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Universidad
Martes 27 de enero de 2015 ELECCIONES UNIVERSITARIAS UCV 2015 Frente a las elecciones estudiantiles UCV del 30-E Barricada - Juventud Revolucionaria Anticapitalista
FRENTE A LAS ELECCIONES ESTUDIANTILES UCV DEL 30-EI. Un escenario convulsivo de crisis y transición Un período convulsivo en el país es el terreno de estas elecciones estudiantiles. La crisis económica muestra la debacle de la “siembra del petróleo”. El gobierno de Chávez logró una mayor captación de la renta petrolera (no sin pugnas con las transnacionales y ataques del imperialismo estadounidense), pero mantuvo en pie todos los mecanismos por los cuales buena parte de los recursos nacionales va a manos de capitales extranjeros (deuda externa, ganancias de las empresas imperialistas en el país, pago de expropiaciones, importaciones). Al mismo tiempo, se mantuvo intacto el poder económico de la banca (“oligarquía financiera “) y los capitalistas nacionales. En fin, esa ínfima minoría representada por los ricos y capitalistas (tanto de afuera como de aquí) no fue desplazada nunca de su poder económico ni dejó de apropiarse inmensos recursos del esfuerzo nacional. O sea, no hubo revolución. Por si fuera poco para despojar al país y al pueblo de recursos, mafias de burócratas, banqueros y empresarios se han embolsillado –y fugado– millones de dólares. ¡340% aumentó la cantidad de depósitos privados en dólares en el extranjero, entre 2003 y 2013! Como resultado de todo lo anterior, ¡por supuesto la renta no alcanzó para todas las necesidades de la economía!, no hubo “siembra” alguna, el gobierno redobló el endeudamiento del país, y ahora estamos como estamos. ¡Los capitalistas y el gobierno son los culpables! Ahora quieren -y están haciendo- que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo pobre: aumentos de precios, despidos, devaluación, mayor endeudamiento y represión a los que luchan. A la par de esto, la muerte de Chávez dejó un vacío que abrió una crisis política. Todo suma para un escenario en el que está en disputa un nuevo régimen de dominio en el país: ¿quién gobierna y cómo? Esta es la realidad a que debemos responder en el movimiento estudiantil quienes asumimos una perspectiva de izquierda revolucionaria. II. Dirigentes estudiantiles que tomen partido por los intereses de los trabajadores y el pueblo pobre Para tener un movimiento estudiantil y una universidad que sirva a las mayorías trabajadoras, necesitamos dirigentes estudiantiles que sostengan la más completa independencia política tanto ante el gobierno como ante la oposición de derecha, tanto frente a las corporaciones empresariales como frente al intervencionismo estatal. Porque el gobierno no ha hecho sino administrar la misma sociedad capitalista de siempre –cuya base es la explotación de los trabajadores y la pobreza de muchos a costa de la riqueza de muy pocos–, por eso quiere las universidades para un supuesto “desarrollo el país” junto a empresarios “nacionalistas” y capitales extranjeros “amigos”, con dosis de regulación estatal y elementos de llamada “justicia social”. Por su parte, la oposición dizque “democrática” aspira un “capitalismo sin restricciones”, que los empresarios puedan hacer cuanto les venga en gana: ¡¿puede haber algo más “totalitario” que eso?! Además, alineada con la injerencia imperialista contra la soberanía nacional. Por eso, ni las corrientes estudiantiles ligadas a la derecha ni las subordinadas al gobierno pueden ubicarse consecuentemente con los intereses de los/as explotados/as y oprimidos por este sistema. III. Investigación, docencia y extensión... ¿para cuál sociedad? Tenemos que poner en cuestión el papel de las universidades. En una sociedad de clases, desagarrada por grandes contradicciones sociales, la universidad no es una institución “académica” cerrada sobre sí misma, sino político-académica, que contribuye al sostenimiento del orden social existente. No podemos tragarnos el cuento de la academia como un fin en sí mismo, aséptica con relación a la lucha de (intereses de) clases propia de esta sociedad. Por eso reivindicamos una investigación y producción de conocimientos que tome partido por las mayorías trabajadoras y explotadas, por las necesidades económicas, sociales, políticas y culturales de la clase trabajadora, campesinos y sectores populares. No por las necesidades del mercado, las empresas o un “desarrollo nacional” que deja en pie la explotación capitalista. Si las universidades han de estar en función de algún “proyecto de país” o de “la sociedad”, ha de ser el de la lucha por una sociedad libre de la explotación e injusticias del capitalismo. Necesitamos así un movimiento estudiantil que rechace la mecánica y sistemática repetición de “conocimientos” o simples descripciones de la realidad (la mayoría de las veces parciales o unilaterales) que nada buscan explicar sobre el origen y causas de las grandes desigualdades sociales, económicas y políticas, sino que naturalizan las contradicciones sociales, presentándolas casi como inalterables. IV. Desburocratizar la representación estudiantil: ¡necesitamos organismos de lucha democráticos! Los centros de estudiantes (y la federación) son actualmente instancias vacías de participación estudiantil, que funcionan burocráticamente, sin control democrático desde abajo. Para plantarse firmemente ante las autoridades de la universidad y ante el gobierno nacional, necesitamos organismos de lucha no burocráticos, donde cada paso se decida con base a mecanismos de democracia directa. ¡Centros de Estudiantes militantes, que funcionen con mandato de las bases! Basta de centros/gestoría, la clave es que los propios estudiantes seamos sujetos de las luchas y no receptores pasivos de gestores que “trabajan para ti” o “por ti”. Que los centros funcionen con base a consulta y mandatos desde las bases, mediante asambleas o consejos de delegados de base. ¡Nuevas instancias democráticas! Impulsar comités de lucha específicos (comedor, transporte, etc.) y su incorporación a la estructura del Centro con derecho a voz y voto; así como un consejo de delegados de base por sección, con poder de decisión. ¡Revocabilidad de los cargos! Una elección es apenas una fotografía, y la voluntad de las bases puede variar con el tiempo y las circunstancias: todos los cargos deben ser revocables en cualquier momento por las bases, para que expresen los cambios en la disposición real de la base. V. Luchar por una democratización radical del régimen universitario En la universidad reina un sistema de gobierno y gestión académico-administrativa profundamente antidemocrático, basado en una arbitraria diferenciación jerárquica entre una casta privilegiada –profesores/as con escalafón alto– que se abroga la potestad exclusiva de dirigir la universidad, y el resto de los mortales. Este selecto grupo dirige todo el quehacer académico, algo ya de por sí cuestionable, no solo porque no son portadores de algún saber infalible e inmodificable (sencillamente porque algo así no existe), sino también porque lo académico reviste también un carácter social y político. Pero además, dirigen todos los otros aspectos de la vida de todos y todas en las universidad: administrativos, jurídicos, laborales, culturales, deportivos, de seguridad, etc. Por eso hay que pelear contra la profunda falta de democracia en las universidades, tanto en las autónomas como en las controladas por el gobierno, pues en estas los niveles de antidemocracia y autoritarismo son iguales o peores. En las autónomas debemos movilizarnos contra el régimen aristocrático y hacer peso para que se hunda, pero no a manos de ninguna intervención del gobierno sino para dar paso al poder de las bases estudiantiles, de obrerxs, empleadxs y profesorxs. ¡ELECCIÓN DIRECTA DE LAS AUTORIDADES! ¡VOTO UNIVERSAL: 1 PERSONA = 1 VOTO Ninguna proporción del voto, ninguna exclusión de ningún sector de la comunidad universitaria. Nuestro voto como estudiantes, profesores, empleados u obreros vale igual para elegir presidentes, diputados, gobernadores, etc., ¡debe valer igual para elegir autoridades universitarias! ¡DERECHO A ELEGIR Y SER ELEGIDO! No bastaría con el derecho a elegir si no se puede ser elegido. La “ciudadanía” sería aún incompleta si solo una minoría puede postularse para dirigir la universidad, si solo se puede elegir de entre una casta. ¡Derecho de estudiantes, empleados/as, obreros/as y todos/as los/as profesores/as a ser electos! COMPOSICIÓN PROPORCIONAL DE LOS ÓRGANOS DE GOBIERNO La enorme sobrerepresentación de los profesores con escalafón con relación a los estudiantes, y la exclusión de instructores, contratados, empleados y obreros, son uno de los pilares del autoritarismo del régimen universitario. Todas las instancias de gobierno deben estar conformadas por todos los sectores de la comunidad, en proporción al número real de sus miembros. ¡REVOCABILIDAD PERMANENTE DE TODOS LOS CARGOS! Los organismos de gobierno y sus miembros de no pueden “independizarse” de las bases una vez electos, deben estar sometidos a la consulta, decisión y revocabilidad desde abajo. ¡INGRESO LIBRE E IRRESTRICTO A LAS UNIVERSIDADES! Democratizar la universidad no es solo hacia los que ya estamos adentro, sino hacia las mayorías del pueblo trabajador, y un aspecto de eso es romper con los actuales mecanismos de restricción y exclusión del ingreso, que no tienen que ver con “conocimientos” sino con las necesidades del mercado capitalista o con la escasez de recursos para la universidad pública. VI. ¡Ningún apoyo a la represión estatal! ¡Ningún aval a la injerencia imperialista por “derechos humanos”! Una cuestión de primer orden a la que tiene que responder el movimiento estudiantil es la actitud ante la represión a manifestaciones. Como hemos sostenido públicamente, no podemos avalar de ninguna manera las políticas represivas de este Estado de los capitalistas, son las mismas fuerzas represivas que recaen, y siempre con mayor fuerza, sobre las luchas de los trabajadores, campesinos, indígenas y sectores populares. Las corrientes estudiantiles del chavismo cumplen un lamentable y vergonzoso papel al ubicarse del lado de la represión estatal, con el argumento de que se trata de reprimir a “la derecha”. Miopía y excusas, porque en los hechos contribuyen a legitimar y fortalecer el aparato represivo burgués (¿eso es “de izquierda”?), y porque cuando ese mismo aparato es lanzado contra luchas obreras -que no de “la derecha”- tampoco en esos casos vemos a estos grupos oponerse; ni siquiera los que se dicen “críticos” (como por ejemplo Marea Socialista) tienen la decencia de denunciar con contundencia la represión. Por su parte, los grupos de la derecha aprovechan esto para convalidar la injerencia imperialista, en nombre de la defensa de los DDHH. ¡El imperialismo gringo hablando de derechos humanos! Buscar y recostarse en la injerencia de la mayor y más brutal potencia capitalista, para “defenderse del gobierno”, es una muestra más del carácter falsamente “democrático” de este movimiento. ¿O puede haber democracia con la soberanía nacional violentada por una potencia para inclinar la balanza a favor del sector burgués nacional que le es fiel? Los estudiantes de este movimiento que honestamente tengan aspiraciones democráticas contra la represión, deben preguntarse: ¿por qué los EE.UU. no “sancionaron” a los gobiernos del puntofijismo que desaparecían gente, asesinaron estudiantes, y mataron a miles en el “Caracazo”? VII. ¡Contra la opresión de género! ¡Basta de discriminación por orientación sexual! Necesitamos un movimiento estudiantil que luche contra las múltiples formas de opresión de este sistema, siendo de las más importantes la opresión de género y por orientación sexual. A pesar de tanto palabrerío oficial, siguen intactas las bases y mecanismos de opresión que pesan sobre la mujer en general, y sobre las mujeres trabajadoras y pobres en particular, así como sobre quienes no asumen la hetero-normatividad. La criminalización del aborto sigue cobrando víctimas, y adquiere un carácter de clase, porque su peso recae con prioridad sobre las mujeres que no pueden costearse un aborto clandestino en condiciones sanitarias adecuadas: quienes mayoritariamente se ven las caras con las muertes y criminalización, o con la condena a ser mujeres/paridoras, son las proletarias y/o pobres. Así mismo, basados en prejuicios reaccionarios (en su mayoría de origen religioso) o en la ignorancia, se desarrollan múltiples mecanismos de opresión contra gays, lesbianas, bisexuales, travestis o trans. ¡Hay que sacarse de encima toda esta losa opresiva que impide el pleno y libre desenvolvimiento de la multiplicidad de maneras que pueden asumir las relaciones sexuales y afectivas de los seres humanos! Los centros de estudiantes deben incorporar secretarías específicas para abordar y luchar contra la opresión de género y por orientación sexual. ¡EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR, ABORTO LEGAL PARA NO MORIR! ¡RESPETO Y PLENOS DERECHOS PARA LA SEXO-GÉNERO-DIVERSIDAD! ¡RECONOCIMIENTO LEGAL DE LAS PAREJAS DEL MISMO SEXO, CON TODOS LOS DERECHOS ECONÓMICOS, FAMILIARES Y DE SEGURIDAD SOCIAL! VIII. Luchar por más presupuesto, administrado por comités de estudiantes, trabajadores y docentes La educación pública necesita muchos más recursos que los actuales, y las universidades no escapan a eso, tanto las autónomas como las controladas por el gobierno. Con los actuales recursos, la realidad de la UCV es la de los servicios estudiantiles deteriorados, la de herramientas y espacios de formación pagos y costosos en muchos casos, de los bajos salarios de los obreros y empleados, de centenares de trabajadores/as súper explotadas por tercerización (para “ahorrar recursos”), de los/ as profesores/as eternos contratados por falta de recursos para la reposición de cargos, etc. Las autoridades universitarias denuncian este déficit, pero ocultan que en sus manos el manejo de los recursos es completamente antidemocrático, fuente de desigualdades, clientelismo y negocios turbios. A su vez, el gobierno y sus corrientes hacen énfasis solo en este manejo del presupuesto, para pretender que el mismo es suficiente. ¿Acaso no es evidente que para dar solución de fondo a todos estos problemas no basta con quitar un poco de corrupción aquí y otro allá? Debemos pelear por mayor presupuesto y porque este no quede solo en manos de las autoridades sino de comités tripartitos, de delegados electos por la base de cada sector, con acceso irrestricto a toda la información contable y financiera de la universidad. Asambleas para decidir las prioridades y criterios de ejecución del presupuesto, los comités que fiscalicen el cumplimiento de estas directrices. ¡NO PAGO DE LA DEUDA EXTERNA! ¡IMPUESTOS A LAS GANANCIAS! Los recursos para la educación pública existen, esa cantidad de riquezas que va a parar a los capitalistas extranjeros y nacionales, debe servir para garantizar la universidad pública gratuita, masiva y de calidad, los salarios de los trabajadores universitarios y el bienestar estudiantil. IX. Un movimiento estudiantil junto a los trabajadores en lucha contra la explotación capitalista Viviendo en una sociedad profundamente desigual, con múltiples injusticias y opresiones, debemos apostar a un movimiento estudiantil comprometido con nuestro tiempo, es decir, ¡que lo comprenda profundamente, para revolucionarlo! Un movimiento estudiantil que cuestione que las universidades sigan siendo centros de formación de cuadros dirigentes para la sociedad burguesa, bien sea directamente en la empresa privada o en la gestión del Estado. Dirigentes estudiantiles que no aspiren a convertirse en intelectuales orgánicos de las clases propietarias, en los que ayuden a los empresarios a justificar su orden y sostener la explotación de la clase trabajadora; tampoco a ser los directores, ministros y demás jefes de la burocracia gubernamental. Centros de estudiantes que ejerzan la solidaridad activa con las luchas de la clase trabajadora, que traigan a la universidad el ánimo de las fábricas en lucha; que no se preocupen solo porque los baños y salones estén limpios mientras las obreras y obreros que realizan ese trabajo son madres de familia o jóvenes en condiciones de precarización y súper explotación. ¡QUE LOS CENTROS DE ESTUDIANTES INCORPOREN UNA SECRETARÍA DE RELACIONES OBRERO-ESTUDIANTILES! X. ¿Por qué llamamos a votar nulo? Nuestra agrupación está dispersa en varias escuelas y, como otras corrientes, aún con fuerzas modestas que no nos permitieron contar con planchas propias que levantaran este programa y esta perspectiva. Otras corrientes en similares condiciones resuelven esto yendo en alianzas con otros grupos, sin embargo, en nuestro caso, es claro que las diferencias que nos separan de las diversas corrientes gubernamentales y de oposición hacen inviable tales alianzas. De ganar las distintas variantes ligadas a la oposición y sus partidos, será continuar con un movimiento estudiantil al servicio de las estrategias de la derecha por reconquistar el poder político, que avala la injerencia imperialista, cómplice del régimen antidemocrático de la universidad, depositario de una idea de universidad al servicio de las necesidades empresariales o de “la sociedad” (que mientras no haya otra, es la sociedad capitalista). De ganar el chavismo, tendremos organismos subordinados al gobierno, por tanto, impotentes para enfrentar los ajustes económicos (como la devaluación, aumentos de precios, posibles recortes de presupuesto, incumplimiento de derechos de los trabajadores y profesores universitarios, etc.), la represión a los que luchan, y hasta para luchar por una democratización de la universidad, porque cada propuesta de democratización va aparejada con una de intervención gubernamental. Tendremos un movimiento estudiantil que promueva una universidad al servicio del “desarrollo nacional” burgués (o el “socialismo con empresarios”). Por eso, en estas condiciones, no llamamos a votar a nadie, aunque no planteamos abstención porque no se trata de darle la espalda o deslegitimar la elección. Con base a este programa, llamamos a participar anulando el voto. El “chavismo crítico” Esta vez un sector del chavismo se presenta solo: Marea Socialista. Sin embargo, su distanciamiento hoy del gobierno tiene eje en criticar la corrupción y la burocracia, mientras defienden “el legado de Chávez”, es decir, sostienen lo fundamental del proyecto de administrar el capitalismo en clave de tibio nacionalismo burgués y “justicia social”. De esta manera siguen siendo parte de quienes evitan que surja una política verdaderamente anticapitalista entre los estudiantes, llevándolos a cargar con la herencia de lo que, como proyecto “emancipador”, ha sido un fraude. Al punto que siguen dentro del partido de gobierno y, en el ámbito universitario, han sido entusiastas de la intervención estatal, como cuando respaldaron la fallida Ley de Universidades. XI. ¡Que se abra paso una corriente juvenil anticapitalista! Llamamos a quienes coincidan con las perspectivas que planteamos a organizarnos para luchar en este sentido, para dar las peleas que seguro vendrán, y para bregar porque se abra camino una nueva corriente juvenil verdaderamente insubordinada contra este sistema y sus gobiernos, que no tenga nada que deberle ni justificarle al gobierno -¡ni mucho menos, por supuesto, a la rancia derecha nacional! BARRICADA
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