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Universidad
Jueves 8 de mayo de 2008 Lea la "Hoja Zurda" Nro. 2 En las elecciones a las "autoridades universitarias" en la UCV: ABSTENCIÓN!! Fuente: Juventud de Izquierda Revolucionaria ¡ABSTENCIÓN! Nuevamente se nos convoca a participar del festín electoral que montan las autoridades cada cuatro años para legitimarse. No se trata más que de las acostumbradas elecciones donde se convoca a los estudiantes a entusiasmarse y convalidar con su voto una elección en la que no tienen posibilidad alguna de definir los resultados. Estas elecciones del cuerpo rectoral y los decanos/as forman parte de lo que cínicamente llaman la “democracia universitaria”: un grupo reducido de profesores y profesoras de escalafón que dirigen todos los aspectos de la vida universitaria, se juegan la renovación de los puestos, nada más. No se exagera si se afirma que se trata de una pulseada “interna” entre la casta que dirige la universidad. Por eso creemos que los y las estudiantes en general no tenemos nada que buscar en este proceso, muy al contrario, terminaríamos convalidando un mecanismo electoral y un sistema de gobierno profundamente antidemocráticos, haciendo comparsa a una fiesta ajena. Una opción que se plantee la lucha por la democratización radical de la universidad y que levante las banderas de una radical transformación para poner la universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre, hubiese permitido aprovechar el escenario electoral y el ejercicio del el voto como parte de esta lucha, pero esa opción no existe. Sostenemos entonces la abstención consciente contra esta farsa. La “democracia universitaria” El régimen político universitario es de los más antidemocráticos y atrasados existentes, un régimen jerárquico basado en la diferenciación arbitraria entre una elite “académica” que imparte, reproduce y “produce” “conocimiento”, que administra los recursos económicos, la justicia, crea y elimina las normas de convivencia, ejecuta todas la decisiones que ellos mismos toman, y además, son estos y estas aristócratas quienes eligen a todas las autoridades -sacadas de su mismo seno- en todas las instancias del gobierno universitario. Estamos hablando de que unos pocos profesores/as de escalafón ejercen su poder sobre las decenas de miles que conformamos la universidad: estudiantes, trabajadores y profesores contratados o instructores. ¡Una verdadera casta! Estos “académicos”, no sólo se abrogan la potestad de decidir sobre los aspectos académicos de la universidad, cosa de por sí cuestionable, puesto que estos revisten un carácter social y político también, sino también sobre los aspectos administrativos, jurídicos, culturales, laborales, deportivos, reivindicativos, gremiales, de seguridad, de toda la universidad, de todas y todos los que hacemos vida en la UCV. Ejercen el gobierno universitario en todo el sentido de la frase. Más aún, en tanto que la universidad es una institución político-académica que cumple una clara función en el marco de una sociedad dividida en clases sociales, y basada en la explotación del trabajo asalariado, lo que está en juego con la elección de las autoridades es quién controla una institución político-académica-social. Esta farsa de “democracia” se expresa descaradamente en las elecciones de autoridades. La facultad de “elegir y ser elegido” les es reservada sólo a quienes conforman esta casta minoritaria. Los y las estudiantes somos convidados a votar para darle un dudoso barniz “democrático” al proceso. Los empleados y obreros, así como los profesores sin escalafón, son sencillamente ignorados por completo, como si no existiesen. Así, esta gente que se llena la boca hablando de “democracia”, que se presentan como abanderados de la democracia liberal, son en realidad los campeones de un sistema completamente atrasado y aristocrático en cuanto a derechos democráticos se refiere. Más que “casa que vence las sombras”, es el oscurantismo medieval el que impera en el régimen universitario. ..... ¿Cuánto vale el voto estudiantil? Igual al número total de profesores votantes multiplicado por 0,25 y dividido entre el número total de estudiantes. Si el total de profesores votaran (5.200), y lo hiciera también el total de estudiantes (41.670), el voto de cada estudiante sería igual a 0,031 el de un profesor. En este caso, cada estudiante vale para la elección 33 veces menos que un profesor, o dicho de otra manera, tendrían que juntarse 33 estudiantes para sumar 1 voto. Un profesor sin escalafón, una empleada, un obrero, son iguales a 0 para este sistema electoral. Un estudiante también está más cerca de valer 0 que de 1. Cuando hablamos de elecciones de autoridades, pareciera que se tratara de la elección de un organismo de la casta profesoral, pues en tanto cada gremio universitario tiene sus instancias representativas -incluyendo los profesores-, cuando se trata de escoger a quienes gobiernan toda la universidad son sólo los profesores y profesoras de escalafón quienes pueden presentar candidatos y sólo ellos deciden. ..... Elección universal: 1 persona = 1 voto La elección universal es la demanda central que debemos sostener los estudiantes, trabajadores y profesores sin derecho a voto. Se trata de la elección de cargos políticos y públicos para dirigir la universidad, así que todos debemos tener la potestad de elegir y también de postularse. Es decir, un trabajador tiene que tener derecho también a postularse para decano o rector. Es que para poder hablar de alguna transformación o democratización de la universidad, un paso fundamental es romper con este sistema electoral de los tiempos de las sociedades oligárquicas. Ninguna de las planchas se propone este objetivo. ..... De la “autonomía” y la lucha por una universidad al servicio de la clase trabajadora y el pueblo pobre. Además de la “democracia”, es la “autonomía” el otro cliché que sirve de base a la sustentación política de prácticamente todas las planchas que se disputan los cargos al rectorado, las tres de derecha (García Arocha, Pabón y Narváez) para oponerse al gobierno con sus posiciones conservadoras, elitistas y proempresariales, y la del chavismo (Lenin Molina) para resaltar las bondades del gobierno y plantear la necesidad de una universidad aliada el “socialismo con empresarios” del presidente Chávez. Aún con sus diferencias, en ambos casos de trata de una concepción de autonomía que concibe a la universidad como “autónoma”, fundamentalmente, con relación a los trabajadores y el pueblo pobre. Para unos se trata de autonomía frente al gobierno pero apertura sin miramientos a las corporaciones empresariales, para otros, se trata de poner límites a la empresa privada, pero permitiendo que sea el gobierno quien organice las relaciones de la universidad con los “sectores productivos”. Unos quieren acuerdos directos con los capitalistas, otros quieren que el gobierno medie y regule tales acuerdos. Los trabajadores y demás sectores empobrecidos son los que padecen crudamente esta “autonomía” tan cacareada. Por eso quienes nos reivindicamos de la lucha por la revolución socialista, sostenemos la lucha por la más completa autonomía con relación al capital y al (su) Estado, más no así con relación a las organizaciones obreras, campesinas y populares. La lucha por una universidad al servicio de los trabajadores y trabajadoras, y el conjunto del pueblo pobre, es la manera más consecuente de guardar una “autonomía” frente a los intereses del desarrollo capitalista, sea en su versión neoliberal o “neodesarrollista”. ...... La alternativa del chavismo Las planchas del chavismo intentan mostrarse como alternativa para los estudiantes de izquierda, ante el resto de las opciones de la derecha. Sin embargo, conviene ver cuál es la naturaleza de las diferencias, o hasta dónde llegan. En cuanto a la democracia universitaria, sólo hay discursos sobre la necesidad de “democratizar”, pero ni una sola propuesta seria y concreta para avanzar hacia una radical transformación del sistema de gobierno universitario. Nada de elección universal de las autoridades y el derecho al voto igualitario para todos y cada uno de los miembros de la comunidad universitaria. Nada de organismos de cogobierno paritarios con participación de todos los sectores. Nada de asambleas como máximo organismo de decisión para las cuestiones fundamentales. Hablan de “manejo transparente” del presupuesto, pero nada de asambleas para definir los criterios de su ejecución, nada de comités tripartitos paritarios para controlarlo. Hablar de “inclusión” sin levantar un programa mínimo para garantizar el ingreso libre e irrestricto a las universidades es también pura retórica. Solo se limitan a ir detrás de la propuesta de nuevo ingreso del gobierno, sin plantear siquiera el ingreso libre del pueblo trabajador y sus hijos a las universidades. En cuanto al rol social de las universidades, tras el discurso de una universidad “de cara a la sociedad”, plantean que esta se articule al “socialismo con empresarios” del presidente Chávez, pues éste y no otro es el proyecto del gobierno: retórica sobre socialismo y políticas reales de desarrollismo capitalista. Por eso son incapaces de plantear la lucha por hacer de las universidades unas instituciones al servicio de las luchas e intereses de la clase trabajadora y el pueblo pobre. Por todo esto, los estudiantes que honestamente se reivindican de la lucha por la transformación democrática y revolucionaria de la universidad, poco tienen que buscar en estas opciones. Una vez más queda claro que sólo optando por las clases explotadas y conservando la más completa independencia política frente al gobierno, es posible presentar verdaderas alternativas a esta universidad al servicio de la sociedad de clases.
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