia, y la lucha por profundizar la democratización de la escuela, así como por extender este proceso hasta otras escuelas y facultades de la universidad.

Los compañeros y compañeras de Contracorriente, que hemos participado con todo de esta lucha, asumimos esta perspectiva e invitamos a otros compañeros y compañeras estudiantes de la universidad –así como a los trabajadores/as y profesores instructores/as y contratados/as- a sumar esfuerzos para que esa grieta que se le ha abierto en Sociología a esta universidad de los privilegios y la anti-democracia, sea cada vez más grande.

¡DE LA CRÍTICA A LA UNIVERSIDAD DE CLASES, AL CUESTIONAMIENTO DE LA SOCIEDAD DE CLASES!

Contracorriente (LTS e independientes)

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